Las confesiones de Augusto Lima: "Ya no salgo, ahora soy un 'mierdaseca'"
El brasileño se perdió la cita de 2023 por culpa de una lesión y tiene la Copa como gran objetivo para esta temporada.

Han sido los meses más duros para un Augusto Lima que se las había visto de todos los colores en el mundo del baloncesto, pero que nunca se había lesionado de gravedad. En diciembre de 2022 se rompió el cruzado y el menisco de su rodilla interna y tenía que parar por más tiempo del que habría deseado. Un año de trabajo fuera de la cancha, entre fisios, gimnasio y horas de rehabilitación para volver a jugar. Algo que nunca dudó que volvería a hacer.
Vuelves para disputar una Copa que el año pasado viste desde la barrera, ¿cómo llega el equipo?
Es una Copa y es una cita muy especial. Todo el mundo quiere jugarla, quiere ganarla y quiere disfrutarla. Llegamos en un buen momento, pero al final tenemos que ir partido a partido. Tenemos que ir a ganar el primero si queremos estar en el segundo y lo mismo si queremos estar en el tercero y ser campeones. Así funciona la Copa y es una de las cosas más chulas del deporte. Y más jugando en casa.
¿Ser los campeones os convierte en favoritos?
¡Qué va! Yo creo que en la Copa nunca hay favoritos por ningún lado. De hecho pesa más jugar en casa. Ya nos pasó con la Final Four aquí y a ver si aprendemos de los errores. Son tres partidos y tenemos que ir a por todas.
¿Crees en las maldiciones como la del anfitrión?
No creo en esas cosas. Yo creo que el año pasado sí nos pesó, pero no por ser anfitriones. Las cosas pasan por una razón, por no estar preparados o porque no era nuestro momento, del mismo modo que sí ganamos la Copa del Rey porque era nuestro momento.
No crees en las maldiciones, pero en tu familia sí y te obligaron a cambiar de mano porque los zurdos estaban malditos.
Sí, pero yo cada vez tengo menos manías de ese tipo. Sobre todo después de la lesión. Tenía un montón de manías y me las he quitado todas porque creo que cuando una cosa tiene que pasar pasa. Lo único que tienes que estar preparado y trabajar y tener fe en las cosas.
Ese cambio de mano, ¿te ha beneficiado a la hora de jugar al baloncesto?
No sé, pero es cierto que finalizo mucho más con la izquierda y voy más hacia la izquierda, que al otro lado. Aunque utilice más la derecha. No sé explicártelo. Creo que sí me ha podido beneficiar usar varios recursos. Creo que me vino bien. Se dice que los zurdos son mejores y me gusta mucho cómo juegan los zurdos.
"Es cierto que finalizo mucho más con la izquierda y voy más hacia la izquierda, que al otro lado. Aunque utilice más la derecha"
¿Cómo está siendo esa vuelta de una lesión tan importante?
Bien. Estoy jugando pocos minutos, pero intentando hacer lo mejor cada día. Al final es una lesión de un año y sé que no voy a estar al 100% esta temporada, pero voy a intentar hacer lo mejor posible, como he estado haciendo hasta ahora. Y al final, asumir mi papel que es entrar y dar energía al equipo, que para eso me han fichado.
¿En algún momento te planteaste tirar la toalla?
No, nunca. Jamás. Soy así. De hecho me he motivado para volver antes, para trabajar más. He trabajado muchísimo. De hecho he perdido tiempo con mi familia, con mis hijos, con todo el mundo que tenía. Fue un año horrible en todos los aspectos, pero sabía que quería y que quiero volver mejor. Por eso entreno tanto. Esto es un proceso y no ha terminado.
¿Cuando volviste a jugar, en esos primeros minutos, qué te decía la cabeza? ¿Hubo miedo?
A día de hoy sigo con algunas dudas. Es normal. Con todas las personas que he hablado y que han pasado por lo mismo tardan seis meses e incluso un año para quitar esas dudas. Al final es lo que digo, intento ir a lo simple, trabajar mucho y hacer las cosas que me pide Ibon y el resto ya vendrá.

Durante este año fuera de las canchas, ¿cómo has trabajado la cabeza en un momento tan duro?
Sabía que iba a ser una montaña y al final fui adaptándome a lo que venía. Por ejemplo, a lo largo de la adaptación me busqué un nutricionista porque sabía que me iba a pasar eso. He subido de peso, he adelgazado mucho… Ha sido como una montaña rusa en ese aspecto. Pero sabía que iban a pasar esas cosas. Fue complicado, pero al final te tienes que adaptar a todo lo que viene.
¿Has recuperado ya la mano en los tiros libres?
No lo sé, espero que recuperar no, que lo mejore [Risas]. Sabía que lo iba a perder. No hago justicia al porcentaje que tengo, pero seguiré mejorando y trabajando. Al final no se trata de intentar estar al 100% ahora, sino de ir poco a poco sumando minutos y ayudando al equipo.
Llegáis a la Copa como campeones contra pronóstico el año pasado. ¿Qué papel juega Ibon Navarro para haceros creer que se puede?
No es sólo él. Es todo su cuerpo técnico y todos los trabajadores que están con nosotros y que suman para que ese plan funcione. No es sólo una persona. Él es el entrenador responsable, pero tenemos que estar agradecidos a todos los que están detrás de nosotros y que nos ayudan. Y también a todos los jugadores. Yo creo que no es sólo el trabajo de uno solo, sino de todo el grupo. Cuando no está uno, está el otro. Es nuestra seña de identidad.
Tú has trabajado con algunos de los mejores entrenadores de Europa como son Pablo Laso y Sarunas Jasikevicius. ¿Qué diferencias hay entre ellos?
Uno es más soldado, como yo digo, que es Saras. Es como le gusta que seas y que te exige mucho más y te lleva hasta el extremo. Pablo es un gran gestor de grupo, es una persona que va más a ayudar, a la necesidad del jugador. Por ello los dos han sacado el máximo rendimiento y saben llevar a sus jugadores al máximo nivel. Son diferentes, pero de lo que se trata es de sacar el máximo partido. Los dos lo hacen y por eso están donde están.
"Saras es más soldado y te lleva hasta el extremo. Laso es un gran gestor y va más a la necesidad del jugador"
¿Dónde se vive más intensamente un título, en la cancha o desde fuera como te tocó el año pasado?
Lo pasé muy muy mal. Obviamente quiero ganar y quiero jugarla, pero el año pasado lo pasé bastante mal. Prefiero jugar.
¿Qué aporta Augusto Lima, la persona, dentro de los vestuarios en los que ha estado?
Con todos los años que tengo de carrera lo más importante es ayudar a los compañeros. Estoy pendiente no sólo de los compañeros jugadores, sino del cuerpo técnico y de las cosas que necesita el club y cómo funciona cada club para mejorar. Soy una persona que da igual donde entre, un equipo grande o pequeño, siempre intento hacer ese tipo de cosas porque creo que los detalles cuentan. Y a la vista está. Siempre he intentado llevar al máximo a todos los clubes donde he estado y creo que ha funcionado. Y aquí no soy solo yo, sino que es todo el grupo y por eso vamos bien. Estamos pendientes los unos de los otros y somos una piña.
A esa unión también ayudará el ser el responsable de la música dentro del vestuario.
Cada vez menos tengo menos el control. Soy el DJ residente, pero cada vez hay más y me gusta que haya variedad y que podamos compartir música. Lo pasamos bien.
Porque tú has sido una persona que, cumpliendo siempre, te gusta pasártelo bien y te ha gustado salir. ¿Sigues haciéndolo o te has calmado?
No. De hecho me voy a casar. Ya no salgo. Ahora soy un 'mierdaseca' si se puede decir esto en una entrevista [Risas]. He cambiado bastante, pero en los momentos que pude aprovechar lo hice. Es lo que le digo a los jóvenes, que hay que aprovechar a esa edad, que todo pasa y que cuando llega tu momento tienes que estar relajado y cambiar la vida. Todos cambiamos. En ese momento aproveché y ahora me toca otra cosa, como son la familia y mis hijos. Es un buen momento para mí.
Pero si ganáis la Copa no te perderás otra fiesta en la explanada del Carpena como la que hizo el año pasado Dylan Osetkowsky.
El año pasado no estuve, pero este año tendré que esta, pero primero vamos a hacer el esfuerzo de intentar ganarla, que va a ser muy difícil.