Mirotic habla en la pista y el Barça da el primer golpe ante el Real Madrid

Barcelona.- Esto es una final. Con todas sus letras. Y así se ha visto sobre el parqué del Palau Blaugrana. Porque si algo han dejado claro Barça y Real Madrid es que, pese a todo el ruido exterior, van a ofrecer un recital de baloncesto sobre la pista. Del primero al último que la pise. Y aunque el foco parecía que estaba en lo extradeportivo, con la polémica por la salida de Nikola Mirotic, durante el partido se puso donde tenía que estar: en el baloncesto. Y en esta ocasión quien lo hizo mejor fue el Barça. Y lo empezó a saborear con el que había sido el hombre del partido hasta antes de empezar: Mirotic.

Un canastón del capitán, que habló donde tenía que hacerlo: a poco más de 2:40 del final levantó al Palau como no lo había hecho hasta ahora. Y eso ocurrió por muchos motivos. El triplazo de Mirotic fue excelso y ponía el 85-77. Era un jarro de agua fría para el Real Madrid, que no terminó de encontrar los ajustes necesarios para cortar la arremetida del Barça y levantó al Palau, durante el tiempo muerto obligado que tuvo que pedir Chus Mateo, para que la grada se girase al palco y le cantara "Nikola Mirotic". Todo está dicho por parte de la afición. Y también del equipo, que ha dejado claro que quiere, sí o sí, el título de Liga. 1-0 para los de Jasikevicius y a por el segundo asalto el domingo.

Lo que han brindado Barça y Real Madrid ha sido un recital de baloncesto. Así tal cual. Y ya lo dejaron claro al descanso. 97 puntos en una sola mitad, la cifra más alta que se había cosechado en el primer tiempo de un Clásico en playoff. Y de estos ha habido bastantes. La lucha de tú a tú, el ajuste de ataques y defensas, los destellos para anotar, crear o bloquear... Todo ha sumado para que a nivel de juego se haya brindado lo que debía ser: una final de Liga Endesa. Y, en definitiva, baloncesto. Con todas sus letras.

Quizá su temporada no había sido tanto como se esperaba. Es cierto. Pero el carisma que ha mostrado Rokas Jokubaitis en este primer partido de la final del Playoff de Liga Endesa ha dado otro color al Barça. El joven base lituano ha sabido leer muy bien por dónde tenía que buscar espacios y crear juego para los demás. Ha metido intensidad y se la ha contagiado a sus compañeros tanto en ataque como en defensa, sobre todo en la primera mitad. Y sí, aunque haya tenido algún error, la versión que ha mostrado ha sido para destacar.

"Tomas Satoransky es todo lo que está bien salvo cuando juega contra tu equipo", tuiteaba durante los últimos minutos del partido mi compañera Andrea Robles. Y lleva razón. Showtoransky (por algo se le acuñó así) es el jugador fontanero, pero a la par el artista de la obra que has ido a ver. Su manera de leer, de entrar y hacer reaccionar a los demás, de enchufarla cuando más difícil parece lo dicen todo. Así que ante eso... ¿Para qué decir más? Lo dicho: Showtoransky.

Algo se muere en el alma cuando Tavares se va. Esa es la realidad del Real Madrid. La vuelta de Poirier no termina de suplir lo suficiente. El caboverdiano es demasiado diferencial y cuando no está sobre el parqué se nota demasiado. Así se ha visto este viernes noche en el Palau. Por momentos, el Barça supo defender a la perfección al caboverdiano para sacarlo fuera de su zona de confort. Aunque aún así hizo de las suyas -basta con ver las estadísticas para comprobarlo-. Pero el mayor problema está cuando, precisamente, el pívot no está en el parqué. Se necesita que en esos momentos haya otros jugadores que tiren del carro, ya no en defensa, sino en ataque, para así canalizarlo todo desde ahí. Y esto ha fallado. Para arreglarlo de cara al domingo.

Si algo ha demostrado la afición culé es que es fiel a sus creencias. Lo de Nikola Mirotic era una bomba de relojería. Una explosión en toda regla a sólo 24 horas de que arranque la final por el título y eso no es plato de buen gusto. Sino todo lo contrario. Sin embargo, el cariño que le tienen a su capitán es palpable. Y así se vio durante la previa y el partido. La ovación a Mirotic en la presentación. El cantarle varias veces durante el partido. El aplaudir como siempre, pero más que nunca sus canastas… La huella de Mirotic en el Barça va a ser de las que no se borran. Y en la directiva, más aún tras lo que han visto en el partido de hoy, ya lo saben.