OPINIÓN

Rudy Fernández, adiós al último gran capitán

Rudy Fernández en un partido esta temporada con el Real Madrid./ACB Media
Rudy Fernández en un partido esta temporada con el Real Madrid. ACB Media

"Monumento vivo de la Selección". Así definía Sergio Scariolo a Rudy Fernández en la última Copa del Mundo de 2023. Y ese monumento vivo pasará a ser una estatua a la que honrar y agradecer su contribución a nuestro baloncesto desde este verano al decidir colgar las botas.

Cumple este 2024 un total de 20 años en la élite y estrena los 39 de edad. 255 partidos con la camiseta de España, el jugador con más entorchados de la historia. Se dice pronto. Casi nada. Fue en Palma, en su tierra, en Son Moix, cuando Rudy debutaba de la mano de Mario Pesquera en la gira de preparación para los Juegos de Atenas.

En el imaginario colectivo queda, cuatro años más tarde, en la final de los Juegos Olímpicos de Pekín frente a Estados Unidos, considerada como el mejor partido de la historia del baloncesto FIBA, su actuación derrochando frescura física, mate sobre Dwight Howard incluido. Y es que para entonces, aquel mismo año, ya había ganado una Eurocup y había sido finalista de Copa con el Joventut, logrando sendos MVP con sólo 18 años.

11 medallas contando seis oros (cuatro europeos y dos mundiales, único jugador que los tiene todos), tres platas (las dos finales de los Juegos de 2008 y 2012 frente a Estados Unidos incluidas) y dos bronces. Sólo se ha perdido el Eurobasket de 2017 de las grandes citas de España.

Pero las claves para todo han sido dos: una, su capacidad para, reinventarse y reciclarse. Ni los problemas físicos han conseguido cortar su trayectoria. Nunca se ha rendido. Y de aquel jugador vertical, que era capaz de morder el aro en sus inicios con vertiginosas penetraciones, muy talentoso, pasó a tirar de inteligencia en pista para, gracias su buena lectura y habilidad, convertirse en un gran jugador saliendo de los bloqueos para tirar perfeccionando el tiro.

Otra de sus grandes cualidades a nivel deportivo ha sido, gracias a su inteligencia, la capacidad de saber cuándo y dónde iba a acabar el juego un par de segundos más tarde. Así ha sido el más listo de la clase para meterse en las líneas de pase y recuperar un balón o hacer una deflection, forzar una falta en ataque o jugar un corte a la espalda de su defensor para anotar.

Y la segunda clave, su raza y ferocidad de competidor nato. Quien lo tiene lo aprecia, lo valora y lo adora, y así lo hemos disfrutado en la Selección y desde 2012 lo han hecho los seguidores el Real Madrid, y quien lo tiene enfrente lo odia. Así le hemos visto oler sangre con el bloque nacional de los jugadores blancos que se conjuran en el momento de la verdad para estar siempre ahí al máximo nivel competitivo y, veinte años después, devolver la Euroliga a las vitrinas del Club de Concha Espina con los títulos de 2015, 2018 y 2023.

Su evolución, como personaje redondo de una buena novela o un Best Seller, ha trascendido de lo que pasa dentro de las líneas de la pista y así le hemos visto crecer en liderazgo, conforme su rol ha ido cambiando. Del 'rebelde con causa' de grupos de jugadores más experimentados a ser un jugador más veterano con una responsabilidad y conciencia de la misma hacia los demás llegando en los últimos años a convertirse en un guía para los jóvenes cerrando el círculo que empezó precisamente siendo como ellos.

Así, en ese milagroso Eurobasket de 2022, Scariolo decía, después de la remontada ante Finlandia en los cuartos de final del torneo que volvía a meterles en la lucha por las medallas que, en el descanso, en el vestuario, después de llegar a perder por 15 puntos en la primera mitad, "cuando le oía, pensaba: hostias, se está pasando. Después no he tenido que levantar la voz ni un decibelio. La exigencia y la agresividad las ha puesto el capitán. Yo me he limitado a recordar las cuatro cosas en ataque y en defensa que debíamos cambiar. Ese impacto emocional en la exigencia y la agresividad lo ha hecho el capitán".

Y es que Rudy lideraba con el ejemplo fuera de la pista primero y en la cancha después con 11 puntos, aquellos tres triples sin fallo, y 5 robos en un desgaste increíble a nivel defensivo. La historia de sobra es conocida: España se colgaba el oro en Berlín y el seleccionador reconocía que Rudy "siempre fue uno de los líderes, pero estaba más en la sombra. Ahora es un líder increíble. Nunca ha tenido ese rol específico y lo está disfrutando. Y tiene el orgullo de intentar hacer crecer a este equipo nuevo, con el legado de los anteriores, pero que es nuevo".

Ahora, sólo nos queda disfrutar de esos últimos bailes tanto con su club como con la Selección esperando que esa promesa de jugar los Juegos Olímpicos de París, hecha a su padre fallecido meses antes de ese Eurobasket de 2022, se cumpla. Gracias por todo.