La foto de Nico Laprovittola y Jan Vesely junto al banquillo refleja la insostenible realidad del Barça: "Si nos pasan más cosas es difícil que sigamos compitiendo así"
Joan Peñarroya admite tras la derrota ante Olympiacos que el equipo está "al límite" y que Justin Anderson "tendrá que hacerse pruebas".
![Joan Peñarroya se lamenta de una jugada ante el Olympiacos. /EFE](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/07/media/cortadas/joan-penarroya-olympiacos-efe-RN0OdBTgubQOCdAOJmK01dL-1200x648@Relevo.jpg)
El partido del Barça ante el Olympiacos salió cruz. Y nunca mejor dicho. Porque la realidad es que fue un duelo de tú a tú que pudo llevarse cualquiera y que al final acabó con acento griego, gracias a una genialidad Milutinov en la pantalla que logró hacerle a Chimezie Metu para crear ese pasillo y que Evan Fournier hiciera el resto. Que quizá Jabari Parker pudiera haber hecho más frente al francés o no es otra historia. Pero que el Barça hizo un buen partido en líneas generales y, como dijo Joan Peñarroya, ese es el camino a seguir sí que es cierto. Como también lo es que para continuar en esa senda el Barça necesita de unas (más) piernas que a este ritmo lo mismo no aguantan. Y hubo una imagen en el duelo ante Olympiacos que evidenció la situación real que está viviendo el equipo culé.
En un momento del partido, la retransmisión de Movistar Plus+ enfocó a la derecha del banquillo azulgrana, al que tanto mira Peñarroya cuando necesita un cambio sobre el parqué. Junto a este, vestidos de calle -aunque con ropa oficial del club- estaban sentados uno al lado del otro Nico Laprovittola y Jan Vesely, dos pilares del Barça a los que el equipo, por más que empiece a encontrar su juego, echa de menos. Sobre todo, porque ninguno de los dos tiene quien le sustituya y la rotación cada vez es más corta.
Porque el intento (por partida doble de la directiva) por traer un base ya se vio cómo salió. Y porque ahora, si ni siquiera hay para lo primero, tampoco para suplir la baja del pívot checo que, como poco, será de ocho a diez semanas. De ahí, una frase clave que dejó Peñarroya en rueda de prensa y que mostró la auténtica realidad del Barça: "Es cierto que estamos al límite y que si nos pasan más cosas es difícil que sigamos compitiendo así de bien".
Porque unos asientos que, de normal, debían ocupar los descartes de la jornada tienen -y van a seguir teniendo tiempo- a dos pilares del equipo. Y no se descarta que, precisamente, el domingo, en el partido ante Valencia Basket, haya otra baja más: la de Justin Anderson.
EVAN FOURNIER FOR THE WIN🥶#RivalrySeries #MotorolaMagicMoments I @Moto pic.twitter.com/PGDIPqXXXx
— Turkish Airlines EuroLeague (@EuroLeague) February 7, 2025
El alero recibió el alta hace unos días, pero acabó el partido ante el equipo griego con una sobrecarga que le impidió poder seguir en pista prácticamente todo el último cuarto (se sentó a 8:08 del final y no volvió a salir). "Justin tiene una sobrecarga que a ver qué dicen las pruebas", dijo tras el partido de este viernes Joan Peñarroya. Y es que esto puede hacer que el Barça, a días de la Copa del Rey de Gran Canaria, tenga que completar su roster con la cantera porque no pueda contar con 12 fichas del primer equipo.
De ahí, que también Joan Peñarroya esté probando fórmulas y tratando de reinventar quintetos en busca del equilibrio para "que las virtudes de los jugadores florezcan y los defectos se disimulen un poco", como él mismo dijo, con las piezas que tiene. De ahí que, como confirmó, Darío Brizuela y Kevin Punter estén compartiendo pista en numerosas ocasiones, porque "se ha visto en situaciones que van bien y también por obligación porque tenemos lo que tenemos", como dijo el técnico.
Porque tras ese bache, la realidad es que, como admitió Peñarroya, "los jugadores están luchando como jabatos, con dificultades, con un despliegue físico muy grande y compaginando dos competiciones brutales. Muchos de ellos yendo al límite y haciendo sobreesfuerzos muy grandes". Pero como reconoció, sin decirlo textual, el propio técnico, mantener el nivel así e intentar aspirar a todo en ambas competiciones -y en la Copa, que ya sí que está ahí- es muy complicado. O, en palabras de Peñarroya al ser preguntado si el equipo estaba al límite y era difícil seguir el ritmo con sólo 12 jugadores: "Es una pregunta que se contesta sola".
La política del club culé a día de hoy es que los fichajes están paralizados, cuando hace unas semanas sí que peinaban el mercado en busca de al menos una pieza. Y dadas las circunstancias, quizá la Copa, en función de lo que pase, pueda cambiar esta idea. Porque en ese caso ya no habría que mirar al banquillo en busca de motivos, sino a las sillas vacías y sin ocupar que hay en este.