REAL MADRID - BAXI MANRESA

Diego Ocampo, el inventor del "triki-traka" que quiere revolucionar la Copa con el BAXI Manresa: "No he conocido a nadie que eche más horas que él"

Los jugadores Jacobo Díaz, Rodrigo Seoane, Alejandro Bortolussi y Fran Guerra cuentan cómo es el entrenador que ha logrado mantener entre los grandes al equipo del Nou Congost.

Diego Ocampo, en un partido con BAXI Manresa./acb Photo / Miguel Ángel Polo
Diego Ocampo, en un partido con BAXI Manresa. acb Photo / Miguel Ángel Polo
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Gran Canaria.- Suena raro decir que el BAXI Manresa es el equipo revelación, por lo que está consiguiendo esta temporada. Más que nada, porque ya viene de firmar unos años bastante buenos. Sin embargo, lo vuelve a ser. Porque tras un verano en el que parecía que la salida de Pedro Martínez y Brancou Badio, entre otras, había dejado muy tocado al club del Nou Congost, este ha conseguido resurgir de forma excelsa. Y hay que mirar al banquillo para encontrar el porqué. Diego Ocampo (Ourense, 1976) ha conseguido llenar el vacío que dejó el legendario técnico catalán y hacer del Manresa un equipo con identidad y carácter capaz de ganar a cualquiera, que ahora busca en la Copa de Gran Canaria dar la sorpresa. Y lo ha hecho de la misma forma que hizo al Tizona Burgos ser el equipo revelación de la LEB Oro, tras ascenderlo batiendo récords y llevarlo a la Final Four por el ascenso a la ACB contra todo pronóstico: con "trabajo duro", con "muchísimas horas de entrenamiento", "con una idea muy clara de lo que quiere y de cómo conseguirlo" y "convenciéndote de que ese trabajo es bueno para ti y para el equipo".

Así lo reconocen Jacobo Díaz, ala-pívot del Tizona, Rodrigo Seoane, alero del conjunto burgalés, y Alejandro Bortolussi, exjugador de baloncesto que también estuvo bajo sus órdenes en Burgos. Tres jugadores que saben de la dureza que es trabajar con Ocampo, como ahora comprueban en el BAXI Manresa, pero que coinciden en que es un entrenador "especial" que logra convertir el vestuario en "una familia". Aunque también lo admiten otros jugadores que han estado bajo sus órdenes, como es el caso del ahora pívot de La Laguna Tenerife, Fran Guerra.

"Bueno, Diego Ocampo es verdad que es un entrenador de formación, que le gusta mucho formar a los jugadores. Yo lo tuve en Movistar Estudiantes y la verdad es que me fue bien, porque es un entrenador que te ayudaba a mejorar tus debilidades. A la larga se veía que iba a ser un entrenador primordial en la ACB y lo está demostrando a día de hoy", confiesa el pívot. Y lo mismo dicen de él el resto.

"Diego llegó en mi primer año de Burgos, casi a final de temporada, para tres partidos. Luego estuve con él de entrenador la temporada siguiente entera y fue espectacular. Es un tío súper estricto, súper duro, con muchísimas horas de entrenamiento, de vídeo, muy perfeccionista", relata Bortolussi, que coincidió con él la primera vez en esa recta final de la temporada 2021-2022 tras la que el técnico gallego renovó con el conjunto burgalés.

"Creo que el adjetivo para definir quién es Diego es que es una persona súper trabajadora. Creo que no conozco a nadie que le eche más horas que él y eso es porque le encanta lo que hace", explica Seoane, que llegó esa temporada siguiente al equipo y vivió en primera persona el ascenso. Y es que, como reconoce Jacobo Díaz, que se puso bajo sus órdenes la pasada temporada en la que el equipo, pese a que debutaba en Oro, logró disputar la Final Four, "tiene tres cosas muy claras: el trabajo diario, porque entrenamos muy duro de lunes a viernes; lo segundo, su especial atención en los pequeños detalles, tanto técnica como individualmente; y que pide un nivel de intensidad y concentración muy alto".

Precisamente esas características son algunas de las señas que tiene ahora su BAXI Manresa. Ese equipo rápido que, liderado por Derrick Alston Jr., busca sorprender con un juego vistoso y veloz, pero ordenado a sus rivales, como ya hiciera con el Barça, Unicaja, Joventut Badalona, UCAM Murcia o Baskonia, por poner algunos ejemplos.

"Es un entrenador que te reta todos los días a mejorar y a no hacer las cosas porque sí, sino que todo tiene un sentido, sobre todo en la técnica individual", explica Díaz. A lo que Bortolussi añade: "Tiene muy claro a lo que quiere jugar y sabe cómo encajar las piezas, los jugadores, dentro de ese sistema de juego. Sabe aprovechar y sacar lo mejor de cada jugador y encajarlo dentro de su esquema de juego porque tiene muy claro lo que quiere y cómo conseguirlo".

"Como jugador te puedo decir que he aprendido un montón con él y me ha hecho vivir el baloncesto desde otro prisma. A nivel táctico y a nivel técnico es muy bueno y meticuloso y por eso consigue que los jugadores que queremos seguir aprendiendo mejoremos y eso es clave", explica Seoane, que también destaca el aspecto psicológico con el que cuenta Ocampo: "La parte psicológica la domina y ahora mismo en los tiempos que corren creo que es fundamental para alcanzar ese entendimiento entrenador-jugador que teníamos con él".

Esto es algo que también pone en valor Bortolussi, que incide en que una de las claves del éxito de Ocampo es que "sabe cuándo apretar, cuándo no, mete mucha caña y es muy duro, sobre todo con mucha gente, pero también fuera de pista tiene un lado humano súper bueno. Es excelente. Lo que yo veía de él con la gente, de preocuparse por la dieta de los jugadores, de si se cuidaban y descansaban, si estudiaban, los de fuera que aprendan el idioma… Echaba muchas horas para el desarrollo del equipo tanto en la pista como fuera de ella y eso dice mucho como persona de él".

"Al final creo que el éxito que ha tenido en los últimos tres años, ascendiendo en 2023, la Final Four en 2024 y luego este, creo que muestran la esencia de lo que es el estar en un equipo con Diego. Los entrenamientos son bastante duros, pero es lo que te hace mejorar y ser tan competitivos como fuimos nosotros el año pasado y como están siendo en Manresa este año", manifestó Díaz. Y todo ello lo lograba manteniendo un equilibrio perfecto a nivel humano con la plantilla. "Una de las características de nuestro equipo cuando nos entrenaba Diego es que era como una familia. Todos seguíamos unas normas y un camino de cómo ser y cómo afrontar cada día", cuenta Seoane. A la par que tampoco deja atrás su faceta más distendida o humorística.

"Es muy gracioso. Siempre tiene frases y hace comparaciones muy graciosas cuando pone los vídeos y demás. En el equipo, en pretemporada nos decía que no podíamos ir corriendo triki-traka, como al trantrán, pero él decía triki-traka y eso al final se convirtió en nuestro grito en Tizona antes de salir al campo. Metía mucha caña, nos hacía ir antes, irnos después… pero de una manera que hacía que te saliese hacerlo a ti solo, como que te contagiaba, te convencía de que ese trabajo duro era bueno para ti y para el equipo", dice Bortolussi.

Por eso, que los jugadores que han pasado por sus equipos, como dice Seoane, le tengan un cariño especial no es casualidad: "Es una gran persona que me ha brindado dos años espectaculares y que consiguió que viviese el baloncesto de una forma diferente, con un cariño especial". Y esto es algo que enseña parte del secreto del técnico que, tras brillar en Burgos en la LEB Oro, ahora está haciendo lo propio en la Liga Endesa y busca también hacerlo en la Copa ACB con el BAXI Manresa.