La intrahistoria del rechazo de los socios del Barça a trasladar el baloncesto al Palau Sant Jordi

El Palau Blaugrana seguirá siendo la casa del Barça. Al menos, hasta que llegue el nuevo pabellón, cosa que no ocurrirá hasta dentro de, como mínimo, cuatro años. Y así lo ha confirmado el propio club después de que saltará la polémica por un posible traslado al Palau Sant Jordi (en Montjuïc) para disputar los partidos de Euroliga. Pero, aquí la gran pregunta es... ¿Por qué finalmente se ha rechazado esta posibilidad si es un espacio mayor y si de sobra es sabido que el actual Palau se queda pequeño? Por varios motivos, entre ellos, la logística y el haberse entendido como un posible paso atrás de cara a la construcción del Nuevo Palau Blaugrana.

En los años 90, el Barça ya trasladó durante un par de temporadas a su equipo de baloncesto hasta el Palau Sant Jordi. Y no, lo cierto es que a nivel deportivo no fueron dos años positivos para el conjunto culé... ni para la afición. Porque más allá de los resultados, el desplazamiento que había que hacer era mucho mayor y peor -hasta Montjuïc, donde ni las carreteras, ni el transporte público, ni el aparcamiento invitaba a desplazarse-, mientras que tampoco terminó por convencer a nivel de unión en la grada: acostumbrados a la concentración del Palau Blaugrana, el Sant Jordi parecía mostrar un ambiente mucho más disperso. Total, que finalmente en 1993 el equipo regresó al Palau Blaugrana.

Sin embargo, con el paso del tiempo el Barça -como el baloncesto en general- ha ido ganando cada vez más masa social. Hasta el punto de que el Palau Blaugrana, sobre todo en los partidos de Euroliga, se queda pequeño. Su capacidad es para 7.500 espectadores y apenas hay entradas libres a la venta. Por no hablar de los socios... La falta de espacio hizo que desde hace años hacerse socio del Barça sea prácticamente imposible porque las nuevas altas están congeladas por no tener capacidad para acoger más.

Teniendo todo esto en cuenta, el presidente del club culé, Joan Laporta, en aras de ampliar la capacidad y, dato importante, de generar más ingresos a través de las entradas -algo que dada la situación económica del club no es baladí- planteó la posibilidad de trasladar los partidos de Euroliga al Palau Sant Jordi, cuya capacidad es de 16.000 espectadores. Es decir, más del doble.

Sin embargo, antes de tomarse la decisión, la directiva consultó a sus bases, a los socios y abonados. Y el sondeo salió cruz, tal y como ha confirmado el propio club en un comunicado. Según el escrito, para que la mudanza al Sant Jordi saliese adelante, "deberían darse tres condiciones de manera positiva: mayoritaria aceptación por parte de los asociados en el traslado, disponibilidad de la instalación y que la inversión pueda tener un retorno aceptable", y no ha sido así.

"Evaluada la información que transmite el sondeo, el Club informa que todos los partidos de la ACB así como de la Euroliga en las próximas temporadas se seguirán disputando en el Palau Blaugrana, a la espera de disponer de un nuevo Palau, propiedad del FC Barcelona, como así está previsto", cierra el Barça el comunicado. Y ahí reside la clave de todo.

Que se llevara a cabo esta consulta fue entendido por gran parte de la afición culé como un posible cambio en los planes de tener un Nuevo Palau Blaugrana dentro del que será el Espai Barça. Y no, la afición y los socios no están dispuestos a asumir la posibilidad de que finalmente no se lleve a cabo la hoja de ruta prevista y que el Barça se quedase en el Sant Jordi... Además de los problemas logísticos que a día de hoy sigue habiendo para desplazarse hasta esta zona de la Ciudad Condal, algo que ya se ha visto con el equipo de fútbol. Por las obras en el Camp Nou ha trasladado sus partidos hasta Montjuic y se ha notado a nivel de asistencia culé, como ocurrió, por ejemplo, durante el duelo ante el Atlético de Madrid.

Es más, el propio técnico del Barça, Roger Grimau, aseguró en la rueda de prensa previa al partido ante AS Mónaco de este viernes que está "profunda y absolutamente enamorado del Palau Blaugrana", una clara apuesta por el actual recinto, en la línea de lo que mantenía la afición azulgrana en redes sociales.

Por todo ello, el socio y abonado culé ha declinado la propuesta de que, al igual que ocurre con el equipo de fútbol, Montjuic sea la casa del baloncesto. Por lo que el Palau Blaugrana seguirá acogiendo los partidos del Barça.