¿El último en casa de Rudy y el Chacho?: "No traje a mi hija porque está destrozada"

"Tengo una hija de ocho años que no me la he traído porque está destrozada… Rudy es su ídolo". Pocas frases pueda haber que describan a la perfección lo que ha podido significar para la afición del Real Madrid este segundo duelo en el WiZink Center. Los de Chus Mateo han puesto el 2-0 en la eliminatoria ante UCAM Murcia y, por tanto, han podido firmar el que sea su último partido de la temporada en casa si logran sacar una victoria en Murcia. ¿Y eso en qué se traduce? En que si esto sucede, el de este lunes habrá sido el último partido en casa de Rudy Fernández con la camiseta del Real Madrid de baloncesto. Una despedida que la afición lamentaba que ocurriera y que, si se confirman los rumores, también podría ser la del Chacho. Dos de los tres guerreros que formaban esa 'Vieja Guardia' blanca, junto a Sergio Llull, y que ya no volverá a bailar junta una vez termine esta temporada.

"Me han gustado mucho desde siempre. Sobre todo Rudy, que cuando vino de la NBA parecía que venía para poquito tiempo y verlo aquí tantos años, pues… Cuando me compraron las entradas me dijeron: vente que va a ser el último partido… Y del Chacho espero que no…", explicaba a Relevo Jorge, un aficionado blanco que, bufanda al cuello, a eso de las siete y media de la tarde ya aguardaba en los aledaños del WiZink Center lo que puede ser el último baile del balear ante su parroquia.

"Rudy para mí ha sido mi ídolo desde que estaba en la NBA, de lo más grande que ha pasado por aquí. No estoy preparado para ver su último partido. Nos dejaremos las manos aplaudiendo", admitían por su parte Jorge y Sergio. Y desde luego, que con esas dos acciones consecutivas que firmó Rudy Fernández en el segundo cuarto para poner el 40-30 en el marcador, lo hicieron.

El balear salió como un revulsivo para los de Chus Mateo… para alegría de esa afición que ya empieza a echarle de menos. "Me da mucha pena que se vaya Rudy porque es uno de nuestros ídolos. Espero que ganemos la Liga para ofrecérsela", admitía Elena. Y en la misma línea lo hacía Cristina, que también hablaba de eso que hace tiempo sobrevuela y es que también sea el último show del Chacho ante su parroquia: "Es una gran pena. La mayoría somos muy fans de Rudy y el Chacho. A todo el mundo le llega el momento y esperamos que les vaya muy bien en el futuro. Nos gustaría que siguieran más, pero es lo que hay". Eso sí, en su caso reconocía que, quien peor lleva ese adiós es su hija: "Tengo una hija de ocho años, hoy no me la he traído porque lo iba a pasar mal. Está destrozada porque Rudy es su ídolo… Pero bueno", se resignaba.

Y es que ese es el sentimiento genérico entre los aficionados, esos que lamentan tener que despedirse, con seguridad, de una de sus leyendas y con mucha probabilidad también de otra. "Rudy y el Chacho representan a varios de los jugadores más emblemáticos de esta etapa del Real Madrid que tantos éxitos ha dado. También son grandes jugadores de la Selección, lo han dado todo, campeones del mundo, Juegos Olímpicos, campeones de Europa. Nos han hecho disfrutar un montón", exponía Michael. Y este lunes no iba a ser una excepción. Porque si Rudy hizo de las suyas, también lo hizo el Chacho con esa inteligencia que tanto le caracteriza.

Por eso, ante esa posibilidad de que también sea el adiós del Chacho ante su afición, las palabras de Héctor cobraban mucho sentido: "Es nostalgia, es duro. Está jugando a un gran nivel, podría seguir un par de añitos más. Si se decide por dejarlo, todo será mejor para él. Es un orgullo por la carrera que ha conseguido, por lo profesional que es, siempre se ha entregado al equipo para el que ha jugado".

Porque si algo ha caracterizado al Real Madrid todos estos años han sido ellos. Los que ya son sus leyendas, esas que poco a poco van dejando paso a las nuevas generaciones, pero a la vez dejan huella. Por eso, esos gritos de "Rudy Fernández" entre sus propios compañeros cuando saltaron a pista para el duelo hoy cobran aún más sentido. Aunque a la vista está que, por juego, la Vieja Guardia podría seguir haciendo de las suyas, como decía la afición, "unos añitos más".