Kobe Bryant tenía razón: su protegida no para de romper récords dentro y fuera de las pistas de basket
Sabrina Ionescu sigue siendo la 'rookie' de los récords. Un cromo del primer año de la base de las New York Liberty se ha vendido por 10.800 dólares, el más caro de la historia de la WNBA.

La noche del domingo hubo una persona que se gastó 10.800 dólares en un cromo. Hasta aquí todo normal, pues a eso se dedican los coleccionistas. Sin embargo, esta tarjeta es de una deportista, una joven que desde que estaba en la universidad se ha dedicado a dejar su huella en la historia del baloncesto. Hay quien dice que el baloncesto femenino (aunque casi que se podía aplicar al deporte femenino, en general) no vende. Sin embargo, las deportistas se han propuesto romper con esa premisa y demostrar que es totalmente errónea. Y en el mundo de la canasta acaba de producirse un ejemplo de ello. Por eso, tampoco resulta extraño que la protagonista fuese apadrinada por Kobe Bryant o que Stephen Curry quisiera entrenar con ella. Se trata de Sabrina Ionescu y a sus 25 años no deja de romper récords dentro y fuera de las canchas.
En el año 2021 una joven estadounidense de ascendencia rumana, que no tardó en convertirse en una de las grandes estrellas de la competición, debutó con la camiseta de las New York Liberty en la WNBA. Ante ello, de cara a su estreno en la máxima competición, Panini creó un cromo con la imagen de Ionescu. De aquello solo han pasado dos años. Sin embargo,su figura se ha convertido en una de las más valoradas a nivel mundial. Tanto que ese cromo batió el pasado fin de semana todos los récords cosechados hasta la fecha. Pero, ¿qué tiene de especial y por qué ha hecho historia?
.@Sabrina_i20's rookie card just became the most expensive WNBA card EVER.
— Boardroom (@boardroom) February 20, 2023
Per @TMZ_Sports, the 2020 Panini Prizm WNBA Black Gold rookie card made history Sunday night when it sold for $10,800.
It's one of the rarest Ionescu pieces ever made with only 5 copies in existence. pic.twitter.com/wsE4knBE3G
Vamos por partes. La pieza se vendió por 10.800 dólares y es prácticamente única, pues de ese cromo solo existen cinco copias. Además, según PWCC, encargados de la subasta, se trata del más caro de la historia de la WNBA y la primera vez que la tarjeta de una jugadora alcanza las cinco cifras. Y fue tras los fichajes que recientemente han incorporado las Liberty, como el de Jonquel Jones y, sobre todo, el de Breanna Stewart, cuando el precio del mismo se disparó.
Las Liberty tienen con Ionescu y estos dos fichajes unBig Three de cara a la temporada que viene, que hace que sean aspirantes a todo. Pero lo cierto es que Ionescu, por sí sola, ya ha demostrado que es una de las mejores jugadoras del mundo tras haberse labrado una trabajada carrera desde que era muy joven, en la que tuvo que luchar contra los estereotipos machistas.
Hija de inmigrantes que rechazó las muñecas por la pelota
A finales de los años 80, una familia de origen rumano llegó a la frontera de EE.UU. en busca de asilo político tras escapar de la dictadura de su país. Entonces eran tres: Dan Ionescu, el padre; Liliana, la madre; y Andréi, hijo de ambos. Sin embargo, había un problema: el visado que tenían solo acreditaba al padre a cruzar la frontera, por lo que la familia tuvo que dividirse. Durante años, Dan trabajó en un servicio de limusinas para reunir el dinero suficiente que hiciese que su familia pudiera cruzar la frontera. Y a los cinco años lo consiguió.
Asentados en Walnut Creek, California, a los dos años de reunirse el matrimonio tuvo mellizos. Sabrina y Eddy nacieron en diciembre de 1997 y todo lo hacían juntos. En casa, junto a su hermano Andréi, nueve años mayor que ellos, el baloncesto era un deporte para divertirse entre ellos. Y cuando los mellizos llegaron al colegio esto no cambió. Eddy la elegía para jugar junto a sus amigos y Sabrina no dudaba en hacerlo... aunque no estuviera bien visto. Ni en casa, ni en el colegio entendía que rechazara las muñecas -ya se sabe, el tópico de las niñas- por el balón, pero ella no se aminoró. Continuó haciendo lo que quería e incluso logró, antes de pasar al instituto, que se creara un equipo femenino.
Una anotadora que aprendió a rebotear para jugar con los chicos
El talento de Ionescu era un hecho. Sin embargo, el hecho de ser una chica era un prejuicio para sus compañeros, que en muchas ocasiones evitaban pasarle el balón. Así que, ante eso, comenzó a aprender a rebotear. "Tuve que encontrar la forma de hacerme con el balón porque no me lo pasaban. Entendí que tenía que aprender a rebotear para poder jugar. Luego también tuve que aprender a pasar porque cuando estaba en sexto grado, jugaba con chicas de octavo, así que para poder sobresalir tenía que hacer algo más que meter puntos", confesó en una entrevista a The Washington Post.
Esa técnica y su trabajola convirtieron en referente en Miramonte High School, su equipo del instituto en el que dio sus primeros bailes como base. Por eso, a la hora de elegir universidad, la decisión no era fácil. De ahí dependía su futuro y la elección no pudo salirle mejor. Se decantó por ir a Oregon y enrolarse en las Ducks, equipo de la NCAA en el que su "intensidad y obsesión" por la perfección, según reconocieron sus propias compañeras, fueron características desde el principio.
Las Ducks y Kobe Bryant
Ionescu era la jugadora estrella de la NCAA. Tanto que incluso llegó a meter a 7.000 espectadores en un partido y todos vaticinaban que en 2019 sería la número uno del draft. Fue precisamente a principios de ese año cuando Kobe Bryant la apadrinó. La mítica estrella de la NBA, ya retirado, fue junto a su hija Gianna (Gigi) y dos compañeras de equipo de esta a ver un partido entre las Ducks y USC (University South California) en el que el conjunto de Ionescu se llevó la victoria.
Tras el partido, Kobe y Gigi se presentaron a Ionescu y ahí se forjó una gran amistad. Ella comenzó a practicar con Gigi, por lo que se hicieron muy amigas, y también ayudó a Kobe a entrenar al equipo de su hija. Fue entonces cuando este se convirtió en su mentor y ella, en su protegida. "Si yo era el presente, Gigi era el futuro del baloncesto y Kobe lo sabía. Por eso empezamos a construir ese futuro juntos", reconoció un año después en el memorial de ambos celebrado tras su fallecimiento.

Y es que la realidad era que Bryant la hizo aún mejor. En una entrevista, The Black Mamba desveló todos los trucos y características de Ionescu, algo que pilló a la joven por sorpresa. Ella pensaba que Kobe acababa de dejarla desnuda delante de sus rivales, pero entonces lo entendió todo: era la forma de desafiarla para que fuese aún mejor. Y así lo hizo.
Aquello tuvo gran culpa de que decidiera posponer un año su salto al baloncesto profesional. A través de una carta pública, Ionescu comunicó que se quedaba un año más en la NCAA con las Ducks con el objetivo de lograr un título con ellas. Sin embargo, todo se torció.
El adiós a Kobe y Gigi, la amistad con Curry y su crecimiento
Aquella temporada dio el salto a la selección absoluta. Fue convocada para el 3x3, pese a que reconoció que no se sabía ni las reglas, en los Juegos Panamericanos de Lima y se colgó el oro tras vencer a Argentina. Pero sólo unos meses después, ya en 2020 todo se torció. "Fue mi año más duro", reconoció la base californiana. Y no era para menos.
En enero de 2020 perdió a su mentor y a su amiga en aquel accidente de helicóptero en el que ambos, junto a otras siete personas, fallecieron. Cuando el 24 de febrero, el entonces Staples Center de Los Ángeles acogió el memorial de Kobe y Gigi, ella fue una de las que oradoras de aquel homenaje. Solo unas horas después de aquello se calzó las zapatillas y le dedicó a Kobe el primero de sus récords.
Ionescu se convirtió en la primera jugadora, tanto masculina como femenina, en superar los 2.000 puntos, 1.000 rebotes y 1.000 asistencias en la NCAA, un récord que confirmó que, esta vez sí, ella debía ser la número 1 del draft ese año. "Esto es para Kobe. Debe estar mirando desde arriba y debe sentirse orgulloso y feliz por este momento que estoy viviendo", confesó. Y a aquella gesta asistió quien a partir de entonces se convirtió en su nuevo mentor. Stephen Curry y sus hijas estaban en la grada y a raíz de ahí se convirtieron en casi "hermanos".
Su objetivo de ganar el campeonato con las Ducks no pudo darse. El Covid-19 paralizó el mundo y también la competición. Pero ella siguió preparándose y entrenándose junto a Curry para dar su salto profesional a la WNBA.
Una rookie de récords, convertida en la reina del triple-doble
Tras ser número 1 del draft y firmar con las New York Liberty, en su sexto partido como profesional, en 2021, hizo 26 puntos, cogió 10 rebotes y dio 12 asistencias, números que la convirtieron enla jugadora más joven de la historia de la competición en firmar un triple-doble. Entonces, Ionescu tenía 23 años y 164 días, pero no solo había batido ese récord. La base acababa de entrar en el top ten histórico de la WNBA al firmar el décimo triple-doble en los 25 años de vida que entonces tenía la competición y el primero que hacía una jugadora de las Liberty.
☑ Youngest Triple-Double in #WNBA History
— WNBA (@WNBA) May 19, 2021
☑ First Career Triple-Double in the League
☑ First Triple-Double in @nyliberty History
...In her 6th career game. @sabrina_i20 #CountIt pic.twitter.com/tLJHkpu1RM
La temporada siguiente, el 7 de julio de 2022, logró el tercer triple-doble de su carrera al firmar 31 puntos, 13 rebotes y 10 asistencias, siendo este el primero de 30 puntos en la WNBA. Aquello le sirvió para empatar el récord de más triples-dobles en una sola temporada que ostentaba Candance Parker. Y tan solo un mes después, batió otro récord al superar los 500 puntos, 200 rebotes y 200 asistencias en una misma temporada en la WNBA, tras los números que cosechó en el choque entre las Liberty y las Phoenix Mercury.
Sabrina's historic season continues! With her assist to Crystal Dangerfield at the 9:31 mark of the first quarter, Sabrina Ionescu is the first player in @WNBA history to record 500+ points, 200+ rebounds, and 200+ assists in a single season! Congratulations, @sabrina_i20! 🗽 pic.twitter.com/MC4dXbvylr
— New York Liberty (@nyliberty) August 7, 2022
Además, el pasado 2022 se colgó el oro con EE.UU. en el Mundial. Por todo ello, no resulta extraño que Sabrina Ionescu se haya convertido en una de las referentes dentro y fuera de la pista. Por su lucha contra los estereotipos y su repertorio de baloncesto sobre la cancha. Ese cromo de 10.800 dólares es solo un ejemplo más de todo.