EUROLIGA | OLYMPIACOS 84 - REAL MADRID 72

El Olympiacos fue demasiado "gigante" ante un pobre Real Madrid

El equipo blanco firmó un mal partido ante un conjunto griego que dominó de inicio a final y puso el 1-0 en la eliminatoria.

Jugadores del Olympiacos celebran una acción ante Andrés Feliz. /GETTY IMAGES/PANAGIOTIS MOSCHANDREOU
Jugadores del Olympiacos celebran una acción ante Andrés Feliz. GETTY IMAGES/PANAGIOTIS MOSCHANDREOU
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Una mala puesta en escena, la ansiedad de la que no terminan de despojarse esta temporada, apagón de cara a aro, desajustes defensivos, un nerviosismo extremo que acabó con Chus Mateo viendo prácticamente toda la segunda parte desde el vestuario, con Paco Redondo tratando de obrar el milagro y con un Sergio Llull que creyó hasta el final... pero estuvo demasiado solo en cuanto a acierto. Al Real Madrid no le salió prácticamente nada en el primer duelo de los playoffs de la Euroliga ante un Olympiacos que dejó claro por qué es el favorito y que fue demasiado "gigante", como lo tildó el técnico blanco en la previa, para los blancos (84-72)

Edy Tavares hizo gala de su etiqueta de líder del Real Madrid y fue el primero en abrir el marcador. Pero aquello fue un espejismo, porque no tardó en obtener respuesta de Sasha Vezenkov que, demostrando por qué ha sido uno de los mejores cinco jugadores de la temporada, puso el empate y Evan Fournier, emparejado de inicio con Gaby Deck -una apuesta de Chus Mateo para intentar frenarle, después de lo que fue su gran actuación en fase regular en el Movistar Arena- le dio la vuelta a electrónico poniendo el 4-2 y amplió la ventaja con una gran acción, tras leer perfectamente a la defensa blanca -que llegó tarde a su posición- y puso el 6-2. Y aunque los blancos lo intentaban, la defensa del Olympiacos no permitía que pudieran encontrar el aro y el parcial acabó siendo de 12-0 para los griegos, tras un triple de Vezenkov, que obligó a Chus Mateo a parar el duelo.

Los blancos necesitaban cambiar sí o sí el chip ante un Olympiacos con más físico, más intensidad, más descanso -que por algo se saltaron el playin y no han jugado en la liga griega-, más actitud y una gran defensa, colapsando la zona, y aunque Dzanan Musa logró romper la sequía, Kostas Papanikolaou respondió de la misma manera (14-4). Pero la segunda falta de Edy Tavares obligó a Chus Mateo -crispado con la imagen de los suyos incluso acabó viendo la técnica durante el primer cuarto- a darle descanso y esto lo aprovechó Olympiacos que, ante la nula defensa de Dzanan Musa, puso el 17-4 en el electrónico. El Real Madrid necesitaba construir desde la defensa, subir un punto el físico y tratar de abrir más el campo, pero lo cierto es que desde el triple se le hacía de noche. Y fue Mario Hezonja aprovechando un robo, el que logró otra canasta blanca… aunque servía de poco porque la respuesta fue de cuatro puntos consecutivos de Vezenkov para poner el +15 (21-6). Y aunque los blancos reaccionaron… sirvió de poco, porque cuarto estuvo teñido de rojo de inicio a fin 27-14.

La puesta en escena de los blancos había sido paupérrima. Tanto en defensa como en ataque… como en intensidad. Y eso, ante un equipo como Olympiacos era casi firmar su sentencia. Aunque la realidad es que el inicio del segundo cuarto fue bien distinto, al menos en cuanto a sensaciones. Mario Hezonja se implicó en ataque y defensa, Andrés Feliz estaba aportando desde los intangibles… pero el acierto blanco seguía desaparecido y Olympiacos seguía en modo crucero. De ahí, que sin haberse cumplido los dos primeros minutos de juego, los griegos ya hubiera superado la treintena de puntos (31-16). Y lo cierto es que a partir de ahí llegó un apagón para ambos, que acabó rompiendo Sergio Llull desde el tiro libre que, aunque se dejó el primero por el camino, logró sumar dos puntos.

El Real Madrid parecía ir a arreones, pero eso ante los de Giorgios Bartzokas no era suficiente. Prueba de ello fue el +18 con el que el partido se fue al descanso, después de que el Real Madrid fuese "terrible", como reconoció el propio Mario Hezonja a los micrófonos de la Euroliga. Y bastaba con echarle un ojo a las estadísticas para comprobarlo: 40 tiros de campo para Olympiacos, frente a sólo 23 para un Real Madrid errático en la toma de decisiones, con cierto miedo a la hora de atacar y totalmente desajustado, como se vio con esas 13 pérdidas, frente a las dos que tuvo el conjunto griego.

El equipo blanco necesitaba un cambio radical si quería pelear por volver al partido. Y esto pasaba principalmente por recuperar a un Facu Campazzo que había estado totalmente desdibujado durante la primera mitad (prueba de ello sus 4 pérdidas) y a Edy Tavares que tras esos dos puntos del inicio... no volvió a sumar. Pero el problema es que Olympiacos no se había dejado remontar una renta así en toda la temporada. Y si a eso se le sumaba que Chus Mateo, tras sólo un minuto de juego, veía la segunda técnica por protestar unos pasos señalados a Edy Tavares todo se ponía más cuesta arriba.

Con 19 minutos por delante y 47-29 en el marcador, Paco Redondo tuvo que asumir las riendas de un banquillo que, mentalmente, no había logrado reaccionar por el momento. Y cuando se colocó el +20 en el marcador con 54-34, tuvo que parar el partido. Y algo sí que logró, porque con un Andrés Feliz empleadísimo atrás y Mario Hezonja tratando de contagiar, sin mucha fortuna, a sus compañeros de intensidad, los blancos, pese a los errores atrás, lograron recortar la distancia e irse 13 abajo a los últimos diez minutos.

Sin embargo, los de Bartzokas seguían dominando el guion. Así se vio cuando, tras tres minutos de juego, Alec Peters tiró de muñeca para volver a poner el +17, porque las desconexiones defensivas del Real Madrid volvía a salir a relucir. Sólo Sergio Llull parecía tener la lucidez y paciencia suficiente de cara a aro y gracias a él se pusieron de nuevo a 11, pero ahí el que apareció fue Thomas Walkup, que recién llegado de la lesión, anotó sus primeros minutos de partido con un triplazo (75-61). Y así era todo el rato, porque cada vez que el Madrid tenía la opción de bajar de los 11 puntos... un triple griego tiraba por tierra todas sus aspiraciones. Y así se llegó hasta ese 84-72 final con el que el equipo griego puso el 1-0 en la eliminatoria ante un mal Real Madrid.