No hubo final, pero sí podio: España arrolla a Serbia y se cuelga el bronce
La Sub-18 firma un gran partido ante la selección serbia y se hace con el tercer puesto del Europeo.
No hubo final, pero sí podio. España se perdió su primera final en cuatro años, pero no falló en su cita por la medalla. La Selección Sub-18 se cuelga el bronce europeo en Konya (Turquía), en un campeonato marcado por un nombre propio: el de Iyana Martín. La asturiana fue el eje del combinado nacional durante el torneo, como ya hiciera el pasado verano. Y aunque esta vez no fuese suficiente para pelear por el oro, el buen hacer colectivo hizo que finalmente España haya acabado tercera de Europa tras imponerse ante Serbia en la pugna por el bronce (52-80).
Quizá a priori este bronce pueda saber a poco. Sobre todo tras el gran verano que se dio el año pasado (disputando nueve de nueve finales posibles). Pero la realidad es que hay que poner en valor lo que ha conseguido la Selección una vez más. Que es seguir estando en el top-3, esta vez de Europa. Y desde luego que por juego así lo ha dejado claro todo el campeonato.
España plantó en semifinales sin haber perdido ningún partido y con un juego muy colectivo con bastante rotación. Porque aunque lo cierto es que Iyana Martín fue la gran referente o, mejor dicho, el cerebro que armaba las jugadas de la Selección, la aportación del resto de sus compañeras fue clave. Sin embargo, ante Francia falló el físico y la defensa.
Los desajustes de España ante una selección de un físico muy superior como la gala hicieron que el precio a pagar fuera demasiado alto. Tanto que costó el pase a la final. Las de Cristina Cantero decían adiós a la lucha por el oro, pero aún tenían una batalla por disputar: la pelea por el bronce. Y no fallaron.
España salió mucho más ordenada, con más calma y haciendo muy bien baloncesto sobre todo en el pick and roll que le hizo ponerse rápido por delante en el marcador. Esta vez, la intensidad y el ritmo de partido lo manejaba la Selección ante un combinado serbio que cuando se acercaba en el marcador, veía cómo las españolas se volvían a alejar. Sobre todo, gracias al buen hacer -y buena muñeca- de Laia Conesa y de Marina Mata.
Al descanso, el partido se fue con once puntos de diferencia (28-39), pero en el tercer cuarto, como pasara 24 horas antes durante la semi ante Francia, pareció llegar una reacción serbia que, por contra, finalmente se quedó a medio gas. Porque aunque a España le costó entrar en el cuarto, en el ecuador de este lo hizo y selló un parcial de 10-0 que puso el +17 en el marcador.
Y el último cuarto no distó mucho de lo que se había visto en la recta final del anterior. España siguió dejando claro su dominio llegando a poner casi 30 puntos de diferencia en el marcador. La Selección sentenció con un contundente 52-80 con el que se cuelga la medalla de bronce.