LIGA ENDESA

¿Qué pasa con Edy Tavares? Sus altibajos mantienen en 'stand by' su renovación con el Real Madrid

El caboverdiano no termina de encontrar su mejor versión. Termina contrato con el club blanco a final de temporada y el acuerdo para continuar no llega, de momento.

Edy Tavares, en un partido esta temporada. /ACB PHOTO/MARIANO POZO
Edy Tavares, en un partido esta temporada. ACB PHOTO/MARIANO POZO
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Hace meses que la pregunta sobre qué le ocurre a Edy Tavares no deja de sobrevolar a la afición madridista. Y es que la realidad es que el gigante caboverdiano del Real Madrid, uno de los pívots más dominantes -si no el que más durante mucho tiempo- parece haber perdido su esencia. Esa que le hacía ser dueño y señor de la pintura, sin que apenas nadie fuese capaz de bailar con él dentro de la zona. Sin embargo, esta temporada no está siendo tan brillante como acostumbra. Y el Real Madrid lo está notando. Una situación que, a diferencia de lo que se presuponía, está ya durando más de la cuenta y que, además, se entrelaza con la incógnita sobre su futuro.

Tavares termina contrato a final de temporada, el acuerdo de renovación con el Real Madrid sigue en stand by y, dadas las circunstancias, las pretensiones de salario al alza que mantiene el pívot desde hace un año ahora podrían estar en entredicho por su rendimiento esta campaña. Y es que tras firmar la que seguramente fuese una de sus mejores temporadas, el bajón que ha dado esta 2023-2024 es palpable.

Un año marcado por las lesiones

La realidad es que el año del caboverdiano empezó algo torcido. Primero, con esa infección respiratoria que le hizo perderse varias jornadas a principios de temporada. Una afección que le lastró durante prácticamente un mes y que hizo que no fuera de la partida durante las jornadas 2, 3 y 4 de la Liga Endesa, y la inaugural de la Euroliga. Tras ello, llegó ese cambio físico notorio. Algo que, aunque en un principio hubo quienes achacaban a que se derivaba de un problema de salud, fue por voluntad propia.

Tavares decidió modificar su nutrición y para ello, contrató a la nutricionista de Facundo Campazzo, con el fin de cambiar su forma física: una notoria bajada de peso para ser más ágil en cancha y tener más movilidad. Y, claro, esto a su vez traía consigo la necesidad de adaptarse a su nuevo cuerpo, frente a ese más voluminoso que le hacía imponer aún más bajo aros.

Tras ello, el 11 de enero llegó la lesión que más le ha lastrado: un problema en el ligamento lateral externo del tobillo derecho que le hizo perderse cuatro jornadas de Liga Endesa y otras cuatro de Euroliga y que ya apuntaba a que su recuperación total iba a ser compleja. Y es que por el tipo de jugador que es, necesita de algo más de tiempo para coger rodaje y estar otra vez como antes. ¿El problema? Que desde su vuelta, que fue para la Copa del Rey a mediados de febrero, ya han pasado casi dos meses y el Tavares que hasta ahora se conocía no termina de llegar.

Un bajón en las estadísticas y en su intimidación

A nivel de números, lo cierto es que en Liga Endesa el bajón quizá no sea tan notorio: mientras que a nivel de minutos reduce en casi uno su presencia en pista, ha bajado en 1,3 su media de puntos, en 0,2 los rebotes cazados, en 0,4 las asistencias, en 0,3 los tapones y en 1,9 su valoración. Si bien, la realidad es que sí que ha aumentado levemente su porcentaje de acierto en tiros de dos y tiros libres, así como los mates (0,6 más).

Si bien, donde más se nota la diferencia es en Euroliga, competición fetiche para el pívot en la que ha bajado en todos sus parámetros: su juego se ha visto reducido en 2,03 minutos, baja 1,6 puntos, su acierto en tiros de dos se reduce un 6,5%, mientras que en tiros libres un 3,3%; en rebotes baja un 0,5, en tapones un 0,8 y en valoración baja 3,1 créditos.

Si bien, más allá de las cifras, sobre todo son las sensaciones. Aunque lo cierto es que el Real Madrid se está sujetando sobre todo por Vincent Poirier, que está firmando una gran temporada, Tavares parece haber perdido esa faceta intimidatoria que sólo él era capaz de insuflar en sus rivales. De hecho, en las últimas jornadas -como el Clásico ante el Barça del pasado domingo- se ha visto cómo ante un pívot fuerte como Jan Vesely no terminaba de encontrarse. Y, dadas las circunstancias, está claro que el Real Madrid necesita del pívot porque sigue siendo su baluarte en el juego interior. Y por más que Chus Mateo repitiese que había que tener "paciencia" con él, el tiempo apremia. Más cuando su contrato se acaba a final de temporada.

"Mi objetivo es pelear por quedarme, pero el futuro no se sabe"

Edy Tavares

Una renovación parada entre interrogantes

La renovación del pívot sigue siendo una gran incógnita. Él ya ha mostrado públicamente su deseo de quedarse -"mi objetivo es pelear por quedarme, pero el futuro no se sabe", aseguraba hace sólo dos semanas-, pero la realidad es que las pretensiones económicas que mantiene no convencen del todo al club blanco. Y es que hasta ahora cobra en torno a 3,5 millones de euros brutos y, como ya reclamaba hace un año, cuando empezó a tantear su renovación, considera que esta cifra debería ser más alta. ¿Y qué pasa? Que a día de hoy no se está viendo esa misma versión de Tavares que le avalaba para exigir más.

Con la situación con el Real Madrid en stand by, al pívot desde luego que, igualmente, novias desde el extranjero no le faltan. Panathinaikos, que ya trató de ficharlo el pasado verano -"me sentí como si entrara en un restaurante en el que no había reservado mesa y me dijeran: señor, ¿qué hace aquí?", dijo Dimitrios Giannakopoulos, presidente de club griego, en una entrevista tras ser rechazado por el pívot- no le pierde de vista. Y él tampoco se cierra a valorar una posible oferta de la NBA.

Pues, aunque su primera experiencia al otro del charco no fue buena, de llegarle una oferta de un equipo competitivo, que le ofrezca un rol importante y un salario que contemple gran parte -o toda- del llamado mid-level exception, cuyo valor está en 12,5 millones, estaría dispuesto a sentarse a negociarlo, tal y como ya avanzó Basketnews.

Si bien, la clave ahora es tratar de volver a ser el que era. Más que nada por su equipo, al que ya dijo que tiene que "estar lo más preparado posible para ayudar a conseguir títulos", y por él mismo. Porque lo cierto es que ya tiene 32 años y que para pelear por su renovación necesita volver a disfrutar de su mejor versión.