40 años de Copas entre heroicidades, campos atrás e instant replay para consolidar el mejor torneo del basket español

La Copa del Rey de baloncesto se ha ganado a pulso el calificativo de mejor torneo del baloncesto español. Siete partidos, ocho equipos, 96 horas de baloncesto y hermanamiento entre aficiones han originado un caldo de cultivo para un formato que han querido imitar hasta en la NBA. El torneo es la joya de la corona de la ACB, el evento con el que presume cada mes de febrero y con el que ingresa una suma importante de dinero gracias a un producto que ha sabido rentabilizar al máximo.

Un evento capaz de generar más de 2,5 millones de euros de beneficios, que mueve a más de 70.000 personas por edición y en el que se da cita todo el mundo del baloncesto alrededor de canastas sobre la bocina, MVP's imposibles, actuaciones para el recuerdo e incluso pequeñas dosis de polémica que han puesto más pimienta a un cóctel que lleva ya 40 años triunfando en las 'barras' más exquisitas del baloncesto.

Todo comenzó en diciembre de 1983 en Zaragoza. La recién creada ACB se hizo cargo de la competición, decidió romper con el formato de eliminatorias y recuperó un torneo que ya había tenido una primera vida entre 1962 y 1965, cuando la Copa del Generalísimo se disputaba entre ocho equipo en tres días. Una fórmula que volvió 19 años después para quedarse y que en esa primera edición vivió el triunfo del CAI gracias a un espectacular torneo del malogrado Kevin McGee.

La primera experiencia en Zaragoza fue un éxito y la ACB decidió repetir, aunque en los años siguientes (Badalona y Barcelona) el público no acompañó. Especialmente en el Palau, donde los precios y los horarios dibujaron gradas vacías para ver el segundo título consecutivo del Real Madrid.

Eran años de doblete y tras esos dos títulos conquistados por los blancos le tocó el turno al Barcelona. Primero en Tenerife, donde Aito inauguró su palmarés con un torneo en que sobrepasó los 100 puntos en los tres partidos. Cuatro años más tarde, en Valladolid, en un torneo marcado por el triple de Nacho Solozábal a falta de 10 segundos para sentenciar al Madrid en una final disputada en lunes.

Luego llegaría la Copa de A Coruña, predestinada para Drazen Petrovic, pero en la que acabó reinando Johnny Rodgers como MVP para devolver el título a las vitrinas blancas. Y para cerrar la década, la Copa volvió a manos de quien había comenzado esta aventura, viajando de Las Palmas a Zaragoza de la mano de Mark Davis y sus 44 puntos que hoy siguen como tope en la competición.

La década de los 90 no tiene dueño fijo en el palmarés. De hecho el título se reparte entre seis equipos en 10 años, democratizando el triunfo y evitando el duopolio de Real Madrid (conquistó la disputada en A Coruña en 1993, siendo la única Copa en el palmarés de Sabonis) y Barcelona, que ganó en 1991 con Maljkovic en el banquillo y en el 94, en una final contra el TAU más recordada por la tangana entre Rivas y Massenburg que por su baloncesto.

Entre los dos títulos de los dos gigantes del baloncesto español se coló en 1992 un histórico como Estudiantes. Los 'toreros' se llevaron la Copa de Granada y terminan con tres décadas de sequía gracias a la labor de Rickie Winslow. Los colegiales no tuvieron que esperar tanto para sumar su segunda Copa. Fue en el año 2.000 en Vitoria y con Alfonso Reyes como protagonista en un torneo que vio los primeros minutos de Pau Gasol en pista.

En el 95 el TAU con la dupla Pablo Laso-Kenny Green le dio la primera Copa al TAU, que repetiría en 1999 con Scariolo conquistando su primer título en un banquillo español. El TDK Manresa se coló en el palmarés de la competición en 1996, con un triple histórico de Chichi Creus ante el Barça, ya con 39 años, una temporada antes de conquistar la liga. La década la completan Joventut de Badalona (el dúo Andre Turner-Tanoka Beard marcó el ritmo de la competición) y el Pamesa Valencia, que de la mano de Nacho Rodilla derrotó a los verdinegros en la final del 98 en Valladolid.

La primera década del siglo XXI tiene claro dominio azulgrana con cuatro títulos del Barça y otros cuatro del Baskonia. Y todo comenzó en Málaga con un 'big bang' que transformó el baloncesto español. En 2001 la Copa sólo tuvo un nombre: Pau Gasol. El pívot de Sant Boi cogió el puesto de Rony Seikaly, cortado por su bajo rendimiento, y dio su primera muestra de lo que luego sería la mejor carrera en la historia del baloncesto español… y sólo con 20 años.

Luego llegarían tres títulos más para el conjunto azulgrana: Valencia en 2003 con Bodiroga a los mandos, Málaga 2007 donde se coronó gracias a un inesperado Jordi Trias, y en 2010 en el primer título de Ricky Rubio en el Barcelona.

La década no sólo alumbró a Pau Gasol como uno de los estandartes de la mejor Selección de la historia. En 2004 un joven Rudy Fernández, en las filas del Joventut. enmudeció al mundo del baloncesto con su recital en Sevilla. El balear fue nombrado MVP, aunque fue un premio agridulce ya que la Copa terminó viajando a Vitoria. Eso sí, el verdinegro se desquitó en 2008 ante el Baskonia y en su propia casa.

El conjunto alavés fue el gran animador de la competición con otros tres títulos en Vitoria, y doblete en Madrid con Prigioni y Pete Mickeal como protagonistas. El palmarés de la década lo completa Unicaja con su primer título -uno más en la cuenta de Scariolo- cimentado en la actuación de Jorge Garbajosa, que terminó siendo el MVP con 17 puntos en la final ante el Real Madrid.

La década de 2010 empieza con el back to back del Barça de Ricky, Grimau y Navarro coronándose en Madrid. Y cuando todo apuntaba a una nueva etapa de dominio azulgrana, apareció Pablo Laso en el banquillo blanco y apenas un año después silenció el Palau con su primer título como entrenador del Real Madrid. El duopolio se hacía realidad.

Los blancos reinaron con seis títulos durante los 10 años que van desde 2011 hasta 2020. Tras la conquista del Palau llegó la canasta de Llull en Málaga 2014 -fue la primera canasta ganadora en la carrera del balear-, Las Palmas 2015 con un nuevo recital de Rudy, Coruña en 2016, Vitoria en 2017 (marcada por la polémica en cuartos de final cuando el Andorra reclamó un campo atrás de Llull justo antes de la prórroga) y Málaga 2020.

Los otros tres títulos de la década fueron de color azulgrana. Primero en 2013, en Vitoria tras superar al Madrid en cuartos en uno de los mejores partidos de la historia. Cinco años más tarde, en Las Palmas, el Barça recurrió a Pesic para romper el dominio del Real Madrid. El serbio hizo las maletas en un viaje de esquí, voló a las islas y se impuso a los blancos en una final que los de Laso protestaron por una posible falta de Claver a Taylor.

Pero nada como lo que se vivió un año más tarde en Madrid. Una nueva final entre Madrid y Barça y partido igualado hasta el último minuto. Primero una posible falta antideportiva de Randolph a Chris Singleton que los árbitros dejaron en falta regular ante las protestas azulgranas. Y segundos más tarde un tapón del propio Randolph a Tomic que los colegiados consideraron ilegal tras revisar el instant replay. Una decisión controvertida que incluso hizo que el entorno blanco hablase de abandonar la competición doméstica.

En los años que llevamos de década el Barcelona ha conquistado dos de las tres ediciones disputadas. En la primera el conjunto de Jasikevicius se impuso al Real Madrid en un WiZink sin público por las medidas impuestas por la pandemia del covid. Un año más tarde y ya con absoluta normalidad Mirotic demostró su calidad y logró el segundo título consecutivo para el Barça, antes de que el Unicaja de Ibon Navarro sorprendiese a Barça en cuartos y a Real Madrid en semis para terminar con el dominio de los dos trasatlánticos del baloncesto español.