Una desafortunada frase del presidente del Casademont Zaragoza sobre el equipo femenino que esconde otra realidad
Reynaldo Benito dijo en una entrevista "que el boom del femenino" está restando público al masculino.

Hay frases involuntarias como pieles de plátano y Reynaldo Benito, el presidente del Casademont Zaragoza, resbaló el lunes en una de ellas. En una entrevista en el programa Buenos Días Aragón de la televisión autonómica, preguntado sobre cómo se puede hacer crecer el número de abonados del club aprovechando el tirón de los triunfos del equipo femenino, Benito se refirió de manera poco afortunada al contraste en el rendimiento deportivo de ambos y el efecto entre el público: "Tenemos que hacer las cosas bien: en el masculino estamos sufriendo ahora un cierto desapego; está claro que el boom del femenino igual está restando, pero nosotros en esto decimos como con los hijos: se les quiere a todos por igual, y en unas ocasiones te tienes que enfocar en uno y otras veces en otro".
El desliz ofrece todas las posibilidades para ser malinterpretado… y lo fue en las redes sociales. Pero para ello hace falta sacar la entrevista de su contexto general y, sobre todo, ignorar de manera deliberada la figura de Reynaldo Benito como gran impulsor del baloncesto femenino en Zaragoza estos últimos años a través del Casademont. La trayectoria del equipo no ofrece dudas: hace cuatro años, el baloncesto femenino de élite estaba al borde de la desaparición en la ciudad, después de la renuncia de Mann-Filter a continuar patrocinando al conjunto crecido en la sección de básquet del Stadium Casablanca. Hoy, ese equipo ha sido campeón y subcampeón en años consecutivos de la Copa de la Reina, está consolidado como alternativa a los dos poderes de la Liga Femenina (Valencia y Perfumerías Avenida), y ha llegado a las puertas de la Final Four en su primera participación en la Euroliga.
"La frase no es afortunada, pero hay que ver toda la entrevista y lo dice en positivo. Reynaldo nunca ha sido de alardear ni de venderse, pero él es el primero que está tirando del carro con el femenino", defienden en el club. Freddy Gimeno, quien fuera delegado precisamente de la sección del Stadium Casablanca, y de facto el hombre que fichó a la hoy capitana Vega Gimeno en 2017, salió al paso de las críticas a Reynaldo Benito en la red social X: "No ha sido la frase más afortunada pero cuestionar la implicación con el equipo femenino sería muy injusto. El equipo y mercado del masculino es muy complejo y entre la mala suerte con lesiones, fugas y la limitación presupuestaria te lleva a situaciones como los últimos años", decía Gimeno.
No ha sido la frase más afortunada pero cuestionar la implicación con el equipo femenino sería muy injusto. El equipo y mercado del masculino es muy complejo y entre La mala suerte con lesiones,fugas y la limitación presupuestaria te lleva a situaciones como los últimos años.
— Freddy Gimeno (@sitgesmarstrand) April 1, 2024
Él fue, como Reynaldo Benito, ex jugador de baloncesto, uno de los muchos hijos de aquella cantera interminable del CAI Zaragoza. En los últimos años, con sus clubes, los impulsores de un equipo femenino que ha ampliado el tradicional orgullo que la ciudad siente desde siempre con sus equipos de básquet. Reynaldo Benito ratificó en la entrevista el desafío asumido con sus dos hijos: "Nuestro objetivo como club, a corto, medio y largo plazo, es estar siempre en la élite. Y que nuestros equipos sean los cuartos de España, tanto el femenino, que ya lo es, como el masculino".
La frase del presidente del Casademont no deja de ser una tormenta en un vaso de agua, pero puede servir precisamente para subrayar el compromiso del club con el baloncesto femenino. Reynaldo Benito apostó personalmente en su momento por trasladar los partidos del Casademont desde el pabellón Siglo XXI, un recinto al norte de la ciudad con capacidad para algo más de 2.700 espectadores, al Príncipe Felipe: el escenario emblemático del baloncesto zaragozano, con capacidad para casi 11.000.
En aquellos días, el Mann-Filter convocaba a 200 o 300 espectadores. El efecto en el traslado no podía ser inmediato. La imagen de los entonces escasos incondicionales, diseminados con sus mascarillas en la enormidad de las gradas del Príncipe Felipe, es uno de los planos de apertura del documental Rasmia, de Aragón TV, que relata la historia de éxito del equipo en los últimos años. Lo que hoy se llama Marea Roja eran entonces apenas 500 personas. Este año, el Casademont ha llegado a meter a 9.000 aficionados en un partido; otro día superó los 8.000 en las gradas. La media de asistencia a los partidos del conjunto masculino es un poco más alta en global, pero no ha logrado esos picos. En cualquier caso, el seguimiento al equipo de Carlos Cantero -cuyos partidos se ofrecen además en directo en Aragón TV- no tienen parangón en España y pocas réplicas a nivel europeo.
Reynaldo Benito sacó adelante su empeño por la mudanza, entendida como una palanca estratégica de crecimiento, visibilidad e impacto, frente a no pocos escépticos a su alrededor. Porque el cambio al Príncipe Felipe tenía mucho potencial, sí, pero también consecuencias económicas que sería obligatorio gestionar en un entorno como el básquet femenino, donde se manejan recursos económicos a menudo ajustados. El Príncipe Felipe es de propiedad municipal y cada partido jugado allí le cuesta al Casademont Zaragoza alrededor de 15.000 euros. Sumando el encuentro de presentación, los 15 de liga, los siete de competición europea y las eliminatorias por el título, el total subirá en esta temporada hasta 25 choques: cerca de 375.000 euros en un presupuesto de 1,5 millones.
📽️📽️ #Baloncesto || Reynaldo Benito, presidente del @casademontBZ, ha visitado esta mañana el programa Buenos Días Aragón de @aragontv
— Aragón Deporte (@ardeportes) April 1, 2024
🗣️"Nos hacen falta espacios"
🗣️"La ambición existe siempre y, conociendo nuestras limitaciones, claro que vamos a ir a por la liga" pic.twitter.com/o8BNEfi7CX
El asunto de la implicación institucional y su apoyo real al proyecto es una marea de fondo desde hace tiempo. Un cierto reverso del éxito del equipo de Carlos Cantero en la ciudad. Sobre este asunto martilleó también Reynaldo Benito en la entrevista, siempre con tono integrador: "El club ha crecido, ya tiene también sección femenina tanto a nivel senior como en las categorías inferiores. Nos hacen falta espacios. No lo pedimos a nivel reivindicativo. Llevamos ya 22 años, tenemos credibilidad y como club nos queremos afianzar en la ciudad y queremos crear ciudad también. Pedimos esos espacios a nivel colaborativo". El mensaje lo dejó claro: un proyecto de ciudad, de todos, que implique colaboración público-privada.
La tensión creció cuando en enero se debió trasladar el crucial partido de Euroliga contra el Lyon precisamente al polideportivo Siglo XXI. "No queremos ser más que nadie, pero tampoco menos. Tenemos a dos equipos en primera división y participando en Europa, pero nos sentimos tratados ya no como si fuéramos de segunda, sino bastante peor", se quejó entonces el director general del Casademont, José Antonio Artigas.
El club reclama espacios -ha impulsado varios proyectos para crear en la ciudad unas instalaciones propias de entrenamiento, que aún "no han encontrado compromiso político"- y un trato en la subvenciones más acorde con el nivel de sus equipos: el año pasado recibía para el conjunto de Liga Femenina 94.000 euros del Ayuntamiento de Zaragoza, elevados a 124.000 este año tras la victoria en la Copa de la Reina. En comparación con otras disciplinas con equipos femeninos de élite en la ciudad, el Casademont ve una desproporción injustificada. El volumen total de las ayudas públicas de todas las instituciones supera apenas el 15% del presupuesto destinado al equipo.
Los hechos, y las cifras, son los argumentos del club frente a una mínima controversia, producida por una frase poco feliz de un presidente que prefiere mantener un perfil bajo, de escaso protagonismo, y distinguirse con una gestión llevada con determinación, puertas adentro. Detalles como ponerle al conjunto de Carlos Cantero un vuelo chárter para regresar de Huelva tras la Copa, un avión en el que también viajaban las niñas del equipo infantil desplazado para la Minicopa. Las victorias en la cancha son la consecuencia de estas apuestas.