Un 35% explica la resiliencia de un Barça que manda un aviso antes de la batalla ante el Monaco: "Las valoraciones se hacen al final"
El conjunto de Peñarroya mostró ante Unicaja su capacidad para adaptarse a cualquier circunstancia y aspira a llevar esa permeabilidad a la Euroliga.

El deporte responde a un desarrollo ciclotímico por el cual lo que ayer era crisis, destituciones y críticas hoy pueden ser victorias, halagos y parabienes. Un proceso que cada temporada se vive por decenas y que este curso ha tenido un claro ejemplo en el Barça Basket. Un equipo que en el mes de enero tocaba fondo y poco después, con la derrota copera ante el Tenerife, parecía desintegrarse como un castillo de arena en la orilla cuando le golpean las olas.
En el caso azulgrana la marejada vino en forma de golpes. Muchos. Lesiones, fichajes interruptus, derrotas y un futuro en riesgo tanto en Euroliga como en la competición doméstica hicieron que muchos aficionados azulgranas mirasen hacia el palco y hacia el banquillo. Pero ni unos ni otros cambiaron la dirección de la nave. Entendieron que la situación económica del club tampoco daba para grandes dispendios y se decantaron por mantener el bloque, a pesar de las lesiones.
Y la apuesta dio sus frutos. Con una rotación más corta Peñarroya encontró el rol perfecto para cada superviviente y el Barça despertó. Logró clasificarse para los playoffs de la Euroliga y ahora se permite el sueño de alcanzar la cuarta plaza de la ACB (a una victoria del Unicaja, pero con el basket average perdido con los andaluces a falta de cuatro jornadas) para tener el factor cancha a favor en las eliminatorias por el título.
Lo ha conseguido con victorias de mérito como la que logró ayer precisamente ante el conjunto malagueño. Un triunfo que logró sin cinco jugadores de los 14 que comenzaron la temporada vestidos de azulgrana. Las bajas de Vessely, Laprovittola, Juan Núñez, Metu y la de Sarr tras su plantón dejaron a Peñarroya con sólo un 35% de efectivos para enfrentarse al campeón de Copa y el equipo que parecía dispuesto a discutir la hegemonía de Madrid y Barça en ACB.
El equipo azulgrana se ha repuesto y por ello su plantilla no duda a la hora de sacar pecho. No tienen miedo a que se lo hundan. "Es una liga de alto nivel, estamos en medio del playoff en la Euroliga y jugar contra uno de los mejores equipos de Europa y el Unicaja en medio de la serie no es fácil. No creo que mucha gente entienda esto", aseguró Justin Anderson tras el triunfo ante Unicaja.

El mismo discurso es el que tuvo su entrenador, Joan Peñarroya, en sala de prensa. Un técnico, por cierto, que se ha ganado el derecho a seguir más allá de la presente temporada. Tiene contrato hasta 2026 y los directivos azulgranas quieren apostar por la estabilidad y dar continuidad al proyecto tras acumular tres entrenadores en dos años.
"Pese a todo lo que nos pasa, siempre estamos ahí. Hoy jugábamos ante uno de los mejores equipos de la liga, y hemos respondido con buen baloncesto", apuntaba el técnico catalán en sala de prensa, poco después de mandar desde los micrófonos de Movistar un aviso a todos los que quisieron terminar la temporada azulgrana antes de tiempo. "Las valoraciones hay que hacerlas al final, pero es evidente que este equipo ha quedado quinto en Euroliga, desde la Copa lleva un buen porcentaje de victorias en ACB. Con todo lo que nos pasa, el equipo siempre está ahí. Con los condicionantes que estamos luchando, hay que darle mucho valor a lo que hace el equipo". Y lo que falta pasa por hacer valer el Palau ante el Monaco para regalarse una vida extra en el Principado en forma de quinto partido de la eliminatoria".