Campazzo se viste de líder en una victoria coral y con polémica del Real Madrid ante UCAM Murcia

El Real Madrid está firmando un inicio de temporada excelso. Los de Chus Mateo han iniciado la temporada 2023-2024 con un pleno de victorias que dejan claro que el campeón de Europa tiene equipo para volver a revalidar título y en Liga Endesa, para enderezar lo ocurrido en las pasadas finales contra el Barça. Aún queda mucho por delante, pero el impulso que supone este 8-0 de victorias (nueve, si se cuenta la que lograron ante los Dallas Mavericks el pasado martes) no es baladí. Y la forma de imponerse a UCAM Murcia, un equipo que sólo había tropezado una vez antes de visitar el WiZink Center (ante Surne Bilbao Basket en Miribilla) y que está haciendo muy buen baloncesto tras los fichajes veraniegos, lo demuestra aún más (106-92).

La llegada de Facundo Campazzo marcó un antes y un después para los blancos. Porque la realidad es que la coralidad que este año está demostrando el Real Madrid, en gran parte, es gracias al argentino que es capaz de unir al baile a todos sus compañeros. Incluso en los minutos que no está sobre el parqué en los que ha dejado imprimada esa colectividad en sus compañeros. Así se ha visto este domingo en un partido en el que, la realidad, es que los blancos empezaron ocho abajo (perdieron el primer cuarto 15-20), para luego dar paso a la igualdad que reinó durante el segundo cuarto en el que remontaron, para después romper el encuentro tras el descanso. Eso sí, después del polémico capítulo vivido a tres milésimas del final del segundo cuarto.

Ahí, Sito Alonso acabó siendo el protagonista. Primero, porque los árbitros pitaron técnica por flopping a Moussa Diagné. Al técnico no le pareció bien y mandó a los jugadores del banquillo a vestuario, pese a que aún se tenían que jugar esas tres milésimas. Y después, cuando ya se había llegado oficialmente al descanso y todos se iban a vestuarios, Sergio Llull se le acercó, le dijo algo -una reprobación de su actuación anterior- y le dio un toque en la cabeza a la par que se iba. Esto encendió aún más al técnico, que se fue hacia Llull y tuvo que ser parado por varios jugadores.

Aquello quedó ahí y tras el receso, el partido se reanudó con 42-37 en el marcador. Aunque lo cierto es que pareció otro partido distinto. Porque si los blancos estaban pecando de pérdidas durante la primera mitad y UCAM Murcia las estaba aprovechando, el tercer cuarto fue impoluto para los de Chus Mateo. De esos parciales que pueden tildarse de extraordinarios gracias a un porcentaje de acierto superior al 80% en tiros de campo (84% para ser exactos) para los madridistas (39 puntos anotaron en esos 10 minutos). Una fiesta de canastas blancas que no pudo impedir Moussa Diagné porque por una segunda técnica, esta vez por protestar una acción arbitral en el ecuador del tercer cuarto, acabó eliminado (81-62).

En el último cuarto, UCAM Murcia subió una marcha más. De hecho, ese parcial acabaron ganándolo los de Sito Alonso, pero no fue suficiente (25-30). El buen hacer del Real Madrid, liderado por un Facundo Campazzo que está en un estado de forma absolutamente colosal (firmó un doble-doble con 14 puntos y 10 asistencias), hizo que el marcador sobrepasara el centenar de puntos y que la victoria se quedara en el WiZink (106-92). Los blancos siguen invictos y UCAM Murcia ya acumula dos derrotas consecutivas.