Pablo Laso, el Real Madrid siempre será tu club... y el WiZink tu casa
El madridismo se vuelca en una gran ovación al que tantos años fue técnico del equipo blanco. "Ojalá vuelva algún día", reconocieron los aficionados.

Hay días en los que las palabras no son necesarias. Los gestos, las sonrisas y el brillo en los ojos terminan diciendo mucho más que cualquier discurso. Y lo de este jueves en el WiZink Center fue un gran ejemplo de ello. Se vio en las caras de la afición. En los jugadores. En el personal del club. En los que fueron sus compañeros del cuerpo técnico. Y en él. Porque aunque se quisiera quitar hierro a lo de este partido y tildarlo de uno "más", al corazón no se le puede engañar. Ese músculo inteligente que tanto te da y te quita, latió al unísono por quien tanto dio al Real Madrid. Pablo Laso volvió "a su casa", como decía la pancarta que lucieron los Berserkers. Y el madridismo se lo agradeció como pocas veces se ha visto en el WiZink Center.
Porque aunque no hubiera placa, vídeo o insignia en el centro de la pista, lo que hubo fue un aplauso que, sin duda, estuvo a la altura de las circunstancias. Un agradecimiento que incluso empezó antes de entrar al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Ya que a cualquiera que se le preguntase por el que fuera entrenador blanco y ahora técnico del Bayern de Múnich, lo primero que decían era la palabra "gracias".
"Estoy muy contento de que vuelva a entrenar porque es una figura para el baloncesto. Espero que le vaya bien en Múnich, pero que algún día vuelva", reconocía Carlos Ibarra. "Hay que agradecerle los títulos que nos dio", decía Luis. Mientras que José Manzano le daba "las gracias por los años que nos dio en Madrid". A esos agradecimientos se unieron también Vicky y Paula, mientras que Diego y Unai destacaban que "es un gran entrenador y ojalá le vaya bien, pero que vuelva algún día".
Y ese era el sentir de todo el que se le preguntaba. Porque este jueves volvió a Madrid el que tantos títulos dio al equipo blanco. El que, como dijo Sergio Llull, "les enseñó a ganar". El que, como dijo Chus Mateo, "implantó un estilo de juego que se mantiene". El que hizo a tantos madridistas "enamorarse del baloncesto", como reconocía Juan, un aficionado blanco a las puertas del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, minutos antes de que esas "sensaciones" de las que hablaba Laso 24 horas antes salieran a relucir. Porque sí, el de este jueves era un partido "más" de Euroliga. Pero en Madrid era el partido de venir a aplaudir a Laso. Y cuando faltaban justo 15 minutos para que empezase el partido, quedó totalmente claro.

En ese momento, Pablo Laso saltaba al parqué para el final del calentamiento. Y a la par, el WiZink se ponía en pie mientras que el ahora técnico del Bayern y quien fue su segundo tantos años, Chus Mateo, se saludaban en la pista. Un saludo que no se había dado esta mañana durante el calentamiento de los equipos, al que acudió incluso gente de la directiva del Real Madrid para saludar a quien muchos consideran un "viejo amigo". Porque nadie quería irse sin estrechar la mano o hablar un poco con Pablo Laso... Aunque este estuviera concentrado para el partido que tendría horas después. Ese al que muchos, como Irene, habían "venido a aplaudir a Laso". Y eso, desde luego, hicieron todos. Aunque sin duda, la mayor ovación llegó durante la presentación. Una de las que no necesitó de florituras para estar a la altura.
Porque esta fue una de esas veces en las que el aplauso al unísono que se vivió dejó bien claro qué es Pablo Laso para el madridismo. Tanto que se demostró durante más de dos minutos en los que el WiZink se puso en pie y no dejó de aplaudir en ningún momento. Dos minutos en los que el personal de seguridad incluso aplaudía. Dos minutos en los que todos los jugadores del Real Madrid mostraban una media sonrisa emocionada hacia el que fue su técnico. Dos minutos en los que él, el protagonista al que nunca le gustó serlo, se vio visiblemente emocionado por el cariño que le estaba brindando todo el mundo. Porque Madrid siempre será "su casa". Y el Real Madrid, su club.