Markus Howard y Chima Moneke tiran del 'carácter Baskonia' para tumbar al Real Madrid

El baloncesto dura 40 minutos. Pero si tienes en frente a Markus Howard, como es el caso de Baskonia, le bastan sólo cinco para desajustar por completo todo el guión y acabar rompiendo todo lo trabajado. Eso es lo que le ha pasado al Real Madrid en el Buesa Arena, donde los blancos han cosechado su segunda derrota consecutiva -tras la del domingo en Liga Endesa ante el Surne Bilbao Basket- y también en Euroliga, en un partido en el que mostraron una mejor versión... pero les pesó demasiado la ausencia de Facu Campazzo, que se perdió el duelo por sanción, ante un Baskonia que ya empieza a tener el sello de Pablo Laso (76-72).

Los de Vitoria fueron de menos a más, supieron hacer la goma cuando parecía que el Real Madrid dominaba el duelo y aprovecharon los errores de los blancos para, con el acierto de Howard y el buen hacer de Chima Moneke (MVP del duelo tras una gran actuación), llevarse la victoria. Segundo triunfo para el Baskonia de Laso... y más nervios para el Real Madrid de Chus Mateo que el jueves recibe en el WiZink Center a uno de los cocos de este año: el Panathinaikos.

Pablo Laso lo metió cuando fue el momento clave... y no falló. Es el jugador clutch, ese que sin darte cuenta te hace un roto y te lo desmonta todo. O, visto desde el otro ángulo, te hace ganar el partido. Y así lo ha demostrado ante el Real Madrid. Apareció en el momento justo y lo dinamitó todo. No fue el MVP, eso se lo llevó su compañero Chima Moneke que estuvo excelso durante todo el partido, pero fue el jugador clave para la victoria baskonista.

Eli John Ndiaye puede ser el '4' del Real Madrid. Bien es cierto que, obviamente, no es el mismo perfil que Gerschon Yabusele. Pero si algo ha dejado claro es que se está ganando con creces que el Real Madrid apueste por él para asumir el puesto de ala-pívot. Lo dejó claro ante el Partizan y lo ha vuelto a dejar claro en Vitoria. El joven ala-pívot salió de inicio, hizo una gran defensa, insufló a los suyos una intensidad más que necesaria para un partido con un ritmo alto como el que se preveía que sería ante el Baskonia y estuvo atento en el rebote. Sin duda, alicientes más que suficientes para ganarse con creces esa oportunidad.

Bien es cierto que el equipo, en general, ha dado un paso al frente y se ha visto una mejoría respecto al resto de partidos. Sin embargo, no ha sido suficiente. Porque los problemas que viene arrastrando desde que empezó la temporada han vuelto a hacer acto de presencia. ¿Un ejemplo? El porcentaje de acierto en los tiros de tres. Ese 8/33 con el que acabó el partido. Además, la ausencia de Campazzo en la dirección de juego se notó en demasía. Porque aunque tras el receso es cierto que tanto con Rathan-Mayes como con Llull pareció equilibrarse, los dos primeros cuartos tuvieron más desajustes que le acabaron pasando factura. Mejor imagen y juego, sí, pero insuficiente ante un buen Baskonia.

Es el capitán y lo cierto es que siempre aparece cuando más lo necesitan los suyos. Tadas Sedekerskis es de esos jugadores con carácter (e inteligencia) que siempre suman. El capitán de Baskonia apareció sobre todo tras el receso y sostuvo a su equipo en ataque cuando el Real Madrid parecía escaparse. Y, además, como siempre, aportó esos intangibles tan poco vistosos en las estadísticas, pero tan sumamente necesarios siempre en un equipo.

"Eres un seguro de vida". Edy Tavares ha firmado su mejor actuación, sobre todo a nivel de sensaciones -más allá de los números-, esta temporada y el Real Madrid lo agradeció. La mejor versión de pívot, en ataque y defensa, reapareció en el Buesa Arena, sobre todo en la segunda mitad. Sus compañeros lograron encontrarlo en ataque y él sólo hizo al Real Madrid encontrarse en defensa siendo el dueño de la pintura. Si sigue así y el jueves vuelve su dupla con Campazzo, el equipo blanco lo agradecerá.

Fue el más destacado del Baskonia al descanso y, aunque luego a nivel de números le 'robasen' el protagonismo interno, lo cierto es que el partido de Khalifa Diop ha sido para destacarlo. El joven pívot senegalés fue la referencia defensiva del equipo de Pablo Laso, aportando intensidad, agresividad, yendo sin miedo al uno contra uno -ya fuese en su emparejamiento contra Serge Ibaka o contra Edy Tavares- y estando atento en el rebote defensivo. Su pareja con Chima Moneke en el juego interior fue la más lúcida para los vitorianos.