"Si no mejoras, empeoras", me decía siempre un entrenador amigo. Y es algo trasladable no sólo a lo que sucede en la pista, en los entrenamientos y para equipos y también jugadores, sino también en los despachos. Además, que ambas cosas son vasos comunicantes.
En este arranque de la Liga Endesa hay dos reflejos de esta máxima, de dos equipos que han demostrado ambición, que han hecho sus apuestas y que, de momento, les han salido bien. Son los proyectos del UCAM Murcia y Básquet Girona para la temporada 2023-2024, que lideran junto al Real Madrid con un 3-0 la tabla clasificatoria.
Los anfitriones de la Supercopa tuvieron un buen rush final de pasado curso acabando en novena posición pero con un regusto agridulce. Uno de sus problemas, la dirección de juego. Travis Trice mandaba y ordenaba poco. La llegada después de un campeón NBA como Chris Chiozza, les ayudó para acabar el año en alto.
Había que tapar ese agujero y, lo hicieron por partida doble, fichando a un Troy Caupin, al que aún le falta coger el aire a la competición, y un Ludde Hakanson que, mientras tanto, está tirando de galones para llevar el peso de las operaciones y demostrando que está en plena madurez.
Apuestas...
Apostaron fuerte por sacar del Joventut a Birgander, dándole un rol protagónico que nunca ha tenido en Badalona, siempre a la sombra de Tomic, y que está asumiendo a la perfección sustituyendo a un Pustovyi que buscará volver a su mejor nivel en su segunda casa, Santiago. El sueco es el tercer jugador más valorado de la Liga Endesa.
Pero no ha sido la única. En la posición de ala-pívot, una de las más difíciles del mercado, apostaron por un infravalorado Dustin Sleva, un americano salido de la NCAA-2 con casi toda su trayectoria en el Paris galo, con un breve incursión en Alemania, y que ha demostrado que igual está para un roto (tres triples y 17 puntos frente al Baskonia) que para un descosido (8 rebotes ante el Lenovo Tenerife). Vaya si está mejorando a Ryan Luther.
Y es que si el fichaje estrella posiblemente fue la vuelta a España del carismático Dylan Ennis, con puntos en las manos para dar y regalar (ya está en 15 de promedio), había que rodearle de obreros, como el multiusos Howard Sant-Ross o un revalorizado Rodions Kurucs. ¿Quién iba a pensar cuando lo ficharon que iba a ser miembro de una de las sensaciones de la Copa del Mundo con Letonia tras salir del Betis por la puerta de atrás?
Toda esta pléyade de nombres mezclada y agitada por Sito Alonso ha hecho que protagonicen el mejor inicio del club en 26 temporadas. Y un denominador común: físico, físico, físico que les lleva a ser ya el equipo con mejor Eficiencia Defensiva del arranque liguero. En el baloncesto actual es justo y necesario. Que se lo digan al Lenovo Tenerife y ese vendaval de 21-0 sufrido en el último cuarto en la tercera jornada.
Ike Iroegbu y Quino Colom, tras la victoria en Granada.
ACB PHOTO/FERMÍN RODRÍGUEZ
La segunda temporada después del ascenso es muchas veces la más complicada para los equipos de Liga Endesa. La ilusión del primer año e incluso el bloque de la LEB Oro suelen echar el resto. El riesgo llega el curso posterior. Y o das un paso adelante o el precipicio está ahí.
El aire nuevo con la llegada de Salva Camps al banquillo del Bàsquet Girona, ha hecho que muerdan a nivel defensivo, que jueguen situaciones sencillas y compartan muy bien el balón (líderes en asistencias con 22 por partido)… y que exploten al máximo a Quino Colom el tiempo que está en pista dosificándolo en pequeñas presencias. Quinto mejor asistente de la competición… pero no el único que ha conseguido colarse en ese Top10. Y es que el año pasado estaba muy solo en la dirección.
La buena relación del club con el Barça ha hecho que reciban las cesiones de un Sergi Martínez, con necesidad de minutos para seguir creciendo, y de un Juani Marcos que ha mostrado el mismo descaro jugando en ACB que en la LEB Oro y lo ha hecho durante dos partidos con un tendón fuera de un dedo. Pese a ser un debutante y jugar mermado: 11,3 puntos y 5 asistencias en tres partidos. Casi nada.
...Y más apuestas
Y para ayudar y hacer un poco de todo, un combo eléctrico como Ike Iroegbu, en franca progresión. El nigeriano, séptimo máximo anotador de la Liga Italiana el pasado curso, ya ha demostrado de lo que es capaz de anotar 17 puntos en una parte con sus rachas desde 6,75 metros frente al Dreamland Gran Canaria y sus penetraciones agresivas hacia la izquierda, su capacidad de jugar en campo abierto y si no tiene opción para anotar, buscar el pase.
La posición de ala-pívot, que el pasado curso les trajo a maltraer, ha recibido savia nueva con la llegada de Yves Pons, una apuesta por un jugador con pedigrí Euroliga pero con ganas de reivindicarse y que de momento ha llamado la atención por su espectacularidad. Sus mates, sus rebotes, sus dos triples por partido… Todo eso en ataque, sí. Pero sumen su capacidad defensiva, cómo cierra los espacios… No me gustaría encontrármelo en un closeout, una recuperación defensiva. El nigeriano y el francés, también con el físico como denominador común.
Goloman, Susinkas… gregarios que hacen su papel y con ganas y hambre de hacerse un nombre en la competición que sólo suman. Ni siquiera la baja de Markel Brown, todo un NBA que aún no se ha estrenado, ha hecho que el nivel se resienta.
En tres jornadas es el equipo con mejor Eficiencia Ofensiva, segundo que más ha anotado con 93 puntos por choque y segundo que juega a más ritmo (posesiones) de la competición. ¿Quién da más? En Fontajau se lo están pasando francamente bien.
De momento, UCAM Murcia y Bàsquet Girona han llamado la atención de la Liga y han vuelto a demostrar que, si no apuestas por mejorar, empeoras. Aviso a navegantes: el conformismo, e ir siempre a por el aprobado, no vale en la Liga Endesa.
