Chus Mateo pasa factura a sus 'haters' a costa de su 76% de victorias como entrenador del Real Madrid: "Aunque hay gente a la que no le gusta tanto..."
El técnico está a una victoria de volver a entrar en los playoffs de Euroliga con el equipo blanco.

Si hay alguien que siempre está en el centro de la diana, por lo general, ese es el entrenador. Más si cabe cuando se trata del banquillo de los llamados grandes equipos. Y un claro ejemplo de ello ha sido Chus Mateo en el Real Madrid. El técnico que asumió la papeleta de recoger el testigo de Pablo Laso en el equipo blanco, que estuvo en duda durante prácticamente toda esa primera temporada en la que acabó ganando la Euroliga, que finalmente hizo triplete -Supercopa, Copa y Liga- y llegó a la final de la Euroliga en la segunda y que, ahora, en la tercera, volvió a estar en la picota aunque esté vivo aún en la competición continental (a un triunfo de los playoffs) y en la Liga Endesa (primero, con dos victorias de ventaja sobre el segundo). Pero lo cierto es que los datos respaldan su gestión al frente del banquillo.
Cuando este domingo el Real Madrid ganó en el Santiago Martín a La Laguna Tenerife (68-79), Chus Mateo cumplió su partido número 240 como primer entrenador blanco. Y ese resultado en territorio insultar hace que su balance de victorias y derrotas fuese de 182 frente a 58. O lo que es lo mismo, casi un 76% de triunfos. Una cifra bastante alta pese a estar en una temporada compleja con muchos altibajos, en la que la presión y el desgaste físico y mental para rehacer prácticamente al completo a su equipo, le pasó factura durante los primeros meses de competición.
"Trabajar, acoplarnos, saber lo que queremos, buscar conexiones que siempre durante un año se están estableciendo, tener paciencia, caernos a la lona, levantarnos, ayudar a levantarse al que se ha caído y formar un equipo que ahora parece funcionar como esperábamos que fuera a funcionar durante el año", decía Chus Mateo este lunes al hacer balance de lo que ha cambiado entre ese Real Madrid que empezó la temporada y el que se ha construido a día de hoy.
"Estamos funcionando bien y jugando bien como equipo, espero que podamos mantener este nivel hasta el final. Quedan dos meses y medio de temporada, con rivales de mucha enjundia, que vamos a tener que ir pasando con paciencia, lo que vaya presentándose por delante, pero sin perder nada de la identidad que estamos teniendo este año", reivindicó el técnico, que ha tenido que trabajar mucho para lidiar con la presión y el haberse visto envuelto en ese bucle de partidos a vida o muerte, prácticamente, que ha vivido en el último mes.
"A nivel personal (pesa) mucho. Te puedo decir que hay que tratar de estar preparado mental y físicamente para afrontar tanta dureza y tanta presión desde hace tiempo, pero tratamos de trabajarlo y de intentar pensar en las cosas realmente importantes de la vida para intentar manejar todo esto. A nivel colectivo te diría que también. A todos nos gusta jugar partidos buenos y de trascendencia, pero es obvio que llevamos jugándolos desde hace tiempo", dijo el técnico, que ha sido desde el principio uno de los más señalados cada vez que ha habido altibajos, pero que hace sólo unos días incluso acabó siendo elogiado por uno de los maestros del baloncesto europeo: Zeljko Obradovic, quien llegó a decir que puede hacer del equipo blanco otra vez campeón de Europa.
"Tengo respeto absoluto por Zeljko Obradovic porque para todos es el reflejo en el que mirarnos, es un referente y máximo exponente como entrenador del baloncesto europeo. Obviamente no me vale de nada el creer esas palabras, las agradezco porque suenan más a piropo que a crítica, pero sería tonto pensar que eso me da algo, lo agradezco y más viniendo de quien viene, pero tengo que seguir trabajando, no me voy a dejar, digamos, por las alabanzas en un momento determinado que cambie la forma de hacer", reconoció Chus Mateo, que aunque fue el artífice de dibujar en Belgrado la jugada con la que, precisamente, el equipo ganó al Partizan en el último segundo, se quitó mérito para dárselo a los jugadores por haberla ejecutado a la perfección.
"No ganamos por la pizarra, sino porque los chicos tienen un corazón brutal como equipo de no dar un balón por perdido, como equipo luchar cuando íbamos diez abajo y entrar en el partido y tuvimos la fortuna de que un tiro en el último segundo entró. Con AVEL y Maccabi no tuvimos fortuna y el otro día sí. El equipo es lo importante, la unión y comunión que hay entre los jugadores de cuando las cosas van mal dadas apretar los dientes y salir a flote", dijo. Aunque, eso sí, le lanzó un dardo a aquellos que dudan o han dudado de su Real Madrid.
"Es obvio que por ser quienes somos no se nos perdona demasiado algún borrón. Tratamos de sobrellevarlo bien como equipo, juntos en el vestuario y haciéndonos fuertes en el vestuario porque sabemos que fuera del fuerte hay mucha gente que no le gusta tanto que nos vayan bien las cosas", expresó el técnico. Y, al menos, en su caso, lo cierto es que los datos lo respaldan.