EUROLIGA | REAL MADRID 96 - BARÇA 91

La "determinación y orgullo" de un Barça al límite es lo único que hace respirar a Joan Peñarroya: "Estamos jodidos, pero con la cabeza alta"

El equipo culé está en cuadro y no han llegado fichajes en este mercado para lo que resta de temporada.

Joan Peñarroya aplaude a sus jugadores durante el Clásico. /GETTY IMAGES/ÁNGEL MARTÍNEZ
Joan Peñarroya aplaude a sus jugadores durante el Clásico. GETTY IMAGES/ÁNGEL MARTÍNEZ
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Si uno miraba a la izquierda del banquillo del Barça durante el Clásico, ahí, en el que es su sitio habitual, se encontraban sentados el general manager, Juan Carlos Navarro, y el secretario técnico, Mario Bruno Fernández, que no perdía detalle de lo que estaba pasando sobre el parqué. Tanto que, de vez en cuando, se le veía apuntar en una pequeña libreta aquellas cuestiones que estimaba a tener en cuenta de un partido que fue "jodido" por el resultado, en palabras del propio entrenador culé, Joan Peñarroya, pero para estar "con la cabeza alta", al menos dentro del vestuario. Porque lo cierto es que las miradas tras la situación del Barça apuntaban en cierto modo a esos sitios que ocupaban los encargados de la dirección deportiva, pero sobre todo al palco donde se encontraba el responsable de la sección, Josep Cubells.

Cuando el miércoles por la mañana, a sólo unas horas de que se produjese el cierre de mercado de la Euroliga, Joan Peñarroya comunicó que a las bajas ya conocidas de Nico Laprovittola, Jan Vesely y Kevin Punter también se unía Juan Núñez, por un problema en el menisco de la rodilla derecha que todo apunta a que le hará perderse lo que queda de temporada (y el verano), fue para muchos aficionados la gota que colmó el vaso. Y cuando cumplidas la seis de la tarde -la hora tope para incorporar jugadores- comprobaron que, efectivamente, la plantilla se iba a quedar tal cual y no habría fichajes literalmente ese líquido de ese vaso terminó por rebasar.

Joan Peñarroya valora la actuación del Barça en el Clásico. N. G. M.

El Clásico estaba a la vuelta de la esquina y tres canteranos iban a tener que completar la convocatoria para jugar ante el eterno rival un partido que, por cierto, era trascendental. Por eso que finalmente los culés vieran este jueves esta versión con carácter, garra y determinación de los culés disponibles -y del joven Raúl Villar que tuvo un debut a lo grande con el primer equipo a sus 17 años- fue, como dijo Peñarroya, "para estar orgulloso del equipo".

Más que nada, porque con sus errores, el equipo culé peleó hasta el final y planteó opciones para disputarle la victoria a un Real Madrid con mayor fondo de armario y con sólo un jugador en la enfermería. "Es evidente que hemos hecho cosas mal, pero es un día para estar orgulloso del equipo. Hemos competido bien, hasta el final hemos tenido opciones reales y es un día para estar orgullosos de cómo ha estado el equipo, pero al mismo tiempo tenemos que exigirnos en algunos momentos estar mejor", mantuvo Peñarroya.

El técnico también deslizó su descontento con el arbitraje al entender que en la última lucha pitada hubo falta de Edy Tavares sobre Jabari Parker, y por la diferencia de tiros libres (el Madrid tiró 20 más que el Barça 37-17) -"mira la estadística. No... ya fui el primer sancionado de la competición y no tengo ganas de volver a estarlo", dijo-, pero a la par hizo autocrítica y detalló algunos errores de los culés.

"Las nueve pérdidas en la segunda parte nos han castigado, algunas situaciones tácticas, sobre todo en defensa, podíamos haber estado mejor, pero el espíritu, la idea y la determinación con la que hemos jugado, entramos a falta de 30 segundo con valor, con opciones, dos abajo… o sea que… estamos jodidos, porque otra vez se nos escapa un partido muy igualado ante un gran rival, pero con la cabeza alta", mantuvo el técnico.

De hecho, este fue el respiro y el lado positivo que sacó el técnico de lo que fue el Clásico. Porque ante esta situación crítica que vive la plantilla -y el inmovilismo de las altas esferas del club para mejorarla-, los jugadores dieron un paso al frente y mostraron esa unidad a la que el Barça tiene ahora que aferrarse ante lo que ya es la recta final de temporada que se antoja compleja para los culés. Sobre todo, tras el inmovilismo desde arriba, donde los aficionados señalaban a Cubells, por no haber reforzado el equipo ante tales circunstancias.