BALONCESTO FEMENINO

Laia Palau: "La profesionalización del baloncesto femenino tiene que llegar ya"

La exjugadora de la Selección atiende a Relevo después de poner fin a una carrera extraordinaria, con récord absoluto de internacionalidades (315).

Laia Palau, en una rueda de prensa. /EFE/Rodrigo Jiménez
Laia Palau, en una rueda de prensa. EFE/Rodrigo Jiménez
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Una misma pregunta ha girado en torno a Laia Palau durante los últimos años. ¿Cuándo? Cuánto tardaría en llegar el día de la retirada. O mejor aún, qué haría después. Las temporadas pasaban y la nube era cada vez más grande sobre su cabeza. Ella, reflexiva, nunca se sintió incómoda en la incertidumbre. Le gusta pensar, dudar y mostrarse natural, como es. Así lo hizo hasta el 18 de mayo, día en el que puso fin a una carrera legendaria con 42 años; y así lo hace desde entonces, viendo el toro, ahora sí, desde la barrera.

"Sudo menos, me canso menos, pero me estreso más, eso seguro", declara a Relevo entre risas. Está relajada. Por fin se ha librado de la cuestión eterna —Laia, y después de la retirada, ¿qué?—. "Estoy contenta. Se ve todo bien desde fuera", asegura, aliviada.

A nivel de adrenalina, cuenta, todo está bajo control. El parqué es un capítulo cerrado en su vida. Eso sí, la nostalgia asoma por momentos. "Lo que más echo de menos es el vestuario. La relación con las compañeras. Es lo más particular de nuestro mundo; la convivencia, todas las horas, los viajes y el compartir el trabajo de esa manera", explica.

Laia Palau habla sobre su retirada a los 42 años. SALVADOR FENOLL

En mayo, Palau dijo adiós al baloncesto profesional con el Uni Girona, su equipo durante las últimas cuatro campañas. Tenía 42 años. "Sé que me quedaba baloncesto y físico en el depósito, pero no quería verme flaquear en la pista; siempre he tenido una obsesión en escoger bien el momento de la retirada", reconoce. Y añade: "Es importante saber coger los trenes cuando pasan".

Ahora, la eterna base de la selección, '9' sempiterno de España —315 internacionalidades, más que cualquier otra persona, hombre o mujer—, ejerce como directora deportiva en el club gerundense, un puesto que le permite seguir ligada a su pasión, esta vez desde los despachos.

De entrada, tarea no le falta. "Es absolutamente necesario que llegue la ley del profesionalismo al baloncesto femenino", reclama. Aunque claro, no depende solo de ella: "Los clubes están haciendo un esfuerzo a nivel estructural, es cierto, pero es que tienen que hacerlo. Ser profesional no es solo lo que cobras, sino qué estructuras tienes, dónde te mueves y qué mentalidad tienes. Hay que tratar esto como se merece".

Laia Palau exige la profesionalización del baloncesto femenino. SALVADOR FENOLL

Ella, desde luego, lo hizo de corto. Y así lo atestigua su palmarés. Dos Euroligas, diez ligas y once copas nacionales en cuatro países diferentes. Aunque su mayor éxito, ese que le diferenció del resto, llegó con la Selección española. De rojo consiguió tres oros europeos, además de otras cinco medallas continentales, una plata olímpica y otros tres metales en Campeonatos del Mundo. Casi nada.

Ahora, sin Palau, capitana durante ocho largos años, y también sin Lucas Mondelo, que abandonó el banquillo entre acusaciones de abuso psicológico —Marta Xargay y Anna Cruz demandaron al exseleccionador por sus "métodos abusivos"—, España ha cumplido su primer año a las órdenes de Miguel Méndez.

"Creo que se ha empezado bien", dice la catalana, buque insignia del combinado nacional tras el adiós de Amaya Valdemoro en 2013. "Tuvimos un ciclo muy exitoso con Lucas [Mondelo], conseguimos un montón de cosas, pero creo que el equipo ha ido cambiando… Y tiene que ir cambiando. Igual que los dirigentes [del equipo]", declara.

Laia Palau valora la etapa de Lucas Mondelo con la selección española. SALVADOR FENOLL

Con la clasificación para el Europeo en el bolsillo, Palau tiene claro cuál es el objetivo de la Selección en la cita continental de 2023: "Es una cita clasificatoria para los Juegos Olímpicos de París 2024; tenemos que volver a estar en esa rueda y volver a ser la España que hemos sido prácticamente siempre".

Ella, fuera ya de esa vorágine de partidos y viajes, centrada en su nuevo rol de directora deportiva, se limita a descubrir qué aporta al mundo más allá de "meter canastitas", como dijo en una entrevista a El País. "Ahora sé que ya no me dedico a ello… Aunque bueno, los últimos años tampoco, lo que hacía era más bien pasarla", bromea.

"A parte de hacer mi trabajo, donde además de dirigir el área deportiva, trato de ser un poco el altavoz del club, sí me siento con una responsabilidad de explicar nuestra historia, de promocionar el deporte femenino y todo lo que se ponga por delante", manifiesta con orgullo en la mirada. Y sentencia: "Me siento muy realizada. Creo que, ahora sí, le estoy dando una utilidad al baloncesto".