La premonición de Abrines, un enfado a medias del Barça y lo que puede llamarse un 'al loro, que no estamos tan mal' 2.0
Pese a la sonrojante derrota del cuarto partido de los playoffs de Euroliga ante Olympiacos (92-58), el equipo de Roger Grimau consiguió su objetivo en Grecia: ganar al menos uno de los dos duelos.

Hace 16 años de aquel abril del 2008 en el que el presidente del Barça, Joan Laporta, dijo aquel mítico discurso del "al loro, que no estamos tan mal". Y lo cierto es que pese al desastre que tuvo lugar este jueves en El Pireo, el Barça de Roger Grimau no está tan mal. Porque aunque tengan que "mejorar todo", como reconoció el técnico tras ese contundente 92-58, el objetivo del Barça era claro: sacar al menos un partido en Grecia y que hubiera quinto duelo en El Palau. Y eso lo hicieron.
"Tenemos que mejorar muchas cosas, empezando por mí. Hicimos un partido realmente malo", aseguró el técnico azulgrana. Y es que la realidad es que el Barça estuvo mal en todos los aspectos. Firmó sólo un primer cuarto decente y, a partir de ahí, se apagó por completo hasta el punto de que Olympiacos le acabó arrollando de forma descomunal. Y es que la realidad es que la polémica con la que acabó el tercer duelo con el que el Barça puso el 2-1, el comunicado de la Euroliga reconociendo un error que fue favorable al equipo culé, y que se jugaran la eliminación ante su gente, eran pluses para que el equipo de Georgios Bartzokas lograse canalizar todo eso en una intensidad abismal. Si, además, se junta con que el Barça a la primera de cambio se fue del partido "desde el segundo cuarto, perdimos el partido", reconoció Grimau, poco más se puede decir.
Sin embargo, la mayor preocupación era cómo se iba a tomar el equipo anímicamente una derrota tan bestia, con 34 puntos de diferencia. Y aunque eso es algo que se podrá comprobar el próximo miércoles, a priori no es tan malo como parece. El vestuario estaba cabreado y mucho porque, obviamente, la imagen con la que el Barça se iba de El Pireo y de Atenas (porque volvieron en chárter a Barcelona tras el partido) no era buena.
Pero la realidad es que el objetivo que se había marcado lo tenía conseguido desde el martes: una victoria y que la eliminatoria volviese al Palau. Y dada esa circunstancia, el sentir general era de que ya daba igual perder de uno que de 15 -aunque de 34 era demasiado excesivo- si habían logrado lo que aspiraban.
De hecho, fue el propio Álex Abrines el que, tras el segundo partido de la serie, dijo que volverían a verse en un quinto en el Palau. Una premonición con la que trataba de asegurar que al menos ganarían un partido en Grecia, como así ha sido, pero que tras la victoria del martes, a la parroquia culé le hubiera gustado que no se cumpliera.
Sea como fuere, lo bueno que tiene el Barça es que se jugará el pase a la Final Four el miércoles ante su parroquia, sabiendo que tendrá que salir con una concentración extrema y muchísima intensidad desde el inicio para evitar que se le escape el duelo o que vuelvan a vivir algo similar a lo de este jueves. Y que, aunque en baloncesto no hay nada escrito, a priori la historia sí que estaría de su parte: porque de 18 ediciones con eliminatorias a cinco partidos, nunca un visitante se ha llevado finalmente la serie.