Una Final Four como un muro

Berlín alegórico siempre, en la historia de centro Europa y en la historia del baloncesto presente. En el corazón del país campeón del mundo (se dice poco por sorpresivo) se juega una final four bastante especial. Vuelve Panathinaikos y lo hace coincidiendo con Olympiacos, así como y contra un hijo de Panathinaikos y de Zeljko, ni más ni menos que Sarunas Jasikevicius, cuarta final four en cuatro años para él. Solamente él y Sertac Sanli puede presumir de este hecho (bueno, quizás algún árbitro y yo también).
La semifinal del Fenerbahce contra Panathinaikos será un partido grande, ruidoso. Calathes está ante quizás su última oportunidad de volver a ser campeón como lo fue de rookie. Y Willbekin sabe que este momento de forma de Nigel Hayes Davis y el resto de sus compañeros desde la línea de tres puntos quizás sea una inercia de encontrar la energía desde mitad de temporada con la llegada de Saras, y que otra cosa pudiera ser con pretemporada mediante. Enfrente un Ataman y un dueño del club del trébol que parecen haber gastado todos los trucos mediáticos posibles en playoffs.
Solo les faltaba entonar rugiendo: No necesitamos ninguna educación. We don't need no education/ We don't need no thought control /Referees!, leave them kids alone/ Its another brick on the wall
El muro sin fisuras lo tendrán que reunificar Edy Tavares y Vincent Poirier, los que han dominado los cielos de la Liga Regular, pero nada es muy querido si no es muy luchado. El Olympiacos llega con Bartzokas reforzado aún más y con una plantilla sin estrellas pero gama alta y profunda en el interior. La buena salud de Milutinov sacó al Barça de la F4 y los pequeños del Real Madrid bajos los tilos que son Moustapha Fall, Moses Wright y el center serbio. Y también en el 4 son diversos y más finos anotadores (ojo Petrusev y sus rachas).
Facundo Campazzo sigue construyendo una carrera europea de altísimo nivel, un Palacio Imperial lleno de menciones como MVP, pero le falta el más prestigioso, serlo en una F4. Ya ganó dos Euroligas pero con otro papel no tan preponderante. Las noches en Belgrado en esa guerra fría post NBA que le llevó a Estrella Roja se imaginó consiguiendo el título de la Euroliga con su liderazgo, llegando desde lo más recóndito del deporte de la canasta: una baja estatura.
Todos quieren físicos para jugar físico. Pocos ayudan a los bases a ser mejores bases, no tienen tiempo porque creen que solo se gana con la envergadura y con el músculo hercúleo. Y al final del mercado se dan cuenta de que lo que no existe y cada vez es más caro son los pequeños generadores para sí mismos o para los compañeros. Tantos clubes fichando "generadores de emergencia" porque la luz se les suele ir, no quieren quedarse a oscuras por mala planificación, terminan usando una iluminación deportiva defectuosa mientras descartan en su cantera a chicos listos poco grandes.
Para físicos y para defensa, el Checkpoint Charlie de los griegos: Thomas Walkup y NWG. Es el control fronterizo antes de adentrarse en otros bulevares: envergadura, actitud, fiereza competitiva y software americano para estos dos jugadores, no especialmente brillantes en ataque, pero los mejores pasando bloqueos por arriba. Nota mental: Walkup se pegó de bruces con la pared invisible de la "Zona de Municipales" 2-3 del Real Madrid la pasada final… Eso le puede motivar especialmente.
No bajen la mirada durante esta F4, será la última vez que vean en Europa juntos a Rudy, Llull y al Chacho. Fernández ya ha dicho que se acabó, se hizo un protoKroos para retirarse con el último partido de la Selección este año. Llull aún seguirá algunas temporadas más. Y el Chacho… No lo sabemos, pero sí sabemos que se irá con clase, sin aspavientos. Con una sonrisa. ¿Este verano? Lo únicamente sólido es que ellos tres tienen un histórico de capacidad ganadora y quieren terminar con la excelencia a lo que se acostumbraron desde jóvenes.
El Real Madrid, tras una temporada de mucho comentario sobre finales de contrato, llega a estos días con negociaciones avanzadas que favorecen una Pax Germánica. Edy Tavares, Mario Hezonja, el mismo Chus Mateo… Piezas claves para Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros.
Se habla de la triste circunstancia de la lesión de nuevo previa de Gaby Deck, se habla poco de que Yabusele tras una semifinal extraordinaria en 2022 con récord personal de 4 triples y 18 puntos, jugó fatal la final vs Efes (0/6 en triples, 3 puntos) y la siguiente F4 purgó sus pecados en forma de sanción por la pelea. Seguro que esta F4 de Berlín quiere que sea la redención final. Pero también está Musa con posibilidades de brillar y en la última fila del avión, la sonrisa tímida de Fab Causeur, un especialista en estas citas al que en 2018 solamente la insolencia adolescente del gigante Luka Doncic le quitó el trofeo de MVP. Ojo con el francés.
En unos playoffs a 5 partidos en Euroliga o Liga Endesa, en la serie a 7 partidos en NBA, el peso se termina venciendo hacia los dueños de la jerarquía en los equipos. Menos sorpresas. En una F4 de equipos de esta base social y con las historias de cada uno, que a veces te impulsan, pero otras te pesan, hay mucho espacio para actuaciones inesperadas, para momentos imposibles de guionizar. Incluso sabiendo que Llull quiere la última bola, lo de la temporada pasada no se había visto antes. Un jugador que no había anotado, ganando el partido porque su entrenador pinta para él en ese momento.
El oso de plata lo ganará quién esté más lúcido en dos noches con el sábado entre medias. Imposible no sentir emoción antes de que empiece esta proyección.