Vega Gimeno pone la 'rasmia' y los triples para meter a Casademont Zaragoza en la final

La Copa de la Reina está hecha para partidos como este. Por un lado, un Valencia Basket dispuesto a darlo todo por meterse en la final y luchar por obtener el primer título copero de su historia. Por otro, un Casademont Zaragoza que jugaba su segundo Torneo del K. O., y se jugaba la clasificación a su primera final ante su parroquia, con lo que eso significa. Quizá por eso el partido fue un intercambio de golpes que dejó el desenlace para justo la recta final.

Y en partidos tan ajustados, la clave está en los errores. Quien menos errores comete, se lleva el partido... y la clasificación a la final. Y así fue. Dos desajustes defensivos consecutivos de Valencia Basket dejaron sola a Vega Gimeno desde la línea de tres y no se lo pensó. Esos dos triples seguidos de la ala-pívot fueron ejemplo de rasmia, esa palabra que tanto se usa en Zaragoza, ya que hizo creer aún más a las suyas. Y aunque Leo Fiebich firmó un gran partido y fue la mejor de las suyas, ahí estuvo la clave para que las de Carlos Cantero lograran concienciarse de que podían e hicieran justo lo contrario con las de Rubén Burgos. Y aunque el cuadro taronja tuvo en pista a la mejor jugadora del partido, Raquel Carrera, el juego colectivo de las mañas hizo que eso no fuera suficiente (59-74). Casademont Zaragoza jugará su primera final de Copa este domingo y lo hará en casa.

CALIDAD. En mayúsculas. Si hubiera que definir lo que ha sido esta semifinal de la Copa de la Reina entre Valencia Basket y Casademont Zaragoza sería esa. Y hay muchos argumentos para demostrarlo. Primero, por el nivel. Pocos partidos de tanto nivel ofensivo y, sobre todo, defensivo se han visto. Los ajustes que fueron haciendo uno y otro equipo con el paso de los minutos fue subiendo de nivel hasta el punto de que cualquier mínimo error se penalizaba. Así se vio con las escapadas de Raquel Carrera -tremendo su partido- o con Vega Gimeno cuando se quedaba liberada -como los dos triples consecutivos que hizo en el último cuarto para poner el +3-. La igualdad fue máxima y al final se llevó el pase quien menos errores cometió en la recta final: Casademont Zaragoza.

Ver jugar a Raquel Carrera es una absoluta delicia. Hace solo unos días en una entrevista con Relevo le preguntábamos por lo que desayunaba porque lo suyo no es normal y en esta semifinal ha vuelto a demostrarlo. Sólo tiene 21 años, pero en pista demuestra la calma y madurez de una veterana. Tanto, que ante las adversidades o en las grandes citas ella siempre se crece. Fue un dolor de cabeza para sus rivales y no resulta exagerado decirlo cuando uno mira los números que ha firmado. 24 puntos, tres rebotes, cuatro asistencias, tres robos, un tapón y ninguna pérdida para firmar un 36 de valoración. El MVP se le queda corto. Y repito: sólo tiene 21 años.

"¡Vivan las jugadoras del 3x3!" Así de claro. Ese sería mi whatsapp para Vega Gimeno porque la realidad es que fue ella, con su temple desde la línea de tres, la que rompió el partido en la recta final para dar la victoria a las suyas. La igualdad era máxima y dos desajustes defensivos de Valencia Basket hicieron que en dos acciones consecutivas la ala-pívot de Casademont Zaragoza se quedase absolutamente sola para jugársela del triple. Y ella no se lo pensó. Triplazo tras triplazo -anotó 6 de 10 en triples- hizo creer aún más a sus compañeras y a un pabellón a rebosar. ¿El ejemplo de la rasmia zaragozana? Ella.

Imagina ir a un partido de baloncesto femenino, un sábado a las cuatro y media de la tarde, y que arranque con más de 8.500 personas en la granada. Imagina que con forme pasan los minutos se va a acercando más gente y la cifra alcanza los 8.872. Pues deja de hacerlo, porque esto ha pasado en la semifinal entre Valencia Basket y Casademont Zaragoza.

Se bate el récord en un partido de Copa de baloncesto femenino. ¿Quién dice que el basket fem no vende?