El lado más desconocido de Sergio Scariolo: "No tengo el tiempo ni la energía para poder ser así con todo el mundo"
El seleccionador español repasa con Quique Peinado en 'El Vestuario' su vida y su carácter marcados por décadas ininterrumpidas en la élite del baloncesto.

'El italiano', más español que nunca, se sienta con Quique Peinado en una conversación de 'El Vestuario' que dura más de 60 minutos. El pelo es el mismo (con algunas canas más, eso sí), sus pantalones de Armani ahí siguen, pero en su voz se notan los años de experiencia y relaciones humanas en los banquillos de la élite del baloncesto. Sergio Scariolo sigue enganchado a su oficio como desde el primer día, aunque su psicólogo no tenga ni idea de canastas ni tiempos muertos. Sus hijos adolescentes también le han ayudado a lidiar con unos jugadores cada vez más jóvenes. Ahora se siente emigrante solo cuando deja la Península Ibérica y mantiene una pelea interna consigo mismo sobre hasta qué punto a veces se está volviendo demasiado flexible al mando. No es casualidad que de Scariolo cada vez hablen mejor de puertas para adentro. Hemos intentado resumirlo todo en un párrafo, pero es que merece la pena ver la conversación entera. Para los más 'vagos', he aquí, justo bajo el vídeo, una transcripción.
Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Sergio Scariolo en 'El Vestuario'
Los códigos de vestuario, esa cosa tan atávica del deporte, ¿tienen un sentido en el mundo de hoy? ¿Lo van a tener para siempre? ¿Es igual ahora que hace 20 años?
Yo diría que sí, en cierto sentido. Porque en un equipo estás dentro o estás fuera. Tú no puedes estar dentro pero sacar cosas o hacerlas entrar. A veces peor aún. Tú tienes que saber que esa es una sede en la que realmente hay que ser leales, honestos, sintéticos, eficaces. Y, por supuesto, cuando se trata de jugadores, también muy amigos. Al menos desde el punto de vista de la tarea que tienen, de serlo en la cancha. Yo creo que hoy mismo es más difícil que estos códigos se puedan respetar porque hay muchísimas más tentaciones. Sobre todo hay una presencia constante de la comunicación con el exterior: los móviles están en la mano de los jugadores constantemente. Nunca sabes si están escuchando música, si están jugando un videojuego, si están mirando su cuenta de Instagram, si están chateando con la madre o la novia. Tienes que esperar que sea una fase de distracción positiva, sana, pero también es una fase, sobre todo en momentos de los postpartidos. Ha pasado muchas veces que algo que no tenía que salir de ahí haya salido a través de las redes sociales y de los propios móviles o haya entrado. Lo último que me acuerdo, no estoy hablando de algo que no tenía que entrar, fue el momento en el que entró en nuestro vestuario de los Toronto Raptors la noticia de la muerte de Kobe Bryant. Recuerdo perfectamente que estábamos todos ahí esperando el momento de la reunión prepartido y empiezo a ver, no en mi propio móvil, en el de los jugadores, algo súper raro. Una sensación de que algo estaba pasando y efectivamente fue un trauma brutal.
¿Cómo se adapta un entrenador que lleva desde el año 89 de manera interrumpida teniendo trabajo, que es una cosa bastante tremenda porque es súper difícil, realmente en todos estos años los periodos de inactividad, no sé si ha habido alguno, pero bueno, que no has dejado de entrenar desde el año 89... ¿Cómo se adapta un entrenador a los hombres que eran en el año 91, a los hombres que son en el año 2024, por ejemplo, en la manera en la que tienen de comunicarse, transmitir, vivir...
Teniendo los ojos y las orejas abiertas y estando muy atento a lo que la vida misma se encarga de transmitirte si tú eres receptivo y si tú no te pones en plan de quererlo juzgar. Yo soy un estudiante de todas estas cosas y aprendo y voy viendo, obviamente no todo me gusta, pero en la mayoría de los casos yo tengo un impacto muy relativo, es mucho más importante que vaya aprendiendo un poco todo esto para poder ser eficaz en mi comunicación con personas que efectivamente cada vez tienen un poquito más de brecha de edad conmigo, y en esto desde luego me ha ayudado mucho tener hijos adolescentes, porque por supuesto tenemos una relación bastante abierta, y eso me ha ayudado en intentar estudiar un poquito las formas de comunicar entre ellos, cuáles son las maneras más eficaces de llegar, cuáles son las que nos parecen eficaces pero no lo son porque no entran dentro de su forma de ver las cosas, los tiempos adecuados, los momentos para poder tocar determinado tema y en los que es inútil hacerlo, a veces incluso negativo.
¿Tú le has preguntado a tus hijos: «oye, me pasa esto con este jugador, qué crees que debo hacer?
No, porque esa es una cuestión más seria y en la que igual lo preguntaría más a mi psicólogo que a mis hijos, aunque la información que me llega para poder prevenir un potencial conflicto sí que me llega quizás más de ellos.
¿Psicólogo del equipo o psicólogo tuyo?
No, no, psicólogo personal.
¿Tú te haces terapia?
Sí, sí. Él se ríe porque dice: "Tú vienes aquí para charlar y a veces aprendo yo y a veces aprendes tú", pero me gusta tener un momento en el que fuera de cualquier tipo de vínculo profesional, familiar, de amistad, etc., pueda ir sacando cosas, burradas a veces, o aprender sobre todo.
Claro, porque es una persona que está fuera de todos tus ámbitos
Claro, que no tiene ni idea de baloncesto.
Y que te da otras perspectivas de las cosas
Por supuesto, y eso es muy bueno porque a veces cuando estás metido desde hace tanto tiempo en un mundo y lo vives tanto, a veces es como ponerte gafas que pueden deformar un poquito la realidad.
¿Y hace mucho que vas a terapia o que trabajas con el psicólogo?
Lo hago desde hace tiempo, pero de forma intermitente. Es algo que yo creo que todos pudiendo necesitaríamos un interlocutor, que sea un amigo especialmente bueno en saber de personas, o que sea un mental coach, o que sea un psicólogo, el que sea, pero yo creo que le vendría bien a todo el mundo. Lo recomiendo, de hecho, a cualquiera.
Hay gente que dice que con los años nos volvemos más dogmáticos. Yo creo que es al contrario. En tu caso, ¿cada vez eres menos dogmático de lo que era aquel joven entrenador que rompió con tantas cosas en España? ¿Eres menos dogmático ahora que entonces?
Probablemente sí, pero también tengo momentos en los que me digo: "tienes que volver a ser más dogmáticos en esto o en esto; en esto o en esto no puedes ser demasiado flexible o demasiado tenedor en cuenta de las opiniones ajenas". Llega un momento en que el punto donde tienes que decir que lo vamos a hacer así, lo puedes mover arriba o abajo según la situación, la circunstancia, etc. Y ese es un poco el arte de la capacidad de decir: "Vamos a escuchar otras opiniones, vamos a alejarnos del lo hacemos así porque siempre lo hemos hecho así o porque yo creo que es correcto hacerlo así". Eso tiene que ser una conclusión, que es correcto hacerlo así. Obviamente es una premisa, pero luego tiene que existir un momento de debate interno en el que recopilas información.
Hubo un jugador una vez de la Selección española, que yo creo que ese año no sé si entró, pero es de los que se ha quedado fuera y ha entrado más o menos, que le pregunté por ti y dije: «Sergio, ¿qué tal?» Creo que era la primera vez que iba a la Selección. Y me dijo: «Muy guay, habla mucho conmigo». Me sorprendió primero que haya entrenadores que con el 12, el 13, el 14 apenas hablen, y segundo me sorprendió que él me lo dijo como: «Hostia, ¿cómo que Sergio Scariolo? Si yo que soy aquí el último de la fila y me ha preguntado que qué tal mi familia». ¿Esto lo has ido aprendiendo con los años o cómo?
Sí, yo creo que todo lo aprendes con los años, por supuesto, pero yo creo que cada uno es como es. Yo creo que mi forma de ser como persona es de ser curioso acerca de las personas y de interesarme con sinceridad, porque igual me encanta poder ayudar. Vivo mi rol como un rol de servicio y de ayuda, porque realmente tu rol es de hacer todo lo posible para que la gente se encuentre cómoda para convivir y para dar una prestación de alto nivel juntos. Y yo creo que eso pasa también porque te sientes realmente interesado por lo que las personas sienten, prueban, viven. Y para poderle echar una mano, me ha pasado también en más de una ocasión. Y me ha gustado ver al jugador que te la pide, cuando cree que le puede ayudar. Sencillamente crees que las relaciones que cultivas en tu momento profesional no dejan de ser relaciones entre personas, que yo creo que todas y cada una de ellas merece un respeto, un cuidado, una atención, una lealtad. Porque estamos hablando de personas, y en muchos casos personas a las que casi todos, a las que las valoras, que le tienes un cariño, un aprecio, etc.
¿Tú crees que la gente que está viendo esta entrevista se está sorprendiendo de que Sergio Scariolo sea una persona tan accesible, tan cariñosa, en cierta forma tan preocupada? Porque muchas veces la imagen, que no sé si se ha transmitido o lo has transmitido tú, era más más fría, más distante, más dada al conflicto. Yo creo que a lo mejor la gente que está viendo ahora está diciendo: «Hostia, ¿Sergio Scariolo es así?»
Es que tú me estás preguntando por mi relación con personas que están dentro de mi círculo. Y yo no soy así necesariamente con todo el mundo. Primero porque no tengo ni el tiempo ni la energía nerviosa y emocional para poder ser así con todo el mundo. Honestamente creo que tampoco tengo ninguna estructura artificial para intentar resultar distante. Sencillamente hay momentos en los que si tú le haces caso a todo el mundo y te gastas o te dejas comer por los problemas de todo el mundo, ya no te da tiempo, no te da energía y acabas por dedicar menos tiempo y menos energía a los que sí, sin embargo, o te toca o te interesa cuidar. Pero tú me estás hablando básicamente de mi relación con los jugadores. Y mi relación con los jugadores es así porque yo soy así. Por supuesto, una persona evoluciona y cambia. No hay ninguna duda que…
Tú eres bastante más guay ahora que cuando yo te conocí, de cierta manera personal.
Pues también hay cuestión de seguridad en ti mismo. Cuando tú llegas en un momento en el que te sientes bajo observación, bajo la necesidad de demostrar algo, que es un poco al inicio, yo empecé muy pronto.
Y de aquella eras 'el italiano', ahora ya casi no te llaman el italiano.
Exacto, cuando pierdo un par de partidos sí (se ríe)… Y yo empecé muy pronto, con 27 años ya estaba entrenando como primer entrenador en un equipo y con 28 tuve que jugarme, al final de esa temporada, una final de liga, que por suerte ganamos. Porque tú sabes que muchas veces las carreras van por un lado o por otro, por una pelota que entra o que sale. Pero también el listón es probablemente más arriba, no tanto de tu capacidad técnica como de tu capacidad humana de estar a la altura de esas circunstancias. Te crees que cada momento tienes que performar a un nivel alto y muchas veces es innatural. Pero bueno, lo vas aprendiendo, te vas dando de cuenta que todo será mejor cuanto más en todos los momentos eres capaz de ser tú mismo y de no tener que, como decía antes, estar demasiado pendiente de luego cómo se lo tomarán, cómo no se lo tomarán. Si se lo toman bien, bien. Si no se lo toman menos bien, bueno, no puedes gustarle a todo el mundo y sobre todo no puedes dibujar y construir tu vida para gustarle a todo el mundo.
Cuando haces un viaje familiar y accedes a todas las cosas que al estar entrenando tanto tiempo no has podido acceder, y todo esto mientras vas cumpliendo una edad... no sé si la motivación es la misma. ¿Te vas planteando lo de: «igual esto de entrenar, me lo puedo tomar con más calma»?
No, totalmente no, aparte me siento en un momento a nivel de conocimiento y de capacidad de hacer mi trabajo muy bueno, y eso me motiva. Yo tengo una pasión intacta. Cada día es aprender algo y apuntármelo, que puede ser de baloncesto o puede ser de comunicación, o de forma de ver las cosas para poder llegar igual, de una manera diferente a la que no había pensado, a expresar un concepto, o a acercarme a una persona gracias a lo que he visto en un anuncio de televisión, o en un programa, o en una publicidad de la calle, o lo que me ha dicho el taxista en un momento dado, pero intentando cada día decir, esto lo he aprendido hoy y estoy contento. Pero a nivel de hacer mi trabajo, yo creo que cuando se apaga un poco esa pasión, ya se nota enseguida. Yo creo que es evidente que lo que haces, cómo lo haces, sobre todo los que conocen mucho el baloncesto y los que están a tu alrededor, se dan cuenta enseguida. Y eso a mí no me ha pasado y espero que no me pase.
¿No te visualizas sin entrenar?
Honestamente, no.
¿Hasta el día en que te mueras?
A veces piensas, oye, ¿hay algo diferente que podría hacer? Sí, podría hacer cosas, podría hacer cosas que ya he hecho y que podría volver a hacer. He hecho algo de televisión, he hecho algo de directivo, pero cuando tú te preguntas qué es lo que te gusta hacer, que al final es la pregunta que un ser humano siempre tiene que hacerse, a veces tienes suerte de poderte decir si lo puedes hacer y otras veces no. Pero es una pregunta que tiene que estar muy presente dentro de tu cabeza y yo digo entrenar. No veo otra cosa. Hacer deporte yo, malamente como lo puedo hacer, que es lo que me divierte también, pero nada comparable, obviamente, con lo de entrenar.
O sea, por ejemplo, ahora que solo tienes la selección española, ¿a ti los días se te pasan diciendo: «Me gustaría ahora entrenar, hoy me apetece levantarme y entrenar, mañana me apetece levantarme y entrenar»?
Sí.
O sea, ¿ahora mismo estás jodido porque 'solo' tienes la selección española, por decirlo de alguna manera?
Jodido no puedo decirlo porque tengo muchas cosas, tengo mi fundación, y he aprovechado para hacer cosas a nivel familiar que llevaba muchísimos años sin poder hacer. Puedo practicar el deporte todos los días, puedo estar en casa por fin. Es algo que todos los años me pasa por periodo de tiempo. He disfrutado, he aprovechado el tiempo, pero es cierto que a partir de febrero, por poner un momento…
Cuando empieza lo bueno
Exacto, la parte del disfrute puro y decir, mira, realmente estoy muy bien, poquito a poco deja lugar al sí estoy bien, pero me gustaría, sinceramente, tener que ir a… Y luego, por supuesto, decir, ¿quién me ha mandado de meterme en esto? Pero desde luego sí que… No puedo decir estoy jodido por no tenerlo, pero sí que me apetecería hacerlo.
Oye, cuando llegaste eras 'el italiano', así se te ve, tus vaqueros Armani, el pelo exactamente igual, en aspecto sigues siendo el italiano, pero ¿qué tienes de español tú ahora?
Yo rehúyo un poquito de esto, creo que uno se enriquece y por supuesto yo he elegido España como sitio donde quiero vivir, donde básicamente he montado el campo base, que me iré si me tocará ir a entrenar, pero volveré seguramente. Pero no reniego de mis orígenes, no reniego de mis raíces, no reniego de que sigue existiendo una parte de mí que es la de siempre, la que era cuando llegué, etc.
Tú, por ejemplo, ¿te sigues sintiendo ahora mismo un emigrante? No te digo un inmigrante, te digo un emigrante como una persona que está fuera de su casa.
No, yo me siento un emigrante ahora cuando voy fuera de España, pero no puedo decir que soy 100% español, no puedo decir que no tengo una presencia y una raíz y una naturaleza también italiana. Yo creo mucho en el sumar más que en el excluir, eso es un momento en el que todo el mundo va a excluir, no somos esto, no somos esto. Sin embargo, he vivido en Rusia, he vivido en Canadá, he vivido en Estados Unidos, he vivido en Italia, en España, etc. Y he intentado enriquecerme y robar, y incorporar, más que decir soy esto y no soy ese. Sí, por supuesto hay cosas que no compartes y que no entran dentro de tu forma, pero a mí me gusta más crear un puzzle, por decirlo como diría un español, probablemente, en el que entra un poco de todo lo que he ido aprendiendo y lo que he ido viviendo y lo que he ido modificando de mi forma de ser.
Y ya cerrando, hemos hablado de esta imposibilidad de imaginar tu vida sin entrenar, dentro de 20, 30 años, ¿tú te imaginas como un señor mayor que vive en Marbella y que no sé si sigue entrenando, a la élite ya no, pero que sigue, no sé, entrenando un equipo o está cerca del baloncesto, ¿tú te imaginas el Scariolo viejito así o cómo te lo imaginas?«
Me imagino y lo he pensado muchas veces disfrutando de ver baloncesto. Eso sí, de hacer, depende de muchos factores, de la energía que tengas, de la salud, de cómo te ven los demás, de cómo vayan las cosas, hay demasiadas variables como para poder presumir de poder planificar tanto, pero sí que me gustará hacer incluso más lo que ahora me gusta hacer, pero que a veces me falta tiempo para hacerlo, ver mucho baloncesto, ver partidos y disfrutar de este juego que ha sido mi vida, junto a otras cosas, pero con un rol muy prioritario en mi vida y que me divierte, me apasiona, me hace disfrutar y que espero que nunca salga de mi vida, como mínimo como espectador, eso sí.