BALONCESTO

Arlauckas, Biriukov y el peso de una Copa de Europa que se convirtió en obsesión para el Madrid: "Me sentí vacío"

Hoy se cumplen 30 años de la consecución de la Copa de Europa de Zaragoza donde, de la mano de Sabonis, el Madrid ponía fin a 15 temporadas de sequía.

El Real Madrid campeón de Europa en Zaragoza en 1995./ABC
El Real Madrid campeón de Europa en Zaragoza en 1995. ABC

Hay títulos que marcan un antes y un después. Y más en un equipo como el Real Madrid. Pasó con el gol de Mijatovic y la Séptima, que ponía fin a 32 años de espera. Y sucedía igual el 13 de abril de 1995, cuando el Real Madrid de baloncesto aparcaba 15 años de sequía para volver a reinar en la Europa baloncestística de la mano de Zeljko Obradovic en el banquillo y de Arvydas Sabonis en la cancha.

Dos de los héroes de aquella temporada, como son Joe Arlauckas y Chechu Biriukov, que hacía las veces de capitán, repasan en Relevo, en esta segunda parte de la tertulia entre ambos, cómo se fraguó ese título que llegó a convertirse en una obsesión para todo el madridismo, como recuerda el internacional español, que llevaba 11 años buscando un título que se le resistía una y otra vez.

"Para mí es el más importante", apunta Biriukov. "Si recuerdas bien aquel año ni la Copa del Rey, ni la Liga Española. No tenían ninguna importancia. Sólo se centraron en la Euroliga". "Además en la Liga fuimos fatal". " Perdimos con el Barça en semifinales. Yo creo que seguíamos celebrando todavía la Euroliga y pasamos de la liga española", recuerda el que fuera escolta del Real Madrid durante 11 temporadas.

Joe Arlauckas y Chechu Biriukov recuerdan a Sabonis. Relevo

Un jugador para el que la Euroliga era algo más y al que le queda una pequeña espina por lo que pasó aquel fin de semana en Zaragoza. "Yo te voy a decir con franqueza, Joe, no te voy a mentir, a mí me amargó un poquito el tema que yo no salí ni un minuto en la final. Fue un poco amargo. Pero al final la Euroliga es la Euroliga y al fin y al cabo para el Madrid era muy importante".

Más que importante, la Copa de Europa se había convertido en una obsesión. Y más después de haber perdido la final dos años antes ante el Limoges de Maljkovic y los cuartos de final ante el Joventut la temporada anterior, como apunta el ex de Caja de Ronda y Tau. "Perdimos, si no me equivoco, en cuartos de final contra el Joventut de Zeljko, que tenía un pedazo de equipo. Y a mí, tío, me ficharon a mí con Sabas para ganar este título. Y cuando lo perdí este contra el Joventut pensaba: 'Es que me van a echar ya de aquí'. Estaba destrozado, tío. La verdad, estaba destrozado".

"A mí me amargó un poquito el tema que yo no salí ni un minuto en la final. Fue un poco amargo"

Chechu Biriukov

Por eso, Arlauckas se dejó el alma en la cancha en cada partido y en cada entrenamiento de la temporada siguiente. Hasta el punto de que su primer pensamiento nada más terminar el partido fue en lo que venía después. "Cuando ganamos tengo el mismo pensamiento que el año anterior cuando perdimos contra el Joventut, 'por lo menos me quedo un año más aquí'", afirma entre risas Arlauckas, que recuerda el peso que se quitó de encima cuando levantó el trofeo de campeón de Europa.

"Me sentí vacío. Era un vacío de cuerpo y de cabeza, en plan, ¿y ahora qué hacemos? Entras al vestuario, celebras y cuando te empiezas a quitar la ropa y estás ahí duchándote piensas, 'hostia, ¿qué hacemos ahora?' Hay que empezar otra vez. Es como vaciarte de tanto entreno, tanto sudor, tanto sangrar, tanto viaje". " Te da un bajón", sentencia un Biriukov que da la razón a su compañero antes de desvelar pequeños secretos que ocurrieron en aquella fiesta de celebración.

Joe Arlauckas y Chechu Biriukov recuerdan la Euroliga con el Real Madrid. Relevo

"No sé si es apropiada esa pregunta porque, vamos, son cosas que se quedan en el vestuario", se ríe el que fuera internacional por España y plata en Los Ángeles'84. "Recuerdo la canción de Queen, que 'robamos' una botella de Chivas… bueno, que le pedimos a la camarera", desatando las risas entre ambos, mientras Arlauckas pone otra guinda en el pastel: "Tengo una famosa foto yo dando un beso casi con lengua a Sabas", rememora un Arlauckas que no quiere dejar escapar la ocasión para criticar el trofeo que se les daba a los jugadores entonces.

Una copa que completó el palmarés de un Arvydas Sabonis que quedó en la retina del aficionado como el gran artífice de ese éxito. Aunque, al principio de su andadura juntos, Arlauckas no supiera quién era. "Yo pensaba que era grande y torpe", se acuerda el de Rochester entre risas. "Luego, cuando empecé a jugar con él me di cuenta de que era de otro mundo. A mí me costó seis meses jugar con él. No se puede cambiar su juego. Alguien aquí entre los dos tiene que cambiar su juego". Y terminó siendo él para llegar al final al objetivo, que no era otro que la Euroliga.

La misma recompensa que busca ahora el equipo de Chus Mateo. Una plantilla que ahora tendrá que remar y ganar al París en el playin para intentar seguir el camino hacia un nuevo título continental como el que conquistaron Arlauckas y Biriukov y como el que levantaron en Kaunas hace dos temporadas los blancos. Un equipo que esta temporada ha cambiado sus cartas y ha tenido que recomponerse, como apuntan estas dos leyendas blancas en la que será la tercera parte de esta tertulia.