PREOLÍMPICO BALONCESTO

España se adentra sin miedo y "sin margen de error" en territorio desconocido

La Selección vuelve a disputar un Preolímpico 36 años después y no se fía del formato.

Rudy Fernández y Usman Garuba, concentrados en el último entrenamiento de la Selección./FEB | A. Nevado
Rudy Fernández y Usman Garuba, concentrados en el último entrenamiento de la Selección. FEB | A. Nevado
Guillermo García

Guillermo García

Valencia.-España se ha convertido en una de las grandes referencias del baloncesto mundial en las últimas décadas. Oros mundiales y europeos y medallas olímpicas han colocado a la Selección en los puestos de cabecera del deporte de la canasta, llegando incluso a desbancar a Estados Unidos como número 1 del ranking FIBA. Sin embargo, a estas generaciones les faltaba un último reto por afrontar. Y lo van a hacer a partir de mañana en Valencia.

España se adentra en un territorio desconocido tanto para los jugadores como para el seleccionador Sergio Scariolo, que nunca en sus carreras habían tenido que jugar un Preolímpico para intentar conseguir el acceso a los Juegos. Lo habían conseguido siempre a través de la clasificación lograda en los Eurobasket, como se venía haciendo entre 1988 y 2008, cuando la FIBA recuperó este torneo que daba los últimos billetes olímpicos.

Un torneo concentrado en apenas una semana y cuyo 'oro' es la presencia en París, en unos Juegos en los que España no falla desde 1996. Por eso, por el deseo de mantener la racha, la motivación es mayor que la incertidumbre y la novedad.

"Se afronta como una competición más, como si el día 7 lucháramos por una medalla. Ese es un poco el objetivo, conseguir ese oro del Preolímpico para poder llegar a París. Sabemos que no va a ser fácil porque los demás equipos también juegan y van a estar muy motivados. Tenemos que ir paso a paso y pensar desde ya en el primer partido", apuntaba Sergio Llull horas antes del comienzo de un torneo que tiene como premio mantener a España en la cita olímpica por octava vez consecutiva.

España en los Preolímpicos

Es cierto que para todos los miembros que componen el actual equipo nacional este tipo de torneo, con cuatro partidos a vida o muerte, es una novedad. Pero no lo es para el baloncesto español. Y la historia empezó bien, ya que en su primera participación en 1960, en un torneo previo a los Juegos de Roma, el conjunto nacional logró el billete olímpico, aunque luego no pasó de la fase de grupos.

Algo que no sucedió cuatro años más tarde en Ginebra, pero que sí volvió a ocurrir en 1968 tras disputar la repesca del Preolímpico de Bulgaria en el que en un primer momento la Federación había declinado participar. Tuvo que ser en Monterrey, a pocos días de los Juegos, cuando los españoles lograsen el billete para los Juegos de México.

Desde entonces, España participó siempre en todos los preolímpicos logrando la plaza para los Juegos en cuatro de las seis ocasiones que se disputaron. Sólo en 1976, cuando ni siquiera pudo conseguir la repesca en el último torneo disputado en Canadá, y en 1992 por ser país anfitrión de la cita olímpica, España se quedó sin participar en los Juegos a través de un Preolímpico que había caído en el olvido para la afición española. Hasta ahora.

Sergio Scariolo durante un entrenamiento. FEB | A. Nevado
Sergio Scariolo durante un entrenamiento. FEB | A. Nevado

Una cita con cuatro partidos en seis días en la que la concentración es casi tan fundamental como los esquemas ofensivos o la defensa. "Es un tema individual. Es un aspecto que colectivamente el equipo recoge lo que cada uno aporta individualmente. Si hay 12 jugadores concentrados al 100% el resultado es un equipo con un buen porcentaje de buenas decisiones tomadas en cancha y un bajo porcentaje de errores. Es un resultado casi automático. Pero cuando hay más de un jugador, o a veces sólo con que un jugador no esté realmente bien concentrado para romper un mecanismo ofensivo o defensivo puede generar un daño a su equipo. Ese aspecto concreto es un aspecto individual, de que cada uno lleve a la cancha su capacidad de enfocar la acción que tiene delante".

"Hay ganas, nervios, un poco de todo. Es nuevo para nosotros y tenemos que aprovechar el que estamos en casa, sabiendo que está Selección necesita mejorar con respecto a los partidos de preparación y ya no hay margen de error. Ahora es cuestión de ponerse el mono de trabajo para competir de tú a tú a los equipos que tenemos enfrente", apunta el capitán Rudy Fernández sobre las claves para afrontar esta cita novedosa en su calendario. "Desde el minuto 1 tenemos que darlo todo. Aquí no hay margen de error. Depende de nosotros de nuestra actitud y de nuestro trabajo. Esta selección ha demostrado que puede ganar a cualquiera, pero también puede perder contra cualquiera".