La escalada de Helena Oma y su cumbre en la Copa de la Reina
La alero de Casademont Zaragoza se corona como MVP en la final de la Copa de la Reina y escribe un brillante capítulo en su historia de perseverancia.

Hay guiones que parecen estar escritos. Destinados a suceder. Historias, relatos, que siguen el camino que todo el mundo espera y desea. La redención del equipo que en su día perdió, el trayecto de la jugadora que regresó a casa para tocar la gloria, el éxito de la canterana que se corona con el equipo de su vida. El deporte da pie a ello. La variedad de guiones es infinita. Sin embargo, en ocasiones, hay protagonistas que se encargan de escribir su propia historia. Profesionales que se enfrentan al siempre temido folio en blanco y terminan convirtiéndolo en maravillosas narraciones, sin importar el tiempo y esfuerzo que les cueste. Ese es el caso de Helena Oma.
La alero catalana llegaba a rueda de prensa cansada pero satisfecha, incrédula aunque consciente. A pesar de que todo lo acontecido le llevara a creer que acababa de despertarse de un sueño, la palmada de Carlos Cantero en su espalda le servía para confirmar que estaba despierta. "Se incorpora Helena Oma, MVP de la final. ¿Cómo lo has vivido?", se escuchaba en la sala. El silencio fue total. Todos querían escuchar a la figura que, en el momento de mayor dificultad, había tirado de Casademont Zaragoza en la pista hasta llevarle a la primera Copa de la Reina de su historia. Pero, una vez más, el folio en blanco. Como los buenos autores, necesitaba organizar la ingente cantidad de pensamientos y emociones que fluían en su cabeza. "Ahora no tengo palabras para describir todo lo que hemos vivido", reconocía.
⭐️ Con todos ustedes, 𝗠𝗩𝗣 @HelenaOma pic.twitter.com/7CEMKOg9cA
— Casademont Zaragoza (@CasademontZGZ) April 2, 2023
Al echar la vista atrás, resulta más sencillo entender el porqué de sus palabras. Oma nunca estuvo acostumbrada al éxito. En categorías de formación, no estuvo con la Selección Española hasta la U20. En el Mundial U19, fue el último corte. Tras formarse en el JE Terrassa y Basket Almeda, llegó con 20 años a la Liga Femenina Endesa de la mano del Spar Girona. En su segunda campaña, marchó cedida en busca de minutos a La Seu. Año y medio después de aquello, con una Liga y Supercopa ganadas por el camino en Girona desde un papel secundario, se rompió el ligamento cruzado anterior. Y a principios de 2021, tras contar con un papel muy secundario en el arranque de temporada de Girona, decía adiós y firmaba con Ensino. Un movimiento con el que todo cambió.
"Hace un par de años, Carlos y yo tuvimos la suerte de coincidir en Ensino. El hecho de que yo haya conseguido este rendimiento es gracias a él", aseguraba Oma tras proclamarse campeona de Copa. Si las jugadoras jóvenes necesitan competir para progresar, en Lugo lo hizo por primera vez de manera continuada y en amplias rotaciones. Con Cantero, Oma pasó a disputar más de 25 minutos por partido y se convirtió en pieza indispensable. Un periodo breve, de enero a abril, que relanzó su trayectoria con vistas a la campaña 21-22, aunque ya sin Cantero, quien pondría rumbo a Zaragoza y esperaría un año para juntarse con ella.
Con la dupla reunida de nuevo, la trayectoria ascendente que tomó en Galicia la carrera de Oma no ha cesado. En un equipo con un quinteto con nombres tan potentes como Mariona Ortiz, Imani Tate, Leo Fiebich, Vega Gimeno o Markeisha Gatling en los últimos meses, ha sido habitual ver a la catalana terminar los partidos como la jugadora con más tiempo en cancha. Los argumentos eran incontestables, siempre cumplía. De esta manera, Oma se ha situado en máximos de trayectoria desde la línea exterior (31-85, 36.5%), tiros libres, tiros de campo y valoración. Mucho más que una gran defensora.
En este proceso de escalada, la Copa de la Reina 2023 ha sido su cumbre. Todo lo que realizaba de forma destacada, lo ha hecho mejor. Ante Araski, clavó 3 de los 5 triples que tiró, capturó 5 rebotes y repartió 2 asistencias. En semis, contra Valencia Basket, cedió el testigo a sus compañeras, consciente de su rol. Ese mismo que en la final le llevó a dar un paso adelante en el momento más complejo. Con la expulsión de Vega Gimeno, la catalana emergió por todo lo alto. El pabellón Príncipe Felipe acabó rendido a sus pies. Al descanso, Oma sumaba 0 puntos. Tras tres periodos, llevaba un triple. Terminó con 14 puntos, 18 de valoración y el MVP de la final.
"Creo que me va a llevar un tiempo para ser consciente de lo que he hecho hoy. Incluso igual lo soy cuando me retire", se sinceraba tras el choque. El mejor de su trayectoria. Ese que terminó en la plaza España de Zaragoza, con ella levantando la Copa de la Reina y la ciudad coreando "M-V-P". Por ahora, el último capítulo de un relato a la que todavía le quedan bastantes por delante. Seguramente, tan imprevisibles como los vividos hasta ahora. Porque si por algo se caracteriza Helena Oma es por ir escribiendo su propia historia.