El Real Madrid de los 'superhéroes' tumba al Barça y está a una victoria de la final

Si algo han dejado claro los Clásicos es que puede pasar de todo. Al menos, hasta que el Real Madrid activa el modo coloso. Ese a cuyo botón le ha dado hoy Sergio Llull y luego ha mantenido pulsado Mario Hezonja para desdibujar ese buen inicio del Barça y poner el 2-0 en la eliminatoria (104-98). Porque aunque la reacción culé -esperada, visto lo visto el miércoles-, llegó desde la pizarra de Roger Grimau con un quinteto inicial en el que sólo repitió Ricky Rubio... no fue suficiente.

El Barça salió mejor en los dos primeros cuartos, pero cuando emergió Llull... apareció el Real Madrid y no se apagó. Y aunque los culés aguantaron el tipo, sobre todo tratando de contener a los blancos con la zona y evitando que Tavares encontrase huecos con facilidad para hacer daño en la pintura, pronto se hizo presente el acierto desde la media y larga distancia -lo que no tuvo, por cierto, el Barça, que se fue al descanso con 1/2 en triples- para terminar de matar el partido. Los de Chus Mateo quieren estar en la final por la vía rápida y están a una sola victoria de conseguirlo.

Hace mucho tiempo se quedó sin calificativos. Pero es que realmente la temporada que está haciendo Sergio Llull es para quitarse el sombrero. Más que nada porque posiblemente sea la mejor de los últimos años. Basta con ver lo que ha hecho ante el Barça y cómo su entrada ha revolucionado el partido por completo. Desde el momento en que pisó el parqué al Real Madrid le vino la clarividencia que parecía haber perdido en los primeros compases. Más ideas en ataque, energía y... mandarinas. Porque de eso tampoco ha faltado.

Su rol ha sido clave para prender la mecha del equipo blanco ante un Barça que empezó los dos primeros cuartos con parciales favorables, pero que acabó yéndose al receso cuatro abajo, principalmente por culpa de los 13 puntos al descanso del de Mahón. Y si luego sale en la recta final del tercer cuarto y enchufa ese triplazo sobre la bocina que hizo hasta tuitear (o postear en X) a Luka Doncic... Poco más se puede decir. Lo cierto es que en una temporada en la que parece que dos de sus leyendas -Rudy, al menos, seguro- dirán adiós, que Llull ya haya asegurado su continuidad y que esté de esta manera es una noticia importantísima para el Real Madrid.

El Barça tenía que cambiar por completo lo visto durante el primer partido. Y lo cierto es que lo ha hecho. Porque la versión con la que ha saltado a cancha este viernes es bien distinta. Roger Grimau ya mostró una declaración de intenciones desde el inicio al apostar por un quinteto totalmente renovado respecto al miércoles, en el que sólo repitió Ricky Rubio... Y eso, junto a ese plus de actitud y a la defensa en zona, le funcionó. Porque provocó que el Real Madrid estuviese obligado a tirar desde larga distancia y tampoco estuvo muy fino en este sentido... Al menos durante la primera mitad. Porque la segunda parte ya fue otra historia.

Si tuviera que elegir una jugada para ponérmela de fondo de pantalla, esa sería, sin ningún tipo de duda, el triple punteado por Jabari Parker del tercer cuarto que ha enchufado Mario Hezonja. Por lo que ha sido la acción y porque es el ejemplo perfecto de la versión del croata que se está viendo estos últimos partidos. La intensidad y frescura con la que está jugando Hezonja son descomunales. En la primera parte, esos dos robos consecutivos ya denostaban que cada vez logra ver el baloncesto más rápido, algo que también se refrenda con esa versión pasadora que ha mostrado (ay, lo que hubieran sido sus estadísticas en asistencias si sus compañeros en esos casos hubieran tenido más acierto).

Pero es que tras el receso, ha sido el que ha metido una marcha más entrando hacia la zona con contundencia y sacando ventajas. Su continuidad está en el aire, aunque más cerca que hace no mucho, pero, desde luego, que argumentos para que la negociación llegue a buen puerto está dando sobre el parqué.

Esta vez salió de inicio y lo cierto es que funcionó. ¿El problema? Que si no se le busca cuando está en pista, su presencia pierde todo el sentido. Willy Hernangómez es un pívot especialista en ataque. Y eso es algo que está claro porque la defensa le cuesta. Sin embargo, si no hay un sistema que permita que le hagan llegar la bola... De hecho, sus estadísticas lo refrendan: 100% de acierto con 3/3 en tiros de dos. Los tres balones que le han llegado, vaya. Para que el Barça se lo haga mirar.