BALONCESTO

Shane Larkin ya no es turco: la Federación le quita el pasaporte y pone en jaque al Anadolu Efes

El base pierde la nacionalidad y no podrá volver a jugar con la selección, tras su ausencia este verano pese a justificarla. La liga turca limita a cinco el número de extranjeros por convocatoria.

Shane Larkin, la pasada temporada con el Anadolu Efes. /GETTY IMAGES
Shane Larkin, la pasada temporada con el Anadolu Efes. GETTY IMAGES
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Que Turquía se quedase fuera del Mundial podía tener un pase. Pero el batacazo este verano de la selección dirigida por Ergin Ataman que la dejaba fuera del Preolímpico y, por tanto, sin opciones de optar a los Juegos de París 2024, ya eran palabras mayores. La búsqueda de culpables (y motivos) para argumentar lo que había ocurrido no tardó en extenderse. Y uno de los primeros señalados fue Shane Larkin, base estadounidense de Anadolu Efes, que desde 2021, pasaporte turco en mano, defendía los colores de la selección otomana. Si bien, a las puertas del inicio de la Euroliga y con la Liga turca ya puesta en marcha, el base ha recibido un revés que afecta de lleno a su club.

La liga turca limita a 5 el número de extranjeros por convocatoria

La Federación Turca de baloncesto, además de la sanción de cinco partidos en la liga local, así como la multa de 3.000 euros, ha decidido retirarle el pasaporte otomano. O lo que es lo mismo, quitarle la nacionalidad. Un giro que afecta de lleno a la plantilla del Efes. ¿Los motivos? Que Larkin, que era jugador nacionalizado, pasa ahora a ser, otra vez, extranjero y según la normativa local, los equipos turcos no pueden tener más de cinco jugadores extranjeros (da igual el país) por convocatoria, una cifra que puede ascender a seis, eso sí, abonando una cuantía. Pero, ¿por qué se ha visto el base envuelto en esto? Hay que remontarse un tiempo atrás.

En el año 2018, Shane Larkin dejó la NBA y firmó por Anadolu Efes. Tres años después, logró la nacionalidad turca y comenzó a jugar para la selección otomana a las órdenes de quien por entonces -y hasta hace sólo unos meses- también era su entrenador: Ergin Ataman. Si bien, durante los últimos meses de la pasada temporada, el base comenzó a criticar públicamente la gestión del banquillo del que era su entrenador. 

"El partido más importante del año y juego 22 minutos, y los últimos 3 minutos ya sin opciones de alcanzarles", publicó Larkin en Twitter -plataforma ahora llamada X- tras la derrota ante el Partizan en Euroliga. Unas declaraciones que evidenciaban lo que ya corría como la pólvora de forma extraoficial: las relaciones entre algunos jugadores y el técnico estaban totalmente rotas.

Sin embargo, el verano era otra historia. Ahí, ya no era con el Efes que, por cierto, ya había cortado relaciones con Ataman y este ya era nuevo entrenador del Panathinaikos, sino que tocaba activar el chip de la selección... Con Atamana, eso sí. O eso debía haber sido. Porque la realidad es que Larkin no acudió a la llamada de Turquía tras alegar que sufría un edema óseo en su rodilla del que, según el Efes, incluso se aportaron pruebas médicas.

El combinado otomano se enfrentó sin bases al clasificatorio para el Preolímpico y no, la cosa no fue bien. Porque si Larkin estaba fuera, Scottie WIlbekin también había argumentado que no podía estar con la selección ese verano. Y llegaron las consecuencias. Los dos jugadores de origen norteamericano eran sancionados con cinco partidos en el inicio de la liga turca y una multa económica de 3.000 euros. Una sanción con la que Larkin no estaba de acuerdo y ante la que no dudó en dar su versión de los hechos el pasado mes de agosto.

"Es desgarrador cómo se está manejando todo esto y una falta de respeto a mi carácter como persona basado en la verdad"

Shane Larkin

"Es desgarrador cómo se está manejando todo esto y es una falta de respeto a mi carácter como persona basado en la verdad de lo ocurrido. La verdad es lo siguiente. La selección me pidió que me uniera al equipo para los entrenamientos a pesar de que ya se sabía que estaba lesionado y hubiera sido arriesgado para mí jugar los partidos de clasificación", arrancaba Larkin. Mientras que continuó con lo siguiente: "Estaba en EE. UU. trabajando e intentando recuperarme de una temporada llena de lesiones y entrenando para la próxima. El equipo nacional todavía me pidió que viniera al campamento y me hiciera una resonancia magnética en las rodillas para obtener un diagnóstico adecuado. Volé de Miami a Estambul y el médico de la selección me dijo que estaba en mal estado y que si me esforzaba correría el riesgo de sufrir daños graces en la rodilla a corto y largo plazo".

Ante ello, según Larkin, fue informado que "no se arrodillara y dejara de hacer ejercicio", algo que asegura que hizo. "Cuando regresé para la segunda resonancia magnética el hueso estaba sanando, pero aún no en un lugar donde estaría seguro para ir en los partidos", mantuvo, tras lo que recordó que el año anterior se rompió dos ligamentos de la mano con la selección y que, aún así, continuó jugando pese a que luego tuvo que perderse cuatro meses del Efes porque se tuvo que operar. Una muestra de su compromiso con el combinado turco.

"Es realmente decepcionante ver cómo me señalan cuando hice todo lo que me pidieron excepto ir y poner en riesgo mi salud jugando con una rodilla al 70%. Realmente aprecio todo lo que este país ha significado para mi vida. Siento que este es un segundo hogar para mí y realmente no puedo entender cómo estamos en esta situación en este momento, pero supongo que así es como funcionan las cosas", indicó. Para acabar asegurando que "independientemente de cómo se desarrolle todo esto, seguiré haciendo todo lo posible para retribuir al país. A estas alturas, mi amor por Turquía va mucho más allá del baloncesto. Ninguna cantidad de multa o castigo puede cambiar eso".

Sin embargo, lo que ahí Larkin no sabía es lo que finalmente iba a llegar después. Porque la amenaza acabó tornándose en realidad y la Federación de Turquía ha confirmado la retirada del pasaporte turco al base del Efes. Una decisión que le quita por tanto la nacionalidad, por lo que no podrá jugar más con la selección y, además, le afecta a nivel de cupos en el Anadolu Efes. Porque lo que era un jugador local, ahora pasa a ser un extranjero. Un castigo que el club ha considerado desmedido y contra el que se ha expresado públicamente.

"Nuestro jugador recibió una sanción muy dura por parte la Federación Turca de Baloncesto. El castigo que recibió nuestro jugador afectó profundamente tanto a él como a nuestro club. La planificación de la temporada de nuestro equipo, el equilibrio de la plantilla y la estructura presupuestaria han sufrido un duro e irreparable golpe debido a esta sanción. Nuestro club, que ha formado a innumerables jugadores para el baloncesto turco, ha proporcionado jugadores a las selecciones en todas las categorías de edad cada año y es uno de los equipos que con más orgullo ha enviado jugadores a nuestra selección durante muchos años, ha sido la parte que más ha sufrido en este proceso", dice el Efes, que también intentó mediar sin ninguna fortuna.

"Tras este proceso, hemos sabido con pesar que el Tribunal de Arbitraje Deportivo, que evaluó el asunto a raíz de la solicitud legal presentada por nuestro Club, aprobó la sanción impuesta a nuestro jugador", explican desde el club. De este modo, Larkin no sólo se perderá los próximos cuatro partidos -ya ha cumplido uno- o pagará la multa, sino que también vivirá una situación diferente a todos los efectos a la hora de jugar.