El regreso de España a la élite del baloncesto pasaba por Miguel Méndez
El seleccionador recogió un equipo descompuesto, incapaz de clasificarse para el Mundial y sumido en el escándalo de Lucas Mondelo.

El 22 de septiembre de 2021 la Federación Española de Baloncesto anunció que Miguel Méndez sería el nuevo seleccionador de la absoluta femenina. Su nombramiento se producía tras el periodo más oscuro de una de las generaciones más brillantes que jamás ha tenido España: sin medalla en el Eurobasket de 2021, tampoco en los JJOO de Tokio, sin clasificación para el Mundial de 2022… y con un escándalo que apuntaba al anterior técnico, Lucas Mondelo.
Dos estandartes de la Selección más laureada de la historia, Anna Cruz y Marta Xargay, acusaron al exseleccionador de tratos vejatorios hacia las jugadoras. Según ellas, el ambiente en este equipo triunfador escondía episodios de acoso, ansiedad, bulimia y depresión supuestamente provocados por el entrenador con el que habían conseguido metal todos los campeonatos desde que llegara en 2013. El precio por conquistar todas aquellas preseas había supuesto demasiado y se retiraron antes de lo esperado junto a Laura Nicholls, quien nunca se pronunció al respecto.
La FEB escogió a Méndez, un tricampeón de Euroliga, para tomar el testigo de Mondelo. El gran éxito europeo del vigués no era la única razón para escogerle: había sido seleccionador Sub-18 y Sub-20 y dirigido a algunas de las que en Israel y Eslovenia serían sus seleccionadas: Alba Torrens, Paula Ginzo, Queralt Casas, Laura Gil o Silvia Domínguez. Tras el 'Caso Mondelo', llegaba una cara amable reconocida para las integrantes de España, un experto en baloncesto femenino, con la sensibilidad necesaria para entender la idiosincrasia de un deporte que a veces exige más de lo que da. Además, integró a la excapitana Laia Palau en su staff para facilitar la regeneración y sumar referentes para las más jóvenes.
La solución al problema entre seleccionador y jugadoras se resolvía con la elección Méndez. ¿Y el deportivo? El gallego se estrenaría consciente de que su equipo no participaría en el Mundial y con la sombra de las siete medallas logradas por su antecesor -a destacar, tres oros europeos, una plata olímpica y una plata y un bronce mundial-. ¿Podría reconducir a esta nueva generación a la senda que termina en el podio? ¿Estaría a la altura de las expectativas? La respuesta, terminado el Eurobasket 2023, es un rotundo 'sí'.
La vuelta a la 'normalidad' pese a las ausencias
"Tenemos la medalla de plata aquí colgada, nadie se la ha quitado. Para nosotros esto es un éxito, estamos encantados y le damos un valor enorme porque sabemos lo que nos ha costado", aseguró Méndez en la rueda de prensa tras la final.
Su dirección ha supuesto la vuelta a la 'normalidad', entendiendo como tal el regreso de España a los torneos. En la etapa anterior era impensable que el conjunto nacional no se clasificara para una cita internacional, hasta que llegó el Eurobasket 2021 y las de Mondelo, por aquel momento segundas en el ranking FIBA, no consiguieron acceder al Mundial de Australia tras un Europeo decepcionante. El pasado septiembre, las españolas vieron la Copa del Mundo en el televisor y eso inevitablemente ha rondado por sus mentes en este campeonato: había que obtener el billete para el Preolímpico. Trabajar con esa presión ha sido uno de los grandes retos del técnico y lo ha solventado con creces.
La Familia solo resbaló en el primer partido del torneo. Una vez superado el susto inicial -algo, por otro lado, muy español-, el camino ha parecido incluso sencillo y eso se justifica con horas de buen trabajo y también buen clima en el vestuario. Hacía tiempo que no se veía a las jugadoras sonreír juntas así, como amigas, como un verdadero equipo.
📹 Un JUEGO de ACTIVACIÓN mental.
— Baloncesto España (@BaloncestoESP) June 19, 2023
Parece que la mímica tampoco se les da nada mal...#LaFamilia #SomosEquipo pic.twitter.com/VDRnVVnWGz
Miguel Méndez ha dirigido a su plantilla hasta la plata europea sin poder contar en la recta final con una de las europeas más brillantes, María Conde, que se lesionó del hombro ante Grecia. Es más, tuvo que plantear el Eurobasket sin una pívot diferencial como es Astou Ndour, la MVP de 2019 y campeona de la WNBA en 2021 que por motivos personales no ha sido seleccionable. O sin las lesionadas María Araújo e Irati Etxarri, dos baloncestistas que tenían papeletas suficientes para ser seleccionadas.

Méndez y el catecismo de colectivizar
"Parte de mi catecismo es colectivizar el juego, en todos mis equipos", comentaba tras la victoria ante Hungría en semifinales. Y así ha sido. En cada partido ha habido una o dos protagonistas distintas que han marcado la diferencia: Laura Gil, Raquel Carrera, María Conde, Alba Torrens...
Méndez ha recuperado la mejor versión de algunas jugadoras, especialmente la de Alba Torrens, que no ha tenido su mejor año en Valencia Basket. Y aunque su pupila en el Celta y en el Ekaterimburgo ha sido incluida en el mejor quinteto del torneo, a falta de cinco minutos para el término del partido era complicado vislumbrar qué española estaría ahí, porque muchas lo merecían.
La final ante Bélgica fue el partido más colectivo del grupo. Si Torrens señalaba el camino en los primeros compases, Raquel Carrera se echó al combinado nacional a la espalda al final… con tan solo 21 años. Entre medias, Queralt Casas fue un verdadero martillo. Y Paula Ginzo hizo un esfuerzo bestial en defensa que no acusó para atacar sin miedo y con éxito a la MVP Meesseman, a la que Laura Gil y Carrera anularon gran parte del partido en el plan trazado por su seleccionador, que había tenido a la belga en sus filas durante cuatro años. Otra jugada maestra fue la inclusión en el tercer cuarto de Leo Rodríguez con Ouviña y Cazorla se apostó por el small ball frente a la altura del rival y fue bien hasta que Bélgica, favorita al oro, dijo 'basta'.
"Bélgica ha jugado el mejor baloncesto del torneo y merecieron la victoria en la final. Fue un partido duro, competimos durante muchos minutos pero mi sensación es que necesitábamos algo más que no encontramos. Estoy orgulloso de mis jugadoras y trataré de estar contento en los próximos días", dijo el entrenador de España tras colgarse la plata en el cuello.
Meesseman y compañía llevaban un lustro llamando a la puerta de la victoria y finalmente la derribaron. Contener a esa maravillosa generación belga 36 minutos es motivo de orgullo para el seleccionador, que ha conseguido que España, con un grupo más joven y con cambios de roles, vuelva a estar en la élite del baloncesto femenino. Sin gritos en los tiempos muertos, pero con mucha pizarra bien ejecutada por sus baloncestistas tanto en defensa como en ataque -¡Imaginad si Barça o Real Madrid masculinos fueran capaces de dar más de tres pases en sus ataques como sí lo hace La Familia!- Méndez ha cimentado las bases de una Selección que comienza su leyenda con una plata colgada al cuello.