El inusual camino de Dustin Sleva para convertirse en amenaza del Real Madrid... por culpa de Doncic
El jugador del UCAM Murcia pasó de NCAA II y la segunda francesa a ser referencia para los de Sito Alonso, que ya saben lo que es ganar al Real Madrid.

El Real Madrid tiene marcado en rojo los duelos frente a UCAM Murcia esta temporada. No obstante, el conjunto de Sito Alonso es de los equipos que más difíciles les ha puesto las cosas esta temporada en la que los de Chus Mateo parecen no tener rival. Y querrán hacer lo mismo esta tarde (18:00, Movistar +) en el duelo de cuartos de final que sirve para abrir la Copa del Rey de Málaga.
Los blancos son los grandes favoritos en las apuestas -líderes en ACB y Euroliga y recuperan a toda la plantilla- pero en el que los murcianos quieren dar la sorpresa amparándose en su victoria el pasado mes de enero y en el duelo tan igualado que vivieron en el WiZink en la primera vuelta. Choques marcados por la tensión -la pizarra de Sito Alonso señalando la diferencia de tiros libres o el acalorado diálogo con Llull- entre dos equipos que se tienen ganas y que usan esa 'tensión' como motivación para lo que se viene.
Un duelo que es una final para los murcianos tal y como confiesa Dustin Sleva en conversación con Relevo. "Simplemente por experimentar este tipo de encuentros y ver que todo el mundo se tomó nuestra victoria en Murcia como si hubiéramos ganado la liga, ha merecido la pena. Moló mucho, fue muy importante. Es confirmar nuestro momento. Ya jugamos la Supercopa y ahora jugamos la Copa. Es como cumplir con los objetivos en mi primer año en España. Poder experimentar este tipo de partidos es increíble".
El estadounidense, que llegó a Murcia como un auténtico desconocido y que en apenas unos meses se ha convertido en uno de los jugadores más queridos de la afición, apunta las claves del Murcia para poder ganar al conjunto blanco: "Tenemos que fijarnos en todo contra el Real Madrid. Tenemos que estar atentos a cualquier pequeño detalle. Lo más importante cuando jugamos contra el Madrid es, ya sabes, ser muy sólidos en nuestro plan de juego y estar preparados para tirar y no renunciar a los tiros, aunque a veces no sean buenos. Tenemos que jugar un partido perfecto. Tenemos que tener un plan defensivo perfecto. Deberíamos estar en el partido hasta el final y luego intentar robar la victoria".
Una carrera fuera del radar
Para Sleva no es un partido más. Se enfrenta al primer gran reto de una carrera construida fuera del molde. Un camino hasta desembarcar en la Liga Endesa que no se ajusta a la senda habitual. "Vengo de una universidad de NCAA II. Llegué siendo un jugador muy exterior y allí, en mi segundo año (con 19) crecí 6 centímetros lo que me hizo entrar a jugar más en la zona", recuerda un ala-pívot que llegó a Europa a través de la segunda división francesa, pero que siempre tuvo muy claro que su destino estaba en el Viejo Continente y también quién es el culpable de estar hoy en España.
"Recuerdo estar en casa, en Pittsburgh, y ver de repente en la tele un partido del Madrid y ver a Doncic y me di cuenta que es donde quería jugar. Quería jugar contra estos tipos"
"Recuerdo estar en casa, en Pittsburgh, y ver de repente en la tele un partido del Madrid y ver a Doncic y me di cuenta que es donde quería jugar. Quería jugar contra estos tipos", recuerda un ala-pívot que se sale de la norma ("No soy una posición, soy un jugador de baloncesto", recalca) y que en su primera temporada está 8 puntos, 4 rebotes y más de un 40% de acierto desde el triple, demostrando la buena mano que adquirió siendo niño, cuando por su tamaño se vio obligado a jugar más lejos del aro. "Realmente no sabes mucho de baloncesto europeo cuando estás en los Estados Unidos al menos que conozcas a alguien o estés muy centrado en él, pero recuerdo estar viendo ese partido y pensar 'oh dios mío, ahí es donde quiero jugar, a ese nivel". Era un poco naíf en ese momento. Honestamente, poder jugar en esta liga es una bendición que solo podía soñar cuando estaba en los Estados Unidos".
Sleva siempre ha funcionado bien bajo el radar ya que, como él mismo dice, nunca ha llamado la atención: "Realmente pienso que cuando llegué a España nadie sabía quién era. Nunca fui un jugador reclutado en los primeros puestos en Estados Unidos. La mayoría de los entrenadores no me veían como un jugador de alto nivel porque jugaba en una división menor. Por eso cada año es una especie de viaje para tratar de demostrar mi valía y ya sabes, me encanta, me encanta tener esa mochila en mi hombro y demostrar mi valía cada año".

Ese pasado en ligas menores y siendo más pequeño en tamaño que muchos de sus rivales convirtió a Sleva en un jugador polivalente capaz de jugar en las cinco posiciones. "La mayoría no me veía como un jugador de nivel por ser un jugador de desarrollo tardío, pero eso te hace más duro porque tienes que compartir cancha con jugadores más grandes. Recuerdo que los jugadores me empujaban y yo pensaba que tenía que hacer otro tipo de cosas en la cancha porque había zonas en las que no podía jugar. Eso me hizo más duro y definitivamente me dio un cierto conjunto de habilidades como jugar en diferentes posiciones. Nadie me puso entre los cinco de inmediato. Sabes, jugué de base cuando estaba en noveno grado porque no teníamos a nadie más y yo era un poco más bajo. También jugué de cinco y de cuatro. Lo hice en muchas posiciones diferentes mientras crecía. Eso me hizo más fuerte y más duro", apunta el estadounidense antes de enfrentarse a un nuevo desafío en su inusual camino.