Sergio Llull, un 'eterno' que sigue siendo clave y bate récords con el Real Madrid
El base se convirtió en el máximo anotador de la historia de la Final Four y es una pieza trascendental para el conjunto blanco en esta recta final de la temporada.

A Sergio Llull no hace falta explicarle de qué va esto del baloncesto. Ni para bien, ni para mal. Es lo que tiene la veteranía y llevar tantos años en la élite. Es cierto que no siempre se puede estar en la cresta de la ola, pero lo importante es saber cómo surfearla. Subir y bajar, como una montaña rusa, es parte del proceso. Pero lo importante es mantenerse a flote. Y en eso, el base-escolta del Real Madrid es un absoluto maestro. Un ejemplo de calidad que, pese a todo, siempre aparece cuando más se le necesita. Como lo ha hecho en los playoffs de la Euroliga y como lo hizo ayer, durante la semifinal ante su eterno rival, el Barça, en la que, además, dejó grabado su nombre en toda la historia que existe sobre la Final Four.
Sergio Llull se ha convertido en el máximo anotador histórico de una final a cuatro, pero lo importante es que se antoja un hombre clave para los suyos. Y no hay que irse muy lejos para comprobarlo.
Cuando en el quinto partido ante el Partizan, el Chacho comenzó a replegar su magia, esto fue gracias al trabajo silencioso de sus compañeros. Entre ellos, el de Llull. El base-escolta estuvo acertado en ataque, donde sus mandarinas volvieron a hacer de las suyas. Pero, sobre todo, fue clave en defensa, siguiendo a Kevin Punter -el mayor arma ofensiva del conjunto de Belgrado- y evitando que pudiese hacer de las suyas. Por eso, no resultó extraño que Chus Mateo volviese a recurrir a la vieja guardia para orquestar el golpe definitivo al Barça.
Llull no saltó de inicio al Zalgirio Arena, el pabellón que acoge la Final Four 2023. Lo cierto es que ya no suele ser su rol. Pero sí que lo hizo cuando se necesitaba ese plus en defensa… y en ataque. Esa visión de juego que cuando la muestra, dota de garantías a los suyos. Y lo hizo. Tanto, que ese triple que metió casi sobre la bocina al descanso fue el mayor golpe psicológico que pudo recibir el conjunto culé. Sí, el Barça ganaba (42-36), pero la realidad es que aquella mandarina del capitán blanco era la muestra de que el Real Madrid estaba muy dentro del partido. Y así se vio tras el descanso.
El buen hacer defensivo de los blancos, sobre todo en el bloqueo directo, en la marca que Mario Hezonja le hizo a Mirotic y en la clarividencia de Edy Tavares, se entremezcló con la intensidad y competitividad de la que Llull hizo gala. No era para menos. Esa se había convertido en su noche, gracias a ese triple con el que acabó el segundo cuarto. El base-escolta, al sumar esos tres puntos, alcanzó una cima hasta ahora sólo escalada por el ruso Jon Robert Holden: el de máximo anotador de puntos en la historia de la Final Four de la Euroliga.
El que fuera jugador del CSKA Moscú anotó 194 puntos en el cómputo global de sus Final Four disputadas. Y Llull, con aquel triple, en la que ya es su novena final a cuatro (2011, 2013, 2014, 2015, 2017, 2018, 2019, 2022 y 2023, siendo el español que más ha disputado) igualaba aquella anotación. Pero la historia hay que escribirla y el balear aún tiene mucho que decir en la relativa al mundo de la pelota naranja. Y si ya con el Real Madrid de baloncesto ha escrito más de un capítulo -y quiere seguir haciéndolo este domingo-, firmó una página más, a título personal, en el último cuarto.
Dos tiros libres anotados le hicieron superar el récord e instaurarlo en 196. Y ya acumula dos, porque desde hace años ostenta el de máximo asistente de esta fase de la competición (66).
Por eso, cuando al final del partido Chus Mateo se refirió a él, no dudó en hacerlo con un elogio y lo que ya se ha convertido en una obviedad. "Saben cómo cerrar los partidos, saben cómo controlar el ritmo al final. A veces es fácil para un entrenador dejarles jugar, no tengo que decir demasiado", dijo el técnico blanco sobre el balear y el Chacho. Y esa es la realidad.