'El Chacho', magia y liderazgo como argumentos para poder decidir su futuro

El quinto partido de la serie entre el Real Madrid y el Partizan de Belgrado tuvo un nombre propio: Sergio 'El Chacho' Rodríguez. El insular volvió a sacar la varita que parecía escondida por momentos esta temporada y fue el flotador al que se agarraron los blancos para conseguir salir a flote cuando el Titanic ya había chocado con el iceberg.

Con el equipo 16 abajo, con Tavares en el banquillo con problemas de faltas y el Partizan crecido con un Punter enloquecido, Sergio Rodríguez demostró que todavía tiene mucho baloncesto en sus manos, dejando lo mejor para los últimos 20 minutos de la eliminatoria. El Madrid volvió a creer en el 'Chachismo' y éste respondió con 16 puntos en la segunda mitad, 13 en el último cuarto, seis asistencias (cuatro en la segunda parte) y 26 de valoración.

"Teníamos el partido perdido y cuando nos hemos ido con 7 abajo en el último cuarto veíamos el objetivo y hemos ido. Nos hemos concentrado porque las emociones iban solas", aseguró el insular, que bromeó cuando le preguntaron si tenía 20 años. "No, ahora estoy mejor".

Números con los que el insular ha demostrado que sigue teniendo hueco en el Real Madrid. El pasado verano regresó a la disciplina blanca y firmó un contrato por 1+1 y su intención es convencer al club con su juego para que haga efectiva esa temporada adicional. Novias en el mercado no le faltan. Y menos con este nivel. La primera es el Bayern, que ya ha mostrado interés en su fichaje. Sin embargo, según ha podido saber Relevo, por su cabeza no pasa volver a salir de España.

Otros dos de los pilares de la victoria blanca en el quinto partido de la serie fueron los otros dos componentes de la llamada vieja guardia del Real Madrid. Sergio Llull y Rudy Fernández. Dos jugadores que se han ganado el derecho a decidir cómo y cuándo decidir qué hacer con un futuro en el que van renovando temporada a temporada.

El escolta de Mahón recordó a sus mejores noches. Aunque lo hizo con una versión exprés. Ocho puntos en los últimos cinco minutos sirvieron para encender los ánimos del WiZink y del resto del equipo. Mientras que Rudy volvió a cambiar el partido desde la defensa y la intensidad. Dos características que mantiene intactas con el paso de los años y que el Madrid puede seguir aprovechando todavía un tiempo.