OPINIÓN

Zeljko Obradovic siempre vuelve

Zeljko Obradovic durante el último partido del Partizan en Euroliga./Getty Images
Zeljko Obradovic durante el último partido del Partizan en Euroliga. Getty Images

Zeljko Obradovic siempre vuelve y cuando te has despistado y vas ufano de repente te espera al final del pasillo…Belgrado lleva jugando series de playoffs desde octubre. Nadie sabe exactamente cuánta gente acude a los partidos en el Stark Arena, pero cada vez es más gente. Partizan es el equipo más en forma de Europa, esta semana recibe a Barcelona y Real Madrid y además las matemáticas dictan a día de hoy que va a haber un Real Madrid-Partizan Belgrado como eliminatoria de cuartos de final.

Obradovic entra en la habitación y la llena con su carisma, muchas veces solamente siendo educado, saludando con la dosis más adecuada de cercanía (ni mucha, ni poca) y con el instinto de esperar a oír escuchando. Para después ejecutar adaptando su plan. Desde que Zeljko volvió a Belgrado la capital serbia ha pasado de ser solo un lugar de donde salen jugadores excelentes (Jokic, Micic, etc…) a ser eso y además el epicentro de todos los sismos continentales. Partizán ha subido ambiciones y presupuestos, ha convencido a sus directivos que en un año no podía hacer un equipo ganador y ha obligado a Estrella Roja a desperezarse y a no conformarse con los títulos nacionales. Sus rivales más feroces reaccionaron tirando de Dusko Ivanovic y los mejores argentinos en el mercado para plantar cara. Cada semana es un río de noticias digitales sobre estos dos equipos: nuevos contratos de patrocinio con las empresas públicas energéticas relacionadas con la rusa Gazprom, sponsors de casa de apuestas, altercados físicos en los derbis (Lessort), declaraciones en comisaria, acusaciones de baja competitividad pasada y deudas con el fisco serbio, ambos presidentes acusándose mutuamente y las aficiones acudiendo en masa a los partidos Euroliga. Un escenario a partes iguales tanto fascinante como inquietante.

En la cancha, Obradovic tiene a los de negro y blanco metidos en playoffs de Euroliga con la hazaña de haber sido un equipo muy ofensivo en los primeros 10 partidos de la competición que hacía aguas en defensa y ahora ha mejorado mucho atrás. Él cree en la mejora del jugador, en llevarle a sus límites y que eso redunde en el bien del equipo. Verbalmente pertenece a un discurso anterior, es el último de su especie, al único al que a día de hoy se le permite porque su bagaje sella cualquier fisura o duda al respecto. Otros discípulos de esta forma de exigir sufren a la hora de poder subir decibelios, creen que así es como el jugador interioriza antes la enseñanza pero el sistema ya no está preparado para otro Obradovic.

'Colmillo blanco' lleva en nuestras vidas baloncestísticas desde 1988, antes jugaba en la Liga Yugoslava pero antes solo hubo mitos como Cosic, Slavnic o los Petrovic para nosotros. Le vimos discutiendo con Sabonis en la final de los JJOO de Seúl, no sabían que se verían las caras con el mismo color blanco unos años después. Aún de jugador observamos en el mítico Open McDonalds de Madrid el mismo año que la Selección Yugoeslava tenía un base que solo botaba con la derecha y que ordenaba a los demás (lo normal era ver bases balcánicos que solo tiraban y que desordenaban todo). Le vimos dejar de jugar casi en plenitud para entrenar a su Partizan donde nos conquistó el corazón con la historia de la localía en Fuenlabrada y nos lo rompió con la canasta de Djordevic contra el Joventut. Era el año 92 y ya supimos que Obradovic igualmente te abre la puerta de su casa, te saluda amablemente con una sonrisa de depredador, alarga esos prolongados brazos para darte la mano y de repente cuando más cómodo estás, observas al final del pasillo que te está esperando pero para que rindas cuentas. Y eso ya no te parece tan agradable. Porque sabes que él casi siempre gana. Entrenó al Joventut y al Real Madrid y si hacemos un recuerdo básico, fueron dos Copas de Europa ganadas, la parte del acuerdo que él tiene que cumplir. Pero si tiramos de hemeroteca, recordaremos que Zeljko exigía, que le criticaban que su juego no era divertido, rozaba con entrenadores rivales (Manel Comas), apretaba a sus jugadores y le pedía el máximo a todos. Como hace consigo mismo. Entonces se filtraban más cosas. En el proceso de aprendizaje él también ha ido modificando algunos comportamientos y declaraciones. Obvio en uno de los instintos más prodigiosos de la historia del baloncesto mundial.

Siendo aún muy joven y con tres Copas de Europa en el equipaje de mano voló a Atenas, el Siglo XXI en su primera década fue suyo, ganó la Euroliga cinco veces en 11 años. Con 39 años era histórico antes de aparecer por el Partenón, a los 49 ya era Zeus. Olympiacos se lo encontró al final de cada pasillo. Y además del dinero, del contrato, irse a Turquía a poner a un equipo del montón europeo en la cúspide era un reto enorme. Pues también. Varias Final Four y en 2017 ni más ni menos que en el Sinan Erdem, la cancha del archi rival baloncestístico de su Fenerbahce, Obradovic conseguía por primera vez para el deporte turco llevarse un título grande, la Copa de Europa para un país de la esquina continental, más en Asia que en la misma Europa.

Y en la vuelta a Belgrado, en sus propias palabras, "hay movida en Belgrado". Nada será tranquilo. Sus jugadores cuando acaban los partidos suben a las gradas y agarran el megáfono. En pleno aséptico 2023 en el Stark Arena está pasando de todo. Y casi siempre con victoria europea del Partizan las últimas semanas. Obradovic ha puesto en fila india a jugadores buenos pero no excelentes hasta ahora como Punter, Leday o Exum y ha hecho palanca en las motivaciones y rendimientos de otros que nunca estuvieron a este nivel como Lessort, Avramovic o Smailagic. Si es por estado de forma, a día de hoy nadie descarta a Partizan en una Final Four. Si es por experiencia de jugadores, sí. Pero eso lo puede equilibrar el cuerpo técnico (al lado del maestro, el equilibrio de Josep María Izquierdo, otro con décadas ganadoras en su cinturón). ¿Quieres a Partizan en una serie de Playoffs?¿Quieres dos partidos en el Stark Arena? Si no los quieres la presión es no fallar tiros importantes en casa. No hay margen. #cadatiroimporta #EveryGameMatters.

35 años después sabes que al final del pasillo te vas a encontrar a la misma persona que aparece esperando para ganar y para meterse en tus pensamientos y sueños, esa persona es Zeljko Obradovic, él no va a bajar la mirada. ¿Y tú?