COPA ACB

El espaldarazo de Vincent Poirier, el pívot que hizo de Tavares y vino al Real Madrid porque siempre le ganaban

El francés reclama su papel en el Real Madrid con una actuación en la Copa hasta discutir el MVP a Campazzo.

Poirier machaca en la final de la Copa del Rey./ACB Media
Poirier machaca en la final de la Copa del Rey. ACB Media
Chema de Lucas

Chema de Lucas

Recuerdo como si fuera hoy la primera vez que vi a Vincent Poirier. Era la temporada 2016-17, cuando jugaba en el Paris-Levallois. Formaba pareja interior con Louis Labeyrie, uno al cinco y el otro al cuatro. El primero daría el salto de manera inminente al Baskonia mientras que el segundo pasaría antes un año más en Francia, en el Strasbourg, antes de fichar y permanecer cuatro cursos en el Valencia Basket.

En Vitoria no tardó en demostrar sus facultades, siendo miembro del equipo subcampeón de Liga Endesa de 2018 para colarse en su segunda temporada en el segundo mejor quinteto de la Euroliga y de la competición doméstica además de ser máximo reboteador. Y de ahí, a pagar su salida NBA (tenía un año más de contrato con los vitorianos) para tratar de cumplir su objetivo.

No tuvo un año rookie fácil en los Celtics, menos de seis minutos por partido, y en el segundo acabó siendo traspasado a los Thunder, para después jugar diez partidos en los Sixers antes de ser movido a los Knicks para ser cortado. Quería agotar sus dos años de contrato y así lo hizo, viviendo la experiencia NBA.

"Si tengo que volver, volveré. Lo que quiero es jugar. He estado en dos franquicias que tenían un equipo ya muy asentado, y tienes que estar en el lugar y el momento correctos. Tenía el objetivo de llegar a la NBA. Lo que no quiero es quedarme para decir que estoy en la NBA. Quiero tener sitio y minutos. Si la NBA no me quiere, no me quedaré", decía desde Philadelphia donde se mantenía activo, entrenando, con sólo 27 años.

Y en ese momento, el Real Madrid se cruzó en su camino. Un Real Madrid que había dejado escapar a Ante Zizic el verano anterior, cuando lo tenía atado. Di la noticia de su fichaje por los blancos a principios de abril de 2021. Buscaban asegurarse su fichaje mientras los vitorianos soñaban con su vuelta a Europa, pero la salida de Deck hizo que se acelerara su incorporación pese a no poder jugar aquel tramo final de Euroliga 2020-21.

Pero claro, caer en un Real Madrid con el pívot más dominador de Europa como Edy Tavares, no es nada fácil. Ni, primero, para acoplarse y subirse en un tren en marcha, y, después para ser el recambio que tiene que jugar menos minutos pero dar el máximo en la pista en unos minutos restringidos. Y esta temporada lo ha logrado.

Hacer de la necesidad virtud

La infección en las vías respiratorias de Tavares, que le hizo perderse las jornadas 2ª a 4ª de ACB y un partido en Euroliga, le vino bien para ganar seguridad en el arranque de temporada.

"De lo que se trata es de que cuando no esté él, hay que apañárselas y hacerlo bien. Por supuesto que es imprescindible, parte de la columna vertebral, pero si no juega hay que tratar de dar más todavía, eso es un equipo, si no está Papá Edy, estamos los demás", decía Chus Mateo antes del Clásico de la tercera jornada de la ACB, el primero tras la Supercopa.

Y ahí se destapaba con 22 puntos, 6 mates, 8 rebotes, 2 asistencias, 1 robo y 1 tapón para su segunda máxima valoración de la temporada, 29 créditos.

Tavares volvía a faltar recientemente, esta vez por una lesión en el ligamento lateral externo del tobillo derecho, entre la 22ª y la 25ª de Euroliga y la 18ª y la 21ª de la ACB. 9 puntos, 8 rebotes y ¡3 tapones! de promedio para 18,25 puntos de valoración en 25 minutos en la máxima competición continental y 13,6 tantos, 8,6 rechaces y ¡3 tapones! para 24,67 créditos de valoración en 26 en la ACB.

El caboverdiano, aún en modo recuperación, ha visto como esta Copa Poirier ha hecho de Tavares, siendo para mi el MVP real de la final del torneo.

Contundencia, timing, hambre… y eficiencia

Grande, atlético, pero a su vez rápido, su entendimiento con Sergio Rodríguez lo hemos visto desde el principio, con esa seña del dribbling entre las piernas del canario para la caída del galo sin llegar a bloquear (slip).

Su juego sin balón para dobladas, deep rolls (continuaciones profundas) y alley-oops es una combinación de timing y contundencia a la hora de finalizar con hambre de aro: líder en mates de la Liga Endesa con 2 por partido. Además, es capaz de correr el contraataque de manera excelente como si fuera un pequeño en lugar de un grande llegando el primero si hace falta.

En su primera rotación de la final, 7 puntos, 3 rebotes y 1 asistencia jugando el segundo cuarto al completo. En el tercero, 2:53 jugados, 4 puntos, 1 rebote, 1 tapón además de una falta recibida. Y el último al completo, con 6 tantos, 4 rebotes (3 ofensivos), 3 recuperaciones y 1 tapón. En total, 17 puntos, 8 rebotes, 2 tapones, 1 asistencia, 3 recuperaciones y 3 mates para 32 de valoración en 22:52.

"Por supuesto que es imprescindible, parte de la columna vertebral, pero si no juega hay que tratar de dar más todavía, eso es un equipo, si no está Papá Edy, estamos los demás"

Chus Mateo

Su 7 de 7 en tiros de dos con pleno de acierto en la final no tiene precedente ninguno, mejorando precisamente una cifra de Tavares con 6 de 6 en la final de 2020. Su seguridad, fiabilidad y concentración en el campo se ha convertido en eficiencia: 12 de 12 en tiros de campo (2/2 en los cuartos; 3/3 en las semifinales, incluyendo un triple; y 7/7 en la finalísima, incluido un recibir y tirar sobre el final de la posesión) perdonando solamente un par de tiros libres.

Poirier ha sido el mejor jugador de toda la Copa del Rey en puntos por posesión con 2,02. Casi nada. Pero no es un dato atípico: en la Euroliga está en un 70 % en tiros de dos esta temporada y 1,27 puntos por posesión, solo por detrás de Peters (1,31) y empatado con Papagiannis.

Hablando de sus cualidades, me he dejado la última para el final, el otro hambre, el de rebote. Dijo Pesic en su presentación como entrenador del Barça en aquella segunda etapa que se iniciaba en febrero de 2018 que "un jugador que tiene tres coches en el garaje no va a ir al rebote ofensivo. Vamos a ver quiénes tienen tres coches". Aquella Copa, curiosamente, la ganaría el Barça.

Y ese hambre, especialmente de rebote ofensivo (1,9 en la Euroliga y 2,2 en la ACB, quinto mejor), lo ha demostrado en el momento clave de la final. Con Vesely eliminado por cinco faltas, le daba la bienvenida a Willy en un partido de este calibre: canasta tras rebote ofensivo en un tiro libre errado de Yabusele y finalización en un Spanish Pick And Roll en el que el internacional español se quedaba pinchado en el bloqueo de Musa. 86-77 a 2:55 para el final y partido visto para sentencia.

"Lleva muchos trabajando y peleando detrás de un gigante como es Edy que es determinante para nosotros, un factor diferencial, porque hace el Real Madrid distinto y que condiciona. Vince Poirier ha estado trabajando en la sombra durante años con paciencia, sabiendo que detrás de Edy él podía dar una muy buena rotación pero que tenía alguien delante, un compañero al que adora, que se quieren muchísimo los dos. Y ha esperado su momento, su momento ha sido este. Hoy cuando estábamos hablando de salir a recoger el MVP no sabíamos si el MVP iba a ser Poirier, Deck, Campazzo, Yabusele…", aseguraba Chus Mateo a la finalización del choque en rueda de prensa.

No es fácil encontrar dos siete pies en la misma plantilla en Europa, y, sobre todo, dos pívots que sean totalmente determinantes como lo son Tavares y Poirier. El Madrid querrá mantener a los dos pero, si Tavares no sigue, deberá marcarse un all-in por el francés que ha demostrado que está sobradamente preparado para asumir el rol que necesite el equipo en cada momento. Un Poirier exultante por haber conseguido su primera Copa con un Real Madrid por el que fichó al estar "cansado de perder contra ellos".