Campazzo remata la "mala temporada" del Barça y el Real Madrid ya está en la final

Lo mejor para desquitarse de un batacazo es volver a jugar. Y si no, basta con ver lo que ha hecho el Real Madrid esta semana. Porque lo que ocurrió en Berlín en la final de la Euroliga no fue un jarro de agua fría. Al menos, no para la Liga Endesa. Fue la gasolina premium para que los de Chus Mateo destrozaran por la vía rápida a un Barça que, aunque en el Palau rozó ese balón de oxígeno, no logró culminar la épica. Los blancos están el la final por el título liguero tras asaltar la casa culé (92-95).

Y es que aunque los de Roger Grimau empezaron mejor, firmaron un tercer cuarto excelso y estuvieron peleando hasta el final, la ausencia de Jan Vesely -que fue expulsado por antideportiva y técnica casi al inicio del segundo cuarto- fue un golpe duro en defensa, y que reapareciese el fantasma del triple en el último cuarto tampoco ayudó. "Es mala temporada", aseguró Roger Grimau en los micros de Movistar+. Y si hubo un culpable fue Campazzo. Los blancos supieron aguantar el tipo con el argentino en modo estelar y ya están en la final.

El más listo de la clase... y de la competición. Porque la rapidez mental con la que juega Facundo Campazzo es descomunal. Y el Barça lo ha sufrido. Por eso, cuando a falta de 26,7 segundos para el descanso, Roger Grimau pidió un tiempo muerto, la premisa para los suyos fue clara y concisa: "Que no tenga el balón Campazzo". Cuando el equipo rival te teme de esa manera, por algo es. Porque el argentino ha cerrado el tercer cuarto con CERO intentos en tiros de dos... y, en cambio, 13 puntos en su casillero (que luego acabaron siendo 21). Y es que la capacidad para sacar faltas a los rivales, así como su buena mano de tres le ha sido más que suficiente. Si a eso se le añade su capacidad para romper en la penetración y que, como ya acostumbra, se ha encargado de repartir juego a sus compañeros... pues ya estaría la explicación de por qué Grimau quería especial atención en él. Fue el hombre del partido y su clase la que dio el pase a la final a los suyos.

El tercer cuarto del Barça ha sido de esos para levantarse y aplaudir. Sobre todo por el recital ofensivo que ha desplegado el equipo de Roger Grimau. ¿Que no tenían a Jan Vesely -eliminado por antideportiva + técnica en el segundo cuarto- que es su principal baza defensiva? No pasa nada, ahí estaban Jabari Parker y Tomas Satoransky para liderar el ataque, gracias a la dirección del checo y las asistencias de Nico Laprovittola. 31 puntos ha anotado el Barça en esos diez minutos en los que también se ha visto a Grimau revolucionar el quinteto alineando a tres ala-pívots a la vez (Jabari, Da Silva y Parra) para intentar buscar ese plus que, sin duda, han conseguido durante ese periodo.

Es el que mejor juega contra Tavares, el que más le hace mover los pies al pívot caboverdiano y eso no es nada fácil. Pero si además de eso, que no es poco, es capaz de mostrar (y mantener) esa versión ofensiva en la que es capaz de enchufar bajo aro, en la media distancia, desde la larga... ¿Qué más se le puede pedir? Jabari Parker ha sido el que ha metido y mantenido al conjunto culé en el partido. Y lo ha hecho a base de canastas... y de rebotes, porque a Parker no le ha temblado la muñeca de cara a aro ni la intensidad para pelear los rebotes defensivos. Una actuación redonda del ala-pívot, que además ha puesto contra las cuerdas al coloso del Real Madrid. Y el matazo de poster que ha hecho frente al caboverdiano lo demuestra... aunque no haya sido suficiente para hacer que el Barça salvase ese balón de oxígeno que necesitaba.

Qué difícil tiene que ser arbitrar un partido como este. Por la tensión, por ser a vida o muerte para uno de ellos... Y por las protestas. Porque si algo ha habido desde el principio hasta el final han sido quejas por parte de uno y otro equipo. Y al final, tanta presión y tanta protesta hace que se vean acciones como la vista con la falta en ataque de Tavares, que el árbitro principal pitó eso, otro señaló falta a favor del pívot y el tercero... fuera. Un quilombo en toda regla que también encendió aún más a ambos equipos.

Otro de los que se ha sumado a la fiesta de esta serie es Dzanan Musa. El bosnio ha estado muy inteligente y en el Palau ha sido uno de los líderes de la reacción del Real Madrid. A base de puntos, de rebotes y de asistencias, porque la realidad es que el escolta se ha vestido de director de juego como si nada.