Ibon Navarro, el químico que ha recuperado la fórmula de Unicaja y en el que se fija Scariolo

Ibon Navarro es el hombre de moda en los banquillos españoles tras haber conseguido el título de la Copa del Rey de Badalona, habiéndose cargado a Barcelona y Real Madrid por el camino. Es el primer técnico que consigue tumbar a ambos en la misma edición en la era ACB y el primero en los últimos 70 años. Una gesta histórica que confirma el acierto de Unicaja al apostar por él para reflotar al equipo en uno de los peores momentos de su historia reciente.

Hace un año el equipo malagueño coqueteaba con los puestos de descenso y decidieron llamar a Ibon Navarro para que cogiera las riendas del equipo tras la salida de Katsikaris. El vitoriano se encontró un equipo roto, pero fue capaz de sacar la fórmula de la salvación antes de ponerse a trabajar casi de cero en el nuevo proyecto que se construyó en verano.

Químico de formación ("Me dedicaría a eso si no fuera entrenador", confesó a Relevo), Navarro mezcló bien los elementos y ha conseguido que sus jugadores confíen ciegamente en el plan que tiene en la cabeza. Los resultados, de momento, le avalan. El equipo está líder en su grupo en la Eurocup, lucha por colarse entre los cuatro primeros de la ACB y ahora ha disputado la cuarta final copera de su historia y la ha ganado.

"Tenemos un plan, yo no, el equipo. El Unicaja tiene un plan. Nos queda un partido, que va a ser el más difícil, pero confío en los jugadores. Tienen mucha personalidad, están seguros de lo que hacen y de sus compañeros". Eran las palabras de Navarro tras tumbar al Real Madrid en las semifinales coperas, quitándose mérito tras haber superado desde la pizarra tanto a Jasikevicius como a Chus Mateo.

Apasionado del baloncesto desde niño, Navarro tenía una vida cómoda en Vitoria, con su familia, su trabajo como químico y su pasión por el baloncesto vivida en un segundo plano. Todo cambió con una llamada de teléfono. Su amigo Rafa Sanz le llamaba para pedirle que le acompañara en su aventura en el Tenerife Rural. Ibon no se lo pensó y en el camino de vuelta a Vitoria ya tenía claro su destino.

El mismo que le ha llevado a compartir banquillos con técnicos del nombre de Spahija, Perasovic, Ivanovic o Scariolo. De todos ellos se empapó hasta que le llegó su primera gran oportunidad al asumir el timón del Baskonia en 2014 tras la destitución de Marco Crespi. De eso han pasado más de ocho años y Navarro se ha convertido en un clásico de la ACB tras su paso por Murcia, Manresa, Andorra y ahora Unicaja.

En ese tiempo el preparador vitoriano se ha ganado el respeto de sus compañeros de profesión. Incluso de alguno de sus maestros como es el caso de Sergio Scariolo, quien en la Gala de Gigantes confesó que se había fijado en la pizarra de Ibon y una jugada para triple de Kalinoski ante Baskonia: "Acabo de ver una jugada muy bonita de un entrenador al que le tengo mucho cariño como es Ibon Navarro y eso ya es parte el disco duro. No sé si algún día se me ocurrirá copiarla". No hay mayor reconocimiento para un entrenador que ya se ha ganado un hueco en la élite.