Shelton Jones, el americano rebelde del Atleti: "Sí, salía por la noche, pero al día siguiente metía 30 puntos"
Uno de los tres estadounidenses que jugaron en el Atlético de Madrid Villalba recuerda para Relevo la única temporada de los rojiblancos en la ACB.
![Shelton Jones en el concurso de mates del All Star de Zaragoza./ACB](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202310/19/media/cortadas/shelton-jones-mate-Rmwqn4owEF2RFRh9bUc8nZK-1200x648@Relevo.jpg)
El Atlético de Madrid-Villalba apenas estuvo una temporada en la ACB, pero para los que ya peinamos canas dejó un gran recuerdo en la retina. Especialmente gracias a los dos estadounidenses que Jesús Gil fichó a golpe de talonario. Por un lado Walter Berry, que llegaba como una superestrella tras sus comienzos en la NBA y su primera temporada en Europa en las filas del Basket Napoli. Y por otro estaba Shelton Jones, que aterrizaba en Villalba tras brillar en la NCAA con Saint John's y dejar pinceladas de su talento en la NBA.
"La primera vez que recibí la llamada de mi agente para decirme que había un equipo español interesado en mí, me quedé en shock. Nunca había estado tanto tiempo fuera de mi país. Fue emocionante, pero a la vez me daba un poco de miedo", recuerda Shelton Jones en conversación con Relevo para recordar cómo fueron aquellos meses en los que cambió los rascacielos de Philadelphia (jugaba en los Sixers antes de llegar a España) por la tranquilidad de la Sierra de Guadarrama en un pequeño pueblo llamado Villalba.
Hubo una persona clave para entender qué hacían Jones y Berry, dos jugadores con aura de estrella, en Villalba. Y ese era el presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil. "Hablé con él por teléfono, pero eso no me preparó lo suficiente como para conocerlo en persona", recuerda entre risas el alero. "En persona daba un poco de miedo. No es que me asustara, pero sí daba un poco de miedo".
"Hablé con Jesús Gil por teléfono, pero eso no me preparó lo suficiente como para conocerlo en persona"
Tras sus primeras conversaciones con Gil no tuvo dudas. Renunció a vivir en Madrid y se trasladó directamente a la pequeña localidad madrileña: "Era una ciudad pequeña que me recordaba mucho a mi pueblo con gente muy cercana y amable. Recuerdo que me gustaba caminar por la ciudad antes de los partidos. Me gustaba caminar y hablar con la gente antes de los partidos. Los niños venían a caminar conmigo, me seguían y yo jugaba un poco con ellos".
El jugador neoyorquino llegaba con vitola de estrella y pronto comenzó a demostrar que tenía calidad de sobra para ser uno de los referentes del equipo. De hecho, en los tres primeros partidos y ante la ausencia de su compatriota por lesión, Jones tomó los mandos con 33 puntos y 11 rebotes de media. Era el alfa y el omega del equipo y para muestra un dato demoledor: en esos tres primeros encuentros, el alero estadounidense realizó… ¡94 tiros a canasta!
Eran tiempos felices. Pero pronto comenzaron los problemas. La vuelta de Walter Berry eclipsó a Jones, que no supo adaptarse a su rol secundario. Y fue en ese momento cuando se empezó a hablar más de su vida nocturna que de su baloncesto. "Sí, eso es cierto", reconoce Jones sin tapujos. "Yo estaba promediando más de 30 puntos por partido y sí salía por la noche mientras hacía esos números. Entonces no había problema. Algunos de los jugadores españoles salían conmigo. Incluso Walter [Berry] salía conmigo. Entonces Berry volvió y las cosas empezaron a ir peor. Y entonces sí era un problema que yo saliera. No creo que Jesús Gil [vuelve a salir su nombre en la conversación] me tratara de manera justa cuando decía que salía. No creo que me tratara como una persona. Creo que era solo un número para él. Era sólo una pieza en un puzzle. No hubo buena conexión. Pero, ¿cuál era el problema si salía un poco? Ya era un adulto y estaba promediando más de 30 puntos. Ahí nadie decía nada".
Poco a poco el papel de Jones se fue diluyendo en el Atlético de Madrid ante la explosión de Berry y terminó siendo cortado a mitad de temporada para ser sustituido por Howard Wright. Un despido que aún colea en la mente de Jones porque, según él, "El Atleti no me pagó todo lo que me debía, que eran 100.000 dólares. Me quedé un mes en Madrid y no me pagaban. Finalmente me fui a casa y acabó pagándome entre 20 o 30.000 dólares. No lo recuerdo bien, pero me dijo que lo tomaba o lo dejaba. Era de esa clase de personas".
Jones vuelve a traer a la conversación la figura del presidente rojiblanco, con el que no tuvo la mejor relación posible y al que no recuerda especialmente con cariño. "Tuvimos un par de encontronazos muy fuertes porque no me hablaba como si fuese un adulto. Yo le decía que no quería problemas de ningún tipo, pero que me tenía que tratar como un hombre. No estaba hablando con un niño. ¿Quién se creía que era hablándome así?".
"Tuvimos un par de encontronazos muy fuertes porque no me hablaba como si fuese un adulto"
Gil no es el único con el que Jones no tuvo 'feeling' en su etapa en el Atlético de Madrid. Tampoco encontró su mejor versión con Clifford Luyk, el que fuera el primer entrenador del equipo rojiblanco antes de ser sustituido por Tim Shea. "Los dos habíamos jugado en Saint John's. Estábamos bastante unidos, pero no creo que Clifford fuera el entrenador adecuado para ese equipo. Cuando Walter no estaba ya vio de lo que era capaz de hacer. Pero cuando Berry volvió todo cambió. Se acabó la química. No había más balón para mi. Todo era para Walter y creo que por eso no tuvo más éxito. No creo que lo manejara de la mejor manera. Creo que realmente éramos mejor equipo de lo que fuimos".
Antes de hacer la maleta para volver a Estados Unidos, Shelton Jones se llevó en la maleta el título de campeón del concurso de mates de un All Star en el que participó Michael Jordan. "Fue el mejor momento del tiempo que estuve en Madrid. Lo mejor. Fue todo cariño y diversión. Ya en ese momento no lo estaba pasando bien en el equipo", recuerda el alero, que vuelve a sacar la figura del presidente rojiblanco. "Estaba constantemente enfrentado a Jesús Gil porque siempre que había un problema en el equipo, era mi problema".
Poco después de la cita de Zaragoza Jones salió del Atlético de Madrid y comenzó un periplo por Israel, Italia, Venezuela, Puerto Rico, Francia o México. Pero ya nada volvió a ser lo mismo para un jugador que tampoco triunfó en la NBA: "No voy a esconderlo. No trabajé lo suficientemente duro para tener una carrera en la NBA. No tuve a nadie que me dijera lo que tenía que hacer. No tuve un mentor. Tenía un plan para llegar a la NBA, pero no para mantenerme, cuando llegué no sabía qué hacer".
Al equipo rojiblanco tampoco le fue mucho mejor. A pesar de terminar su primera temporada en la ACB entre los ocho mejores de la competición, el pulso entre Jesús Gil y el Ayuntamiento de Collado Villalba terminó con la salida del Atlético de Madrid de un equipo que terminó despareciendo un año después.