FINAL EUROLIGA | R. MADRID - PANATHINAIKOS

El partido en Madrid que cambió el registro del Panathinaikos hasta llevarle a luchar por la corona continental

Los griegos cambiaron la dinámica de la temporada y ganaron confianza con su victoria en el WiZink.

Lessort celebra el triunfo del Panathinaikos ante el Real Madrid en el WiZink./Getty Images
Lessort celebra el triunfo del Panathinaikos ante el Real Madrid en el WiZink. Getty Images
Guillermo García

Guillermo García

Berlín.- El Panathinaikos vuelve a una final de la Euroliga tras 13 temporadas de vacío. El equipo que luce seis estrellas en el pecho como campeón de Europa lleva mucho tiempo sin poner una más en su camiseta. Concretamente, desde que Zeljko Obradovic abandonó su banquillo. Y 13 años ya son demasiados para un equipo como el ateniense.

Quizás por ello el dueño del equipo, el estrafalario Dimitrios Giannakopoulos, decidió romper la banca el pasado verano y no dudó en tirar de chequera para formar un equipo nuevo. Empezó por el banquillo, dando las riendas del proyecto a Ergin Ataman, y continuó con 11 jugadores nuevos en la plantilla para tratar de reverdecer laureles, pasando del todo a la nada en sólo un año.

El conjunto griego, después de varios años en los que ha sido uno de los peores equipos de la Euroliga -penúltimo el pasado año y antepenúltimo los dos anteriores-, apostó todo durante el pasado verano y lo hizo por nombres como Lessort, Vildoza, Juancho Hernangómez, Kyle Guy o Kostas Sloukas, al que 'robó' a su eterno rival, el Olympiacos. A ellos se uniría más tarde el anotador Kendrick Nunn para configurar un proyecto ganador.

Pero la temporada no comenzó como se esperaba en el OAKA. La necesidad de acoplar a los diferentes elementos de la plantilla hizo que los resultados tardasen en llegar. Sin embargo, y a diferencia de otras ocasiones, Giannakopoulos no perdió la paciencia y no apretó el botón de alarma antes de tiempo. Supo mantener el control y el equipo comenzó a levantar el vuelo.

Pero hay una fecha marcada en rojo por todos los miembros de la plantilla y del cuerpo técnico como el Día D en el que el PAO empezó a creer en sí mismo y comenzó a pensar que podía llegar a la Final Four, como al final ha sido. Ese día es el 29 de febrero y el partido, el que se lleva ante el Real Madrid en el WiZink Center de la capital española.

Los blancos lucían el invicto como locales con 14 triunfos seguidos. Sin embargo, ese día, liderados por un Lessort imperial, los griegos asaltaron la cancha madrileña con un triunfo que supuso un punto de inflexión en su temporada. Y así lo reconocía el propio Ataman en la previa de la gran final de la Euroliga.

"Cuando ganamos al Madrid en su casa, fue su primera derrota de la temporada. Esa victoria nos dio confianza y empezamos a pensar en estar en la Final Four y entendimos nuestra capacidad", desveló el técnico turco al confesar el día que todo cambió para Panathinaikos. Sin embargo, no espera que ese duelo tenga nada que ver con el que les espera esta noche.

"El partido de liga regular no se pueda comparar. Los dos equipos no estaban al 100%. Mañana va a ser diferente y el plan va a ser distinto", apuntaba Ataman sobre su equipo. Una opinión que también comparte Chus Mateo, para el que el pasado no cuenta y sólo tiene en su horizonte el presente.