La locura del mercado de la Euroliga: de los cambios de cromos a los fichajes de proximidad
En las últimas semanas se han multiplicado los rumores y movimientos.

'Nole, sile, pasa, ¿me lo guardas?...'. A los que hemos hecho colecciones de cromos en nuestra infancia estas frases nos resultas familiares. Y a mí estas expresiones me recuerdan cada vez más al mercado europeo durante la temporada en general y al de Euroliga en particular. Cada vez más parecido a la NBA, con salidas de jugadores de unos equipos a otros pero sin que el término traspaso se aplique porque no hay intercambio como si sucede en la mejor liga del mundo, donde todos los contrarios están reglamentados de manera homogénea.
¿Los motivos? El primero, que no hay jugadores. La pujanza de las emergentes competiciones asiáticas como Japón y la Liga de Desarrollo de la NBA, la G-League, que estos días ha celebrado el Winter Showcase, el gran escaparate para que las franquicias NBA se animen a llamar a jugadores para reforzar a sus plantillas, hace que cada vez sea más difícil fichar en el transcurso de la temporada. Y es que, la fase regular de la competición empieza ahora y el anhelo de recibir una llamada de la NBA, que te arregle el año económicamente, hace que ya sean reticentes en venir a Europa o esperen a agotar posibilidades y el mercado de la máxima competición ya esté cerrado. Como ya he dicho en varias ocasiones, la clave es acertar en verano porque cada vez es más difícil hacer cambios.
Y el segundo es que, si ya hablábamos la semana pasada de las figuras de los entrenadores, y lo exigente de la competición que les pone en el hot seat con la acumulación de partidos, especialmente cuando hacen racha en las jornadas dobles, pues no van a apostar por las prisas y urgencias de los clubes por obtener resultados por jugadores debutantes, sin contrastar, porque les va el puesto en ello.
El carrusel de cambios en la máxima competición europea ya ha empezado con una riada frenética de rumores… pese a no estar aún en fecha. Las bylaws, normas de competición, establecen que es el día 30 de diciembre cuando los jugadores que hayan militado en un equipo durante la primera vuelta se convierten en elegibles para la segunda por otro, vamos que puedan cambiar de equipo. Y el día 7 de febrero es el cierre de mercado.
Hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana
Y es que esto es deporte, es baloncesto, no matemáticas. Lo que funciona en un equipo, o el que funciona en uno, no tiene por qué hacerlo en otro. El ejemplo perfecto es Shabazz Napier. Lo decía Messina: "La temporada pasada, con Shabazz Napier, arreglamos la situación durante el curso y ganamos la Liga Italiana". Y es que el estadounidense llevó en volandas a su equipo en la competición doméstica con un balance de 19 victorias y 8 derrotas promediando 13,8 puntos y 4,1 asistencias. Y en Euroliga, 15 puntos con 2,6 triples y un 45,6 % en tiros de tres, 4 asistencias y 1 robo para liderar a su equipo con 9 triunfos en las 12 últimas jornadas.

"Pero este verano, después de que él dijera que quería quedarse, aumentó aún más sus peticiones. Ya le habíamos ofrecido el triple de lo que ganaba, no podíamos hacer más", continuaba Messina. Y el jugador volaba al Estrella Roja donde no ha acabado de sentirse cómodo ni hacer clic. Lo hemos visto en sus reacciones con sus técnicos, el del pasado curso y el de este.
Sus mejores partidos, frente al ASVEL (21 puntos) y ante la Virtus (23 y 5 asistencias, pero derrota), se produjeron en las cuatro primeras jornadas, cuando Dusko Ivanovic era entrenador del equipo serbio. En los ocho siguientes partidos, papel poco protagónico. Y por eso, pese a que la canción dice que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, Napier volverá a ejercer de timonel en el Olimpia Milano acogiéndose a una cláusula de su contrato que sólo le permite retornar a Italia.
Ahora falta ver qué pasa con Pangos, que pese a tener acuerdo con el Valencia y querer jugar con los taronjas, sigue sin llegar a un acuerdo económico para desvincularse del club italiano. El mercado de los bases es muy escaso, por lo que los equipos se rifan los pocos que hay. Que se lo digan al Baskonia, que tiene que decidir sobre Chiozza cuya posibilidad de corte es el día 31; o al mismo Estrella Roja, que tiene que encontrar un recambio para Napier.

Pasa un poco lo mismo con los cincos: no hay. Fred Gillespie, un pívot stopper defensivo, ha cambiado Múnich, después de estar en el alero en verano, por Belgrado en las filas del Estrella Roja. Al ver que Ibaka está en plena forma, y con Booker, Brankovic y cía, overbooking innecesario y viaje a Serbia para ocupar el puesto de Kuzmic.
Y luego hay jugadores que no han funcionado en un sitio, como la Virtus, ni en otro, como el Baskonia, como Nico Mannion. Pero pese a ello, ha habido clubes como el ASVEL, dirigido por su entrenador en la selección Pozzeco, que quería hacerse con él para darle una tercera oportunidad pero las diferencias económicas han acabado haciendo que la Red Mamba acabe en Varese. A veces viene bien dar un paso atrás para después dar dos adelante.
El pez chico se come al grande
Los dos entraron en el playoff de Euroliga el pasado curso pero, evidentemente, el músculo económico del Olympiacos y del Zalgiris no es el mismo. Los del Pireo, finalistas de la pasada edición, se han convertido en el mejor 'espónsor' del equipo lituano.
Y es que, cuando no está en las quinielas que vas a hacer una temporada como la del pasado curso, tus jugadores se revalorizan y acaban saliendo como Brazdeikis, que cambió de aires antes del inicio del curso. Además, el pasaporte griego de Naz Mitrou-Long les ha permitido seguir haciendo caja con los reds aunque todavía, por las fechas de la ventana de fichajes, no ha podido debutar.

El último deseado es Keenan Evans. Totalmente recuperado de la lesión que le ha permitido demostrar todo su potencial en Kaunas, con Maksvytis ratificado en el banquillo lituano, fue el propio técnico el que aseguró que "he hablado con Paulius Jankunas [GM del Zalgiris]. Por lo que sé, Keenan no tiene cláusula de rescisión y sería una locura dejarle marchar ahora mismo". Pese a no tener salida fijada, muchos equipos ofrecían suculento buyout para liberarlo de su contrato… Y es que le han tirado la caña: Mónaco, Partizán, Fenerbahçe… hasta el Barça preguntó por él.
El mercado de proximidad
Como la cocina de proximidad, también hay un mercado de proximidad. Jugadores que juegan en tu liga doméstica y que han demostrado capacidad en ella a veces son una buena solución porque ya están en tu país y son una vía a explorar. Tenemos dos ejemplos muy recientes. El último de ellos, el de Justin Anderson.
Clave en la resurrección del Río Breogán, al que llegó para sustituir a Toni Nakic con un contrato temporal de dos meses que expiraba el 24 de diciembre, ha demostrado versatilidad, siendo capaz de jugar en el 3 y en el 4, y garra y carácter como lo hizo en el partido de su equipo en Miribilla con 11 puntos en 10 minutos y un brutal tapón que abrochaba la remontada y el consecuente triunfo.
Ahora habrá que ver su rendimiento en un nuevo ecosistema de equipo, el Valencia Basket, y de competición, la Euroliga, ayudando a un equipo que se le multiplican los problemas en forma de lesión en los puestos de 3-4 con Ojeleye y Claver en el dique seco.
Pero si hablamos de rendimiento, sensacional lo que está aportando Dan Oturu en el Anadolu Efes. Pescado del Merkezefendi, donde promediaba 20,3 puntos, 9,6 rebotes y 1,6 tapones en los diez primeros partidos de la Liga Turca, la plaga de lesiones del equipo de Estambul, y los 28+11 que se marcó en el enfrentamiento particular, hicieron que no dudaran en incorporarlo. La transposición de su juego al de la máxima competición continental no puede ser mejor. En cinco partidos promedia 10,4 puntos con un ¡70,6 % en tiros de dos!, 4,8 rebotes y 1,8 tapones en sólo ¡20 minutos!
¿Acabará Keenan Evans definitivamente la temporada en el Zalgiris? ¿Saldrá Calathes de un Fenerbahçe donde se ha reencontrado con Jasikevicius? ¿Qué pasara con el culebrón Pangos? ¿Habrá más jugadores en el escaparate para cambiar de aires? Incógnitas por despejar, condicionadas por qué puede o no ofrecer el mercado. El reloj ya ha empezado a descontar por lo que pronto tendremos las soluciones.