El Real Madrid sobrevive en el infierno de Belgrado
La renta cosechada tras un gran inicio permitió a los de Chus Mateo aguantar el arreón de Estrella Roja y llevarse un duelo clave.
Era un partido de "puerta grande o enfermería". Así de claro -y de acertado- había tildado este duelo entre el Estrella Roja y el Real Madrid el tuitero David Manzano, seguidor acérrimo de los blancos, en un post en X. Y no se equivocaba. A los de Chus Mateo apenas les queda colchón si quieren ir a los playoffs sin pasar por el playin. Más aún cuando ya se han repartido dos de los seis billetes (Olympiacos y Fenerbahçe) a dos jornadas de que acabe la fase regular. Pero si algo dejó claro el partido en Belgrado es que para enfermería -para revés de los blancos- solo pasaría Bruno Fernando, quien al inicio del segundo cuarto acabó torciéndose el tobillo y teniendo que abandonar la cancha. Porque en lo que respectaba al partido, lo cierto es que los blancos sacaron una victoria de mérito. Eso sí, después de haber tenido que saber sufrir para aguantar un fuerte arreón serbio tras dejar escapar una renta de hasta 18 puntos (72-78).
Un parcial de 14-0 a favor fue la puesta en escena con la que los blancos inauguraron el duelo en el Belgrado Arena, durante unos primeros cinco minutos en los que se vio a Edy Tavares y Usman Garuba compartiendo pista a la vez y entendiéndose a la perfección. Porque lo cierto es que si el pívot caboverdiano no tardó en hacer de las suyas tras salir desde el banquillo, al de Azuqueca de Henares tampoco le iba a costar mucho eso de jugar de '4' y mostrar que lo de estas semanas atrás no es un espejismo. Eso sí, el hecho de que el Estrella Roja les ganase esos 13 rebotes ofensivos en los primeros diez minutos era algo a solventar.
Los primeros puntos de los de Ioannis Sfairopoulos llegaron desde el tiro libre, cuando ya sólo faltaban 4:11 para poner fin al primer cuarto, obra de Petrusev. Pero lo cierto es que aunque ahí se rompió la sequía serbia... el tema de los triples todavía iba a costar un poco más. Porque no fue hasta que Isaiah Canaan puso el 7-19 en el marcador cuando se rompió esa sangría de 12 intentos sin fortuna desde la línea de tres para los locales. Todo lo contrario que los blancos, donde Abalde, Campazzo, Hugo González y hasta Garuba habían firmado puntos desde la larga distancia en un cuarto que acabó 9-22.
El control del juego era totalmente blanco. Y la salida de Andrés Feliz lo reafirmó. El de Guachupita comenzó a sacar las garras dirigiendo con agresividad y haciendo también jugar al resto. Porque la realidad es que salvo Gaby Deck y el lesionado Bruno Fernando, todos los jugadores blancos que pisaron el parqué durante la primera mitad, lograron sumar de cara a aro para irse a vestuarios con ese 27-42.
La realidad es que el Estrella Roja no estaba teniendo un buen día a nivel de acierto. Sin embargo, Cody Miller McIntyre estaba tirando del carro hasta el punto de que si fue él quien firmó el triple con el que los serbios llegaron a 27 antes del descanso, también fue él quien abrió el marcador para firmar los primeros cinco puntos del Estrella Roja tras el receso (32-44). De hecho, el apagón ahora era de los de Chus Mateo, que salvo una canasta de Campazzo, durante más de cuatro minutos no vieron el aro. Si bien, quien rompió esa sequía fue Gaby Deck, que tras postear y ganar la posición, se inventó una canasta de esas de autor para poner el +14 de nuevo en el electrónico (32-46).
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Se notaba que el Estrella Roja había subido la agresividad y trataba de controlar y presionar mucho más las líneas de pase, para que así los blancos estuviera forzado a tirar de tres, algo en lo que, precisamente, no estaba muy lúcido. Más que nada, porque ese 4/16 en triples era... por los cuatro triples que anotaron durante el primer cuarto. Hasta que llegó Mario Hezonja para romper esa sequía. Aunque la respuesta serbia no tardaría en llegar, porque en la siguiente jugada, Nemanja Nedovic le respondió de la misma manera (37-49). A partir de ahí empezó un intercambio de canastas que acabó con Estrella Roja poniéndose a diez de cara a los últimos diez minutos (45-55).
Pero el inicio del último periodo volvió a ser blanco, con esos cuatro puntos sin respuesta que obligaron a Sfairopoulos a parar el partido. Y funcionó. Jonh Brown III tiró del carro y puso a los suyos a solo nueve (52-61) que hizo a Chus Mateo a tener que pedir tiempo muerto. "¿Qué coño pasa?", se le escuchó decir al técnico. Y la pregunta era obligada... incluso después. Porque Estrella Roja fue sumando y apretando hasta lograr dejar el partido abierto en la recta final.
Ahí llegó la polémica con ese enganchón entre Edy Tavares y Kalinic que acabó con ambos yendo a la línea de tiro libre, con algunos objetos siendo lanzados desde la grada y con el 63-72 en el electrónico después de que Kalinic se dejara un punto por el camino. Pero entonces llegó el arreón de Cody Miller-McIntyre. Primero cuando le sacó tres tiros libres a Facu Campazzo y luego con ese triplazo a 45 segundos que puso a los suyos a dos (72-74). Pero ahí el que salió a relucir fue el base argentino, que sacó dos faltas consecutivas y sus consecuentes tiros libres que pusieron el 72-78 final. Victoria absolutamente clave para el Real Madrid, que supo aguantar la reacción serbia, y que se mantiene en la pelea por ese último billete directo a los playoffs.