Ainhoa López, tras conocer su linfoma de Hodgkin: "No me lo creía, le pedí al médico el TAC"
La jugadora del Barça CBS superó un linfoma de Hodking. Nos cuenta su travesía y el papel que desempeñaron sus compañeras en su recuperación.

El 5 de octubre el recién ascendido Barça CBS jugaba en Leganés su debut en Liga Femenina Endesa esta temporada. El encuentro se saldó con victoria de las catalanas, pero más allá del electrónico, lo más importante fue ver a Ainhoa López en la pista: la jugadora blaugrana volvía a las canchas tras 8 meses apartada por un linfoma de Hodgkin. La última vez que había jugado con su equipo disputaban la segunda división española de baloncesto... y la '24' del Barcelona protagonizó un estreno impecable en su regreso al baloncesto: 13 puntos (con 3 de 3 en triples), cuatro asistencias, un robo y 17 de valoración.
Ocho meses, casi una temporada baloncestística, duró el proceso de recuperación de Ainhoa desde aquel 19 de febrero, día en que recibió su diagnóstico. "Recuerdo que estaba con mi madre, que es la persona que me ha acompañado siempre durante este proceso, y nos quedamos en shock, no me lo creía, hasta le pedí al médico que me enseñara el TAC. Se te para el mundo y no sabes bien cómo reaccionar", recuerda al equipo de Relevo en la sala de la Ciudad Deportiva Joan Gamper en la que tantas veces vimos entrevistar a Leo Messi.
Ainhoa López es escolta, una posición que define a jugadoras con gran capacidad ofensiva, pero que tiene presente a todas las piezas del juego. Ella demostró su oficio en este mal llamado 'partido' contra este tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. "Los primeros días sentía la tensión de tener que explicárselo a mis compañeras, quería trasladárselo de la mejor manera posible porque para ellas también era un shock". El equipo, siempre por delante de la jugadora.
Todas al grito de 'ubuntu'
La travesía de esta barcelonesa no se entiende sin sus compañeras de equipo. A comienzos de la temporada pasada, este grupo de jugadoras adoptó la palabra africana 'ubuntu' como grito de guerra: una expresión que habla de la lealtad y la solidaridad con el resto, de cómo una es persona a causa de las demás. Con ese lema querían conseguir el ascenso a Liga Femenina Endesa (la temporada anterior llegaron invictas a la final, en la que cayeron derrotadas en manos del Leganés).
El linfoma de Ainhoa les sorprendió en febrero, el grito tomó mayor sentido y se produjo mayor comunión en el vestuario: "Nos retroalimentábamos, yo necesitaba a mis compañeras porque me quitaban mi rutina, me motivaban para querer curarme cuanto antes, y yo las motivaba a ellas porque me veían luchar contra esta enfermedad. Estaban el doble de motivadas por conseguir el ascenso en el que estábamos trabajando todas", explica la deportista.
No se perdió un solo choque en casa: "Necesitaba ese plus que me daba estar con mis compañeras y sentirme parte del equipo". El 6 de marzo el Barcelona jugó por primera vez en el pabellón del masculino, el Palau Blaugrana, ante 3.958 aficionados. López no faltó a aquella cita con la historia. Su madre le reprochaba que retrasara sus citas médicas: "Lo primero es curarse", decía. Sin embargo, la baloncestista encajó con su doctora las sesiones de quimio y radio para que no coincidieran con los partidos, sin dejar de lado su salud. Tampoco se perdió la final en Madrid: "Me encontraba un poco mal, pero imagínate no haber estado en esos momentos", recuerda feliz.
El Barça ganó y el club volvió 15 años después a la élite del baloncesto femenino: "Fue emocionante por la unión que había con todas. A lo mejor fue cosa del destino que me pasara esto… fue algo que 'ayudó' a ese ascenso, que nos motivó a todas un poco más".
Lograda la promoción, ya solo faltaba que la jugadora escuchara esas dos palabras mágicas, 'remisión completa', para redondear la temporada. Y llegaron el 8 de julio: la catalana vencía el cáncer, había sonado 'chof'.
💪🏽Stronger than cancer💪🏽
— Ainhoa López (@ainhoalopezr8) July 8, 2022
Ya puedo ponerme la camiseta que me regaló @CarlaSuarezNava cuando todo esto empezó aquel 19 de Enero. Gracias a todos/as por cada mensaje y cada palabra de ánimo durante estos meses. Espero volver más fuerte aún y devolveros todo ese cariño🏀#fuckcancer pic.twitter.com/Z3Hgir7fb5
«A mí no me puede pasar esto»
En ocasiones vemos a los deportistas como superhéroes, a menudo les acompañamos con apelativos como 'leyenda', 'legendario', 'mito'… esa falsa sensación de 'inmortalidad' también puede darse de bruces con un diagnóstico de cáncer, como le sucede al resto de humanos. "Piensas: 'Ostras, a mí no me puede pasar esto'. Y el cáncer es algo que puede pasarle a todo el mundo, es el azar, no se puede controlar, da igual quién seas, al final somos todos personas", reflexiona la escolta.
Esta mujer es una sonrisa pegada a un balón de baloncesto y así enfrentó su linfoma: "De repente te paras, y dices, vale, tengo esto, hay que afrontarlo, ahora es mi realidad". Además, vio la oportunidad de ayudar a otros haciendo pública su enfermedad. "Desde mi experiencia puedo inspirar a seguir luchando, a creer que es posible salir de esto, es algo que gano yo también".
En su caso, fueron la futbolista del Atlético de Madrid Virgina Torrecilla y la ex tenista Carla Suárez las que guiaron a la azulgrana en su camino: "El cáncer de Virginia era el doble o triple de difícil que lo que me había tocado, así que si ella había salido, yo también, y en el caso de Carla, que había pasado por lo mismo que yo, me compartió sus vivencias, que me sirvieron de ayuda porque en los momentos iniciales estás perdida y gracias a ella supe lo que me iba a ir sucediendo".
Tatuarse la urgencia de vivir
La jugadora azulgrana muestra varios tatuajes en su cuerpo, así que la pregunta de cuándo llegaría uno nuevo y si sería simbólico era obligada. Se tatuará en algún lugar de su piel ya recuperada "viure és urgent" ('vivir es urgente' en catalán), aquella frase que hizo famosa el malogrado cantante de Jarabe de Palo Pau Donés. "Su frase dio un poco de sentido a mi lucha. Un familiar me dijo que esa frase le recordaba a mí y se me quedó grabada en la mente. En la mente, vivir es urgente. Es la clave de la vida, a veces tenemos muchas preocupaciones en mente y nos olvidamos de vivir", cuenta la baloncestista.
Ainhoa López tiene dos sueños deportivos que vivir, y probablemente con lógica urgencia. El primero es el que colocaría a su equipo en la Copa de la Reina ("es algo que nos haría ilusión, aunque somos realistas"). El segundo, uno que ya sabe que se cumplirá esta temporada, jugar en el Palau como ya hicieron sus compañeras durante su enfermedad: "Soy culé desde niña y para mí estar allí aunque no jugué fue brutal, pero esta vez quiero vivirlo desde la pista".