Los matices que han tallado la vida de Willy y Juancho Hernangómez, un chico "gordete" y un "cabra loca"
Entrenadores y compañeros relatan los inicios de dos hermanos que comenzaron jugando al fútbol y que hoy marcan el paso en el baloncesto español.
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Willy y Juancho Hernangómez se han convertido en los nombres del verano en el baloncesto español tras la llegada al Barça del primero y el sorprendente fichaje del segundo por el Panathinaikos. Pero antes de llegar a Atenas y a la Ciudad Condal, el relato de los Hernangómez comienza 25 kilómetros al noroeste de Madrid. Por la A-6 en dirección a Coruña. Hasta la salida de Las Rozas.
Allí se instalaron hace ya unos años Guillermo Hernangómez y Wonny Geuer. Ella, componente del equipo que ganó la primera medalla femenina en la historia del basket español, y él, antiguo miembro del Estudiantes. Dos exjugadores de baloncesto, que decidieron irse a las afueras de la capital para criar a sus dos hijos mayores y a la pequeña Andrea.
Allí, en Las Rozas, los dos hermanos comenzaron a jugar al fútbol como todos los niños de su edad que vivían a su alrededor. De aquella época quedan esos partidillos o los juegos en la urbanización donde se criaron. "Eran unos niños muy cariñosos, simpáticos e inquietos", recuerda para Relevo Elena, vecina pared con pared durante aquellos años de una familia con dos niños muy normales, "pero que ya eran muy altos para su edad".
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El tamaño fue lo que les hizo cambiar el registro deportivo. Fue entonces cuando sacaron de la memoria de su disco duro lo que habían aprendido de sus padres que pese a la querencia de sus hijos por el fútbol, no habían dejado de enseñarles el arte de la canasta. La altura hizo el resto. Primero en el CB Las Rozas, donde dieron sus primeros pasos y comenzaron a llamar la atención. Y luego fue el Real Madrid.
El primero, por edad, en vestir la camiseta del equipo blanco fue Willy. Allí estaba José Luis Pichel, que fue el encargado de dirigir sus primeros pasos y que hoy todavía le ayuda a moldear su juego con el trabajo que hacen juntos en verano. Esa relación comenzó hace 15 años, aunque para el técnico la fotografía no ha perdido un ápice de nitidez.
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— Relevo (@relevo) July 27, 2023
El futuro de Willy y Juancho Hernangómez, decidido. pic.twitter.com/qx3PCHPRPB
"A Willy le conozco siendo cadete de primer año. Yo entrenaba a ese equipo en el Madrid. Él empezaba a jugar en Las Rozas. Luis Moreno era el encargado de reclutar y aparece con un niño grande y gordete en el entrenamiento del equipo, con un peinado bastante hortera. No daba la sensación de jugador de baloncesto", recuerda entre risas el exentrenador de Fuenlabrada, que ya veía los mimbres de lo que luego podría llegar a ser.
"Apareció con un niño grande y gordete en el entrenamiento del equipo, con un peinado bastante hortera. No daba la sensación de jugador de baloncesto"
En ese equipo también estaba Alberto Martín, que no puede evitar una carcajada cuando recuerda su primera imagen junto al mayor de los Herangómez: "Recuerdo en un torneo de Terrassa, amistoso, me invitaron a ir con el Madrid y vi a Willy que era un tío enorme para su edad y que no estaba formado, no estaba fuerte. Estaba más gordete que fuerte, pero ya era bastante dominante. Un tío muy grande que se sentó en una silla de playa y la rompió. Nos reímos todos".
Juancho y el cambió de chip que lo trastocó todo
Juancho llegó más tarde al Madrid. Apenas estuvo un año. Una lesión marcó su etapa en el club blanco. "El club decidió que no continuara con ellos y ahí se terminó mi paso por el Madrid. Lo recuerdo como un año muy duro porque no jugaba mucho, no había mucho feeling", recordaba el alero años después en una entrevista para la Federación de Madrid. Fueron momentos difíciles para el mediano de los Hernangómez.
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Un verano entero trabajando y un lento proceso de recuperación le llevaron a comenzar con demora la siguiente temporada en las filas del CB Majadahonda donde vuelve a destacar hasta que el cartílago vuelve a dejarle K.O. y le dejó sin Mundial sub-17 con la Selección española. En ese mismo equipo coincidió con Martín. El base vio las dos caras de Juancho en la cancha y cómo esa lesión le cambió por completo.
"Era un chico que tenía mucho morro. No tenía nada que ver con el Juancho que vino dos años después con nosotros a la preparación al Mundial. Siempre ha sido supercercano y de pequeño era más cabra loca y hacía más el tonto. Ahora es más serio y trabajador", recuerda el exbase del Real Madrid que señala esa lesión como el momento que se trastocó todo. "Ahí dio un cambio brutal a la hora de plantearse todo, el tipo de entrenamiento, el cuidado de sí mismo. Y eso se le sigue viendo a día de hoy, que es una persona supertrabajadora y cuidadosa con sus hábitos y eso empezó ahí. El no poder venir al Mundial le cambió el chip y a tomarse el baloncesto de otra manera y gracias a eso está donde está".
"Juancho siempre ha sido supercercano y de pequeño era más cabra loca y hacía más el tonto. Ahora es más serio y trabajador"
La ética de trabajo es común en ambos hermanos. Y más desde que convirtieron el baloncesto en su profesión. Ambos entendieron la necesidad de trabajar durante la temporada, pero también durante el verano para mejorar constantemente. "En el primer año NBA, Willy se toma muy en serio su profesión y monta un equipo de gente para trabajar en verano (fisios, nutricionistas, gente de cocina…) y me llamó y me dijo que quería empezar a trabajar ya. Yo tenía problemas de horario y teníamos que empezar a las 7:30 de la mañana. Él hizo ese esfuerzo para adaptarse a trabajar tan pronto", apunta Pichel.
Dos personalidades tan similares y tan distintas
Eso en la cancha. Fuera de ella también son dos personalidades muy similares y la facilidad que tienen para generar buen ambiente en cualquier grupo en el que se encuentren, como señala Martín: "La parte buena de los dos es que han intentado siempre ser muy niños. Son dos personas superdivertidas, pero muy distintas entre sí. Son muy cercanos y amables con toda la gente. Son muy alegres y crean muy buen ambiente en todos los vestuarios. Les recuerdo a los dos así. Uno es más cerrado para ciertas cosas, pero los dos hacen amigos con facilidad".
"La parte buena de los dos es que han intentado siempre ser muy niños. Son dos personas superdivertidas, pero muy distintas entre sí"
Los dos hermanos no son exactamente iguales. Willy mantiene esa cara tan abierta y extrovertida ante todos. "Juancho es más serio. Siempre se ha tomado muy en serio que la gente notara todo el trabajo que lleva detrás. Igual Willy se encuentra más cómodo con cámaras. La imagen de Juancho pasa como con Llull, que en la pista parece que va un poco loco a todos lados y luego cuando le conoces es un tío supertranquilo. A él le gusta ser serio en su trabajo y le gusta dar esa imagen".
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Dos hermanos, dos personas diferentes pero con personalidades muy similares, fruto de una educación en la que la familia es lo más importante. "Es una familia con un concepto de nexo, de unión, de core familiar muy desarrollado y que lo amplían como si fueran círculos concéntricos a todo su entorno. Para ellos la familia es lo primero", confiesa un Pichel que forma parte de uno de sus círculos. Quizás por ello, por ese sentido de familia y por la necesidad de volver junto a los suyos, han decidido volver a Europa.