REAL MADRID

El 'hombre Superliga' de Florentino Pérez, Anas Laghrari, lidera la entrada del Real Madrid en la NBA Europa, y las pistas que da...

Representó al club blanco en una reunión celebrada en Ginebra en la que incluso se avanzó en la compra de derechos audiovisuales.

Anas Laghrari con Florentino Pérez, en una foto de 2022./EFE
Anas Laghrari con Florentino Pérez, en una foto de 2022. EFE
Sergio Fernández

Sergio Fernández

El desembarco de la NBA en Europa no es que sea una realidad ya, es que están incluso entrando al detalle del valor de los derechos de televisión y la forma de repartirlos. Este movimiento internacional, destapado por el Marca en 2021 y confirmado ayer por Adam Silver, está sin embargo más avanzado de lo que se desprendía de sus últimas declaraciones: "El plan ha recibido un apoyo entusiasta de la Junta de Gobierno de la NBA".

Más allá de estas declaraciones, la realidad es que las tomas de contacto entre todas las partes, NBA, FIBA y los clubes más importantes del baloncesto europeo, llevan meses produciéndose. La última de ellas fue en Ginebra (Suiza), hace dos semanas, en un encuentro que terminó en una cena informal. A la mesa estaban representantes de FIBA y de NBA y, por el Real Madrid, el hombre de confianza en asuntos bancarios y de la Superliga, Anas Laghrari.

"Estamos preparados para explorar una competición en Europa con FIBA".

Este banquero, que ha sido decisivo en la estrategia financiera del Real Madrid de los últimos años y que se ha erigido en el hombre clave de las aspiraciones del club blanco para conseguir la Superliga de fútbol, está ahora también a los mandos de la llegada madridista al megaproyecto de una NBA europea.

¿Qué pistas da este movimiento? Al margen de los jugosos beneficios que puede tener para el club (según algunas fuentes ya manejan cantidades cercanas a los 300 millones de euros en compra de derechos audiovisuales, a repartir con la competición), lo que sí parece haber quedado claro tanto a Laghrari como a Florentino Pérez es que no pueden sacar un proyecto de megacompetición internacional a las bravas, sin contar con los organismos superiores.

Y ahí está la clave: en la presencia de FIBA. NBA puede llegar a Europa con todo el poderío de su estrategia comercial y sus beneficios, pero contar con una institución internacional en el proyecto allana el camino y resuelve una barbaridad de problemas. Trasladado el fútbol, Florentino Pérez creyó que podía presentar en 2021 la fallida Superliga de buenas a primeras, en un programa de televisión de madrugada y sacarla adelante... pero le duró apenas 48 horas.

Ahora, de una manera mucho más profesional, escaldados y con la lección aprendida, han ido entendiendo las dificultades que un terremoto así implica y han recogido cable tanto en el proyecto inicial (dando importancia a la meritocracia en lugar de plantear una liga privada), como a la hora de sentar al resto de instituciones a la mesa.

¿Qué pistas da este movimiento para el futuro? Está claro que el Real Madrid se ha dado de bruces con la UEFA para sacar adelante la Superliga. Aunque tras la última sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea podrían pelear judicialmente una vía para sacarla adelante, el proceso sería durísimo, tedioso y costoso. En baloncesto han optado por ir directamente a FIBA. De nuevo, si lo trasladamos al fútbol, esta forma de actuar explicaría el decidido acercamiento madridista a FIFA en los últimos meses. Sobre todo con la celebración del Mundial de Clubes de este verano, que llevó al club blanco de hecho a desmentir oficialmente a su entrenador Carlo Ancelotti cuando se quejó por el calendario desmesurado de partidos y proclamó públicamente su compromiso con FIFA y con el nuevo torneo de clubes.

Desde luego, de la mano del organismo presidido por Gianni Infantino, las piedras en el camino que se encontraría Florentino para sacar adelante su Superliga serían mucho más pequeñas. Por supuesto tendría que internacionalizar el proyecto más allá de Europa, algo que no sería demasiado complicado con el músculo financiero de plazas como Dubái y Arabia Saudí, entre otras, pero quizá el baloncesto está enseñando el camino de cómo afrontar el segundo round de la Superliga. Y sería muy inocente pensar que la presencia de Anas Laghrari en este proyecto es mera coincidencia.