"Javier Imbroda era más que un entrenador, era un maestro que enseñaba a ser mejor persona"
Un sinfín de personalidades del mundo del baloncesto entre ellas, Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Jorge Garbajosa o José Manuel Calderón, ponen los testimonios al documental sobre el exseleccionador nacional.

Hay deportistas cuya figura traspasa por completo el mundo del deporte. Entrenadores, que acaban convirtiéndose en maestros tanto dentro, pero, sobre todo, fuera de la pista. Personas que dejan un legado casi imposible de igualar. Y una de ellas fue Javier Imbroda (1961-2022). "En la Selección veníamos de un mal papel en los Juegos de Sídney, llegó Javier e hizo que todo fluya" y "eso fue el inicio de todo lo que vino después", como explicaron Jorge Garbajosa, ahora presidente de FIBA Europa, y Juan Carlos Navarro, director general de la sección de baloncesto del Barça, en el documental dirigido por Sergio Rubio, que ha sido presentado en el Festival de Cine de Málaga, bajo el nombre de Imbroda, el legado del maestro.
Y es que Imbroda logró aunar a la mítica generación de los Júnior de Oro y moldearlos para terminar por colgarse "el bronce que hizo clic", como aseguraba Garbajosa, en el Eurobasket de Turquía. O, como explica el propio Pau Gasol, "quien contribuyó a crear ese ambiente de Familia", como se conoce hoy a la Selección. Y todo ello más que con su pizarra, con gestos como el que tuvo en las semifinales de aquel Eurobasket con Navarro, cuando La Bomba no terminó de explotar: "No se me dio bien el partido, estaba llorando y él vino y habló conmigo. Me calmó. Y no muchos entrenadores hacen eso".
Lo cierto es que Imbroda fue capaz de coger a un grupo de chavales y enseñarles lo que era el baloncesto, "que a veces hay que perder para luego llegar" a donde se quiere. Tanto en la Selección, como antes, en Sevilla o Málaga, a donde llegó "con dos bolsas de deporte", sin apenas haber tenido referentes -"en Melilla no había grandes maestros del baloncesto", llegó a reconocer el propio Imbroda hace años-, pero con "una personalidad fuerte" que, como explicó Julián Sanz, el director del Colegio Maristas, que se trajo a Imbroda a Málaga, ya demostraba desde muy pequeño. Porque con sólo 14 años se había hecho cargo del equipo del Colegio de La Salle de Melilla.
Por eso, aunque era el mejor jugando -sí, lo habían fichado como jugador-, pronto le dijeron que lo necesitaban al frente del banquillo. Y entonces empezó a construir lo que luego fue un equipo histórico. Un equipo de colegio, basándose en los valores del deporte, que con una plantilla para la que se trajeron de Irlanda a Mike Smith, y con la que jugando con "posesiones cortas y rápidos contraataques", como explicó quien fue su ayudante en Maristas, Pedro Ramírez, demostró algo impensable entonces al lograr subir a la ACB en 1988 y ponerlo a competir contra equipos de la talla del Real Madrid y el Barça.
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Aquella hazaña de hecho tuvo repercusión internacional. Tanto que con la caída de la URSS y la independencia de Lituania se creó la selección lituana de baloncesto y se encomendó el banquillo a Imbroda. "Javier me llamó, dejé mi trabajo y el 1 de marzo nos montamos en un avión rumbo a Lituania", relata Mariano Pozo, fotógrafo de Unicaja y la ACB. Y aunque la llegada no fue como esperaba, se alojaban en un hospital porque no había hoteles y "el primer entrenamiento fue un fracaso porque no fue nadie y eso a Imbroda le cabreó mucho", como explica Pozo, fue un aprendizaje. Porque ahí se dio cuenta de que le tocaba "lidiar con grandes egos y estilos muy distintos", con jugadores míticos como Arvydas Sabonis -que fue quien lo recomendó-, y lo hizo. "Se dieron cuenta a la primera que Imbroda controlaba", aseguraba Pozo.
Y tras ello, para la temporada 1992-1993, tras la fusión del Maristas y el Caja Ronda -el eterno rival- y la creación del CB Málaga, el consejo de administración decidió por unanimidad darle a él las riendas del nuevo equipo. Y aquello fue un acierto como se mostró en las finales de la temporada 1994-1995. "Me marcó mucho ese equipo, un equipo joven que rompió la dualidad Barça - Real Madrid", confesó Garbajosa. Y eso que en aquel mítico partido ante el Barça, Mike Ansley falló el triple ganador. "Muchas veces las derrotas son más épicas que las victorias", admitió Garbajosa. Y lo cierto es que eso pasó con aquel Málaga que logró crear un sentimiento de pertenencia como nunca había visto la Costa del Sol. Y dejó su sello personal en jugadores como Ansley, hoy entrenador de cantera en Polonia, que asegura que Imbroda le llevó "a vivir con su familia, le enseñó a ser padre y mejor persona", porque más que un entrenador "era un maestro".
Caja San Fernando, un adiós polémico, la Selección y el Real Madrid
Tras ello, su camino se desvió hacia Sevilla. Donde el Caja San Fernando le encomendó lo mismo que venía de hacer en Málaga. Y tampoco falló. "Mentalizaba a los jugadores hasta tal punto que se creían los Lakers", reconoce Poli Gallardo, entonces fisioterapeuta del equipo. Y todo gracias a esa personalidad que hacía "que todo fluyese".
Con el Caja San Fernando llegó a la final de la Copa 1998-1999 y al final de Liga. Algo histórico para el club. Pero entonces pidió permiso para coger la Selección… Y todo estalló. El club lo suspendió de empleo y sueldo y "no le dejaban ni entrar a su despacho ni hablar con los jugadores", explica Gallardo. Y tras aquella despedida entre lágrimas, mientras abandonaba en coche el pabellón sevillano, en 2001 asumió esa Selección de Cabezas, Garbajosa, Gasol, Navarro… "que era la leche", como admite el propio Garbajosa.
Por eso, su salida tras el Mundial de Indianápolis en el que debutó Calderón y España quedó quinta tras vencer a EE. UU. fue "un shock", como dijo el ahora presidente de FIBA Europa. Pero, claro, ¿cómo se le dice que no al Real Madrid?
"Quizá si se hubiera quedado en la Selección, hubiera estado 15 años más"
Exdirector deportivo del Real Madrid"Quizá si hubiera seguido en la Selección hubiera estado 15 años más", reconoció Lolo Sáinz, quien asumió la dirección deportiva del Real Madrid en enero de 2003, cuando el equipo ya prácticamente estaba condenado a no aspirar a nada. "Cuando yo entro en enero, el equipo estaba ya desolado", admite Sanz. Y aunque incluso Florentino Pérez le dijo a Imbroda que tuviera paciencia, que llegaría más dinero para formar una plantilla competitiva para la siguiente temporada, la décima posición en liga pesó demasiado.
Valladolid, la presidencia de la ACB, la Fundación Imbroda y la política
Ahí, llegó su primer stand by como entrenador, tras lo que en 2006 llegó su etapa en Forum Valladolid y tampoco funcionó. Imbroda apostó por el fichaje de Nacho Rodríguez, a quien tuvo en Málaga, y aquello no salió bien. El equipo bajó tras 25 años en la élite, su relación con Rodríguez se rompió durante años… Y llegó la ACB.
"Me llamó y me dijo que quería ser presidente de la ACB", reconoce Daniel Hierrezuelo, entonces árbitro y ahora director de arbitraje de la Euroliga. Pero aquello tampoco salió bien. La votación se truncó porque le fallaron votos de gente próxima a él ya que se ciñeron a las directrices de sus equipos y tras ese fracaso creó su Fundación, un espacio para ayudar a niños y niñas en riesgo de exclusión social, juntando deporte y educación.
Y posteriormente decidió saltar a la vida política, donde llegó a ser consejero de Educación y Deporte en Andalucía, para "devolverle a la sociedad lo que esta le había dado", como él mismo reconoció. Y así lo hizo hasta casi el fin de sus días, cuando tras ser homenajeado en la Copa ACB de Granada en 2022 o haber entrado en el Hall Of Fame de la FEB, entre otros reconocimientos, falleció de cáncer el 2 de abril, tras años de lucha incansable y dejando un legado que, como recoge el documental que puede verse en la web de CanalSurMas, a día de hoy nadie olvida.