Ainhoa López y un partidazo para terminar con la pesadilla del cáncer

El viaje del Barcelona a Leganés para abrir la temporada en la Liga Femenina Endesa no era uno más para el equipo azulgrana. No era el primer partido de la temporada. No era la vuelta del equipo de la Ciudad Condal a la máxima categoría del baloncesto español. Era mucho más. Era una fiesta de vida.

A las 20:30 de la tarde, sobre las tablas del Pabellón Europa de la ciudad del sur de Madrid, Ainhoa López ponía fin a ocho meses de pesadilla. Es el tiempo que ha pasado alejada de las canchas por culpa de un linfoma de Hodking que le fue diagnosticado el pasado mes de febrero.

"Muchas gracias por todas las muestras de cariño y la fuerza que me habéis transmitido estas semanas", acompañado de un corazón, un brazo en señal de fortaleza y tres hastags que definen su situación actual: #fuckcancer, #linfomadehodgkin y #vamoscontodo" era el mensaje con el que anunciaba su retirada temporal de las canchas.

El cáncer, palabra maldita en estos tiempos, se cruzaba en el camino de una jugadora de apenas 25 años que nunca se dio por vencida. López demostró que ni la enfermedad era rival para ella. Se ató las botas y salió a la cancha. Nunca se escondió y su valentía se contagió a través de las redes sociales, con una campaña de apoyo a la jugadora barcelonesa liderada por la tenista Carla Suárez, que sufrió la misma enfermedad.

El pasado 8 de julio López anunciaba, de nuevo en redes sociales, que había superado la enfermedad y que estaba preparada para volver a las canchas: "Bufffffff. No tengo palabras. Tan solo puedo decir que remisión completa. Gracias a todos/as por estar ahí y darme esa fuerza que necesitaba. Todo pasa por alguna razón y ahora mismo no puedo ser más feliz", aseguraba en su mensaje.

Ahora esas palabras cobran más sentido después de ver de nuevo a López en la cancha. La escolta fue titular en el equipo azulgrana y fue una de las más destacadas en el triunfo (49-96) sobre el Innova Leganes tras firmar 13 puntos (dos de cuatro en tiros de dos y un espectacular tres de tres desde el triple), cuatro asistencias, un robo y dos faltas cometidas para un total de 17 de valoración. Una actuación que va mucho más allá de unos números o de un resultado. Es el triunfo soñado.