Pedro Rivero, el hombre que ha devuelto el oxígeno al Estudiantes tras su verano más polémico: "Todo parecía una tragedia"
El técnico segoviano está cumpliendo con la gran apuesta del club colegial: el ascenso aunque sea a costa de algunos despidos.

No fue un verano fácil. Ni para el Movistar Estudiantes, donde se llevaron a cabo varios despidos en diferentes áreas del club que no sentaron bien entre la afición, ni para Pedro Rivero, que tuvo que elegir entre la palabra dada al club madrileño o seguir en el Zunder Palencia tras conseguir un ascenso histórico a la Liga Endesa. Al final el técnico y el equipo de la calle Serrano decidieron unir sus caminos y, hasta el momento, los resultados les dan la razón.
Segundo en la tabla, a una sola victoria del San Pablo Burgos, los colegiales están cumpliendo el guion escrito el pasado verano cuando el presidente Ignacio Triana decidía reforzar su apuesta por el ascenso del primer equipo. Lo hacía a sabiendas de las consecuencias que podía tener esa decisión, pero siendo consciente de lo mucho que se juega el equipo colegial si por tercera temporada consecutiva se queda en LEB.
"¿Y por qué no?", responde el técnico segoviano en conversación con Relevo sobre por qué eligió seguir en LEB con Estudiantes. "Evidentemente la ACB atrae mucho a la gente. Yo he estado en ella y bueno, a la ACB o entras con algunas garantías o el sueño se puede volver en tragedia en cuestión de poco tiempo. Yo creo que Estudiantes me permitía estar en un club con mucho potencial, con ganas de volver a estar otra vez en esa élite y además, un factor determinante es que vuelva a estar cerca de casa, cerca de la familia. Lo pones todo en la balanza y no hay color".
Rivero sabe que la misión no es sencilla. Hay mucho gallo en el corral de la LEB, mucho equipo compitiendo por un único objetivo, pero no le pierde la cara a un desafío en el que sólo hay una posibilidad: ascenso o ascenso. "Claro. A eso hemos venido", asegura un entrenador que apenas lleva cinco temporadas en los banquillos, pero que ya se ha hecho un nombre como uno de los técnicos de futuro del baloncesto español.
El segoviano no fue ajeno al ruido que rodeó a la entidad el pasado verano. Despidos que movilizaron incluso a jugadores como Juancho Hernangómez, que mostraron en redes sociales su desacuerdo con la decisión tomada por el club. Ahora parece que los resultados han calmado los ánimos, aunque estos se pueden volver a caldear si no llegan las victorias.

"No sé si somos los que hemos traído la paz", reconoce el técnico colegial, que sí admite cierto nivel de tensión en cada partido del equipo delante de su público. "Lo que sí que es verdad, y lo he dicho incluso el día que perdimos en casa, es que todo parecía una tragedia. El no estar ganando siempre por 20, todo era una tragedia y no tiene que ser así. Si todos los días son finales, vas a acabar con un problema. Nadie está preparado para jugar todos los días finales. Y es un poco lo que estamos intentando transmitir. Que se tiene que ascender, sí, pero se puede ascender primero o se puede ascender a través de un playoff. El objetivo no puede ser perder el norte porque se pierda el partido".
De momento los resultados acompañan al equipo colegial. Segundo con 10 victorias en 12 partidos, los estudiantiles miran hacia arriba y no hacia abajo. Sin embargo, el equipo todavía está lejos de alcanzar la versión deseada por un Pedro Rivero que exige más a sus jugadores.
"El aspecto positivo es que todo todo el mundo tiene muy claro a qué se ha venido y que hay momentos para todos. Pero todavía nos queda mucho. Tenemos que dar más pasos adelante siendo más consistentes más minutos es verdad que tenemos muchísimo talento ofensivo y eso nos lleva a salir de muchos problemas pero tenemos que seguir construyendo para que los días que no estemos acertados pues vaya el partido por donde queremos", puntualiza un Rivero que no ha sido ajeno a todos los problemas que tuvo el club en el pasado.
"Si todos los días son finales, vas a acabar con un problema. Nadie está preparado para jugar todos los días finales"
En cuanto al ruido con el que aterrizó en el club al poco de entrar, Rivero explica que no tuvo nada que ver ni con él ni con su equipo: "A nosotros nos llega el ruido como le llegó a todo el mundo. Al final entramos nuevos y el equipo estaba en ese proceso de despidos internos con gente que llevaba mucho tiempo y lo vivimos un poco, no desde fuera porque acabamos de llegar, pero tampoco entendíamos mucho, con lo cual no teníamos una opinión muy formada. Nosotros la presión ya la teníamos igual que los otros que han venido antes que nosotros y que no lo han conseguido".
Para conseguir superar la presión y esa barrera psicológica que no superan desde hace dos temporadas y que es el ascenso, Rivero cuenta con un vestuario veterano y curtido en mil batallas, y con el apoyo de una afición que ha recuperado la ilusión en el equipo. De momento más por los resultados que por el juego. "La gente quiere volver a engancharse. Pero no creo que sea solo una cuestión del juego. Yo creo que es una cuestión de todos, internamente, lo que están haciendo para que el WiZink se vuelva a llenar. Además vayamos donde vayamos siempre hay gente del Estu. Es increíble. Es una afición que ha vivido momentos históricos y que ahora, bueno, pues ha aceptado también el estar en la LEB". Una categoría que esperan abandonar en breve y para ello parecen haber encontrado el guía perfecto para encontrar ese norte.