El Real Madrid también se lleva el tercer Clásico... aunque se olvide del triple

No ha sido un partido para tirar cohetes, ni de esos que hacen a uno engancharse al baloncesto como tal, a nivel de juego, si es la primera vez que lo ve. Más que nada por los errores e imprecisiones que han dejado tanto Real Madrid como Barça en esta quinta jornada de la Euroliga. La realidad es que fue un partido de esos a los que se le pueden poner bastantes 'peros'... salvo en emoción. Cosas del Clásico, supongo. Porque si la primera parte fue culé y Deck la maquilló para acabar con 28-30 en el marcador, la segunda fue blanca y en la recta final apareció Satoransky para igualar el marcador a 40 segundos del final (59-59).

Así es el baloncesto. Lo que por un lado te quita (como el lastre desde el triple de los dos equipos o las pérdidas), por otro te lo da con emoción hasta la última jugada. Porque aunque el marcador haya sido bajísimo, esa magia que han acabado poniendo los dos equipos que, hasta la fecha, han mostrado estar más en forma en la Euroliga, ha sido plena. La victoria finalmente es blanca (65-64) y continúa la imbatibilidad de los de Chus Mateo, pero este Barça, que hasta ahora no sabía lo que era perder, ha dejado claro que no es ni mucho menos el que visitó el WiZink hace tres semanas.

Lo dije y me repito: a este Real Madrid no hay quien lo pare. Porque cuando no está Edy Tavares haciendo de las suyas en la pintura, aparece un Vincent Poirier que está en su mejor momento. O en defensa, resurge el mejor Mario Hezonja para monopolizar el rebote. O emerge Gaby Deck como desatascador y como arma para, como bien ha dicho y repetido Chus Mateo, ser capaz de cambiar una mala dinámica durante el partido. Este Real Madrid sabe perfectamente a lo que juega... Por más errores que pueda cometer. Y aunque le vengan mal dadas de inicio o los triples no entren, tiene la capacidad de reaccionar, resurgir e imponer su juego. Esa es la seña de identidad del Real Madrid de Chus Mateo. Una capacidad de resiliencia absoluta para seguir invicto desde que empezó la temporada.

Cuando horas antes del partido se supo que Nico Laprovittola era baja en el conjunto culé, me generó muchas dudas lo que podía pasar ante un Real Madrid hasta ahora intratable. Más que nada porque en las anteriores cuatro jornadas de Euroliga, Lapro había sido el arquitecto (y hasta MVP) de los de Grimau. Sin embargo, este Barça supo adaptarse a las circunstancias y plantear un buen partido ante el conjunto blanco. Ahí, con Satoransky o Jokubaitis a los mandos, el juego interior dio un paso al frente. Y la dupla Willy Hernangómez - Jan Vesely fue el eje de sujeción culé, sobre todo gracias a la gran lectura del checo y a la reacción del lituano en la recta final. Además, la defensa que plantearon ante el conjunto blanco hizo que su juego exterior prácticamente desapareciera. La victoria se quedó en Madrid, pero sin duda (y aunque aún le queden muchas cosas por pulir, claro está) este ha sido un Barça bien distinto al que se había visto hasta ahora ante el Real Madrid. El camino a seguir es ese.

Argentina Rules. Esa es la realidad en el Real Madrid. Porque si Facundo Campazzo ha sido el lector y el que ha podido habilitar a los suyos, el gran desatascador ha sido Gaby Deck. El alero, que ante la baja de Yabusele ha jugado, como ya viene siendo habitual, de 4 (incluso ha habido momentos que ha caído al puesto de pívot cuando no estaban en cancha ni Tavares, ni Poirier, ni Ndiaye -esto, que suponía el quinteto de bajitos del Madrid, ha traído al Barça loco-), ha sido el gran referente de la remontada del Real Madrid. Primero, en el segundo cuarto, con una multiplicación sobre el parqué en ataque y defensa. Pero, sobre todo, con ese triple sobre la bocina al descanso que dejó a los suyos a solo dos (28-30). Y luego, tras el receso, que fue la mayor arma ofensiva blanca. Lo dicho, un partido redondo. Y una ovación más que merecida del WiZink.

Resulta curioso que precisamente durante el calentamiento previo al choque se viera a jugadores del Real Madrid probar muñeca desde el triple. Hezonja se quedó el último probando desde absolutamente todos los ángulos tras la línea de tres y, a excepción de un error, las anotó todas. Se ve que ahí se apagó el acierto blanco. Porque ha sido una auténtica sangría blanca en este aspecto. Tanto, que los de Chus Mateo se iban al descanso con un alarmante 0/14 en tiros de tres de no ser por ese triple sobre la bocina que logró enchufar Gaby Deck, asistido por Musa, con el que los blancos recortaron distancias y mandaron el partido al descanso con 28-30 en el marcador. Finalmente, la cosa acabó con un pobre 2/22. Suspenso absoluto en este sentido. Y, eso sí, lo que le salva el que el Barça, aunque algo mejor, tampoco estuvo muy allá.

He de reconocer que la baja de Laprovittola me dejó con la miel en los labios. Lo cierto es que el duelo argentino, de los dos que están liderando y muy bien desde ahí a sus equipos, era uno de los aspectos que más me llamaba la atención. Y los detallitos que dejó Campazzo lo demuestran. Ambos están a un nivel de sobresaliente en la Euroliga. Pero la ausencia del director de juego del Barça hizo que su homólogo y compatriota blanco acabase acaparando toda la atención. Más que nada porque, además, inauguró el partido con una joya como esta, zafándose de Satoransky y Vesely, para encontrar a Edy Tavares bajo el aro y que pudiera anotar. Así que, cómo no ponerla de fondo de pantalla...

Si ha habido tres jugadores que han sujetado al Barça han sido ellos. Nikola Kalinic, Jan Vesely y Willy Hernangómez han formado una tripleta que ha hecho al Real Madrid desgastarse y mucho. Los dos interiores, con muy buen juego en la pintura para anotar y una gran defensa que anuló los triples blancos. Y Kalinic, con un partido bastante completo a ambos lados de la cancha. Y eso también era digno de destacar.

Sólo unos minutos antes de que se echara el balón al aire en el WiZink Center, el Stark Arena ponía punto y final al derbi de Belgrado. El primer partido de Euroliga de Sfairopoulos como nuevo técnico de Estrella Roja... Y el que parecía que se iba a llevar. Más que nada porque en el último cuarto, la renta que llevaban era de hasta más de diez puntos... Hasta que apareció Avramovic y el señor que acabó tal que así:

La clase magistral de lectura y baloncesto que dio Zeljko Obradovic en ese último parcial hizo que al final la victoria fuera para el Partizan. Y por eso, mi 'bonus track' tiene que ser para el otro ya 'Clásico' serbio de baloncesto.