EUROPEO SUB-18

Iyana Martín, un talento sin igual del baloncesto español que acumula quintetos ideales

La base asturiana empezó en el baloncesto con siete años y una década después ya se ha colado tres veces entre las mejores, ahora en el Europeo Sub-18.

Iyana Martín, elegida parte del quinteto ideal del Europeo Sub-18. /FEB
Iyana Martín, elegida parte del quinteto ideal del Europeo Sub-18. FEB
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Hace una década comenzó a forjarse la historia de una niña que, a día de hoy, ya se ha convertido en la esperanza del baloncesto español. El manejo de balón que tiene es prácticamente inigualable. Como lo es su lectura del juego y su forma de dirigir. Iyana Martín (Oviedo, 2006), esa niña que con siete años se decidió a probar un deporte al que, fuera por h o por b, está claro que estaba predestinada, ha vuelto a acaparar todos los focos. Como ya lo hizo el pasado verano. Como lo volvió a hacer durante la pasada temporada en Liga Femenina 2. Y esta vez, aunque no haya sido como MVP de un Europeo Sub-18 en el que España se ha colgado el bronce, sí que lo hace como una de las cinco mejores del torneo.

La Selección recibe las medallas de bronce. FEB

La base asturiana ha sido elegida en el quinteto ideal y no es para menos. Sus números han sido de 14,3 puntos, 3,7 rebotes, 5,3 asistencias, 3,3 robos y un 16,9 de valoración de media, pero el recital de baloncesto que ha dado va mucho más allá de las estadísticas. Por eso, que aparezca, esta vez junto al de Ajsa Sivka (Eslovenia), Marija Avlijas (Serbia), Lea Bartelme (Eslovenia) y Marine Dursus (Francia), como una de las cinco mejores ya es un habitual en cada campeonato que disputa.

Cuando hace un año su nombre comenzó a sonar (y bien fuerte) como el futuro del baloncesto no era para menos. Aunque para conocer su historia hay que remontarse diez años atrás, a aquel día que, con sólo siete años, decidió probar en esto de la pelota naranja. En casa, desde luego, era algo que resultaba natural. Sus padres entrenaban y, mientras lo hacían, a Iyana se le podía ver jugando por los alrededores del pabellón del Centro Asturiano de Oviedo. Sin embargo, un día la insistencia de su madre de que probase con ella y con otra chica llamada Neus surtió efecto. Y lo hizo. Por eso, que lleve en su camiseta el 'Carrión', su segundo apellido, y no el Martín no es casualidad.

Iyana Martín, el verano de 2022 tras ser elegida en el quinteto ideal del Mundial Sub-17.  FEB
Iyana Martín, el verano de 2022 tras ser elegida en el quinteto ideal del Mundial Sub-17. FEB

Iyana fue año tras año jugando y formándose. Pasó al Oviedo Baloncesto y de ahí recibió la llamada del Siglo XXI y lo que eso significaba. Una beca que te permite estudiar y entrenar a alto nivel en Barcelona. Y ni el miedo -lógico, sólo tenía 14 años- por tener que alejarse de casa e irse totalmente sola fue un impedimento para que lo hiciera. Y dos años después de empezar su andadura en la Ciudad Condal, dejó claro que ella es esa jugadora tocada por la varita capaz de hacer magia cuando tiene la bola.

Porque en 2022 Iyana fue la referente de la Selección Sub-17 -la de la generación de 2005, una más que la suya- para que esta se colgase la plata en el Mundial. Tanto, que hasta se coló en el quinteto ideal del torneo. Y sólo un mes después hizo lo propio ya con las de su edad para que ni el quedar subcampeonas del Europeo Sub-16 le impidiera ser reconocida como la mejor. Su primer MVP europeo.

Iyana Martín, con su MVP en el Europeo Sub-16 en 2022.  FEB
Iyana Martín, con su MVP en el Europeo Sub-16 en 2022. FEB

"Definición gráfica de garra y pundonor, de liderazgo". "Desprende esa sensación de dominar el partido a su antojo". "Que gran parte del futuro del baloncesto femenino español pasa por las manos de Iyana ni cotiza". "A Iyana Martín le sale el baloncesto por los poros". "Carácter y talento". Si alguien hace una búsqueda en Twitter sobre Iyana Martín y lo que ha hecho en este Europeo Sub-18 encuentra esto. Y no hay mejor definiciones de baloncesto que las que hacen quienes lo siguen.

Su talento es innegable. Su madurez en pista, indudable. Y que Iyana es baloncesto, irrebatible. Este año cursará segundo de bachillerato en Barcelona para cerrar así su ciclo de cuatro años con el Siglo XXI. Y aún le queda mucho camino por recorrer -el cual espera hacer en España… O Europa, a la par que los estudios universitarios, según reconoció ella misma en una entrevista con Relevo-, pero lo que está claro es que el que escoja la llevará a buen puerto. O, mejor dicho, a una cancha de baloncesto. Donde muy posiblemente la volvamos a ver en sólo unas semanas, otra vez con las mayores, para disputar el Mundial Sub-19. Y sea entonces o más adelante, lo que está claro es que disfrutaremos de ella.